Capítulo 8
Rebeca estaba enterada de todas las cosas estúpidas que ocurrían en su casa, pero esa superaba todas sus expectativas, su padre había tenido una aventura con una oficial casada de su trabajo. Se entero porque su hermana le llamo lloriqueando a media clase y exigiéndole que le reclamara a su padre por haber hecho tal cosa.
Claramente Rebeca colgó la llamada y volvió a clases.
─ ¿Qué sucedió, compañera? ─Le pregunto el profesor cuando ella paso a tomar asiento, Rebeca lucía algo consternada y eso le preocupo.
─No sucede nada─ Dijo tratando de procesar la información, pero las palabras de su hermana daban vueltas en su cabeza─ Perdón por haber interrumpido la clase.
No es que no le molestara la infidelidad, una parte de ella de hecho le pedía llamar a su padre y preguntarle porque había hecho tal cosa.
Pero al mismo tiempo, tenía que saber si realmente había pasado.
Los vecinos en casa eran chismosos, muchos eran molestos o tremendamente religiosos, cualquier cosa que les pareciera sospechosa se hilaban una historia completa sin saber si era verdad o no.
Pero al mismo tiempo, si era verdad, sabía que no combaría nada.
Sus padres no iban a divorciarse, en todo caso temió por la vida de su padre, porque su madre solía decir ‘Antes viuda que dejada’ cuando era mas joven.
El maestro asintió conforme y siguió explicando algo de probabilidad en lo que Rebeca ya no pudo concentrarse, pero al sentarse en el medio hizo que no le hicieran tantas preguntas. El termino de hora llego y ella aprovecho para irse, todavía tenía otra clase, pero su cabeza no lograba procesar lo que sus amigas le decían.
Tomo su bolso y guardo la libreta que había fuera, la pluma se le callo y alguien le hizo el favor de pasársela.
─Gracias─ Dijo antes de meter la pluma en el bolso y salir el salón, el guardia no la dejaría salir por que aun faltaba una hora para la salida, y tampoco podía irse como si nada. Así que no fue a la entrada principal y en cambio fue a la zona de deportes de la preparatoria.
Camino hacia donde nunca había nadie ni las cámaras podían llegar, a pesar de que todos sabían que por ahí podías fugarte, pero como siempre el área estaba desierta. Lanzo su bolso sobre la barda y después se subió a un banco para estar mas alta, sujetarse del borde y subir por ahí para saltarse el muro y caer de pie del otro lado al rotar su cuerpo.
─No esta mal, Brutts─ Se sobresalto y se dio vuelta, para encontrarse a Roy, fumando.
Hizo una mueca de desagrado al verlo, pero él no pareció afectarle en lo más mínimo. No le respondió solo se colgó su bolso en el hombro y se fue a paso apresurado, o esa era su intención antes que el bastardo la sujetara del hombro.
─ ¿Qué quieres? ─Se soltó jalándose inmediatamente, él la miro con molestia.
─Has estado ignorándome toda la semana, Rebeca ¿Qué te pasa?
─ ¿Me tiene que pasar algo? Estoy harta de que te la pases cuestionando lo que hago, no somos una pareja.
─Por que no quieres, te pedí que fueras mi novia y me mandaste a la chingada. No es mi culpa.
─Pues deja de insistirle ¿Sí? Estoy hasta la madre de que quieras meterte donde no te llaman─ Fue una discusión corta pero lo suficientemente larga como para que ellos dos terminaran odiándose al menos hasta la siguiente semana.
Roy era un becario de la universidad, estaba haciendo su servicio en la preparatoria haciendo los justificantes o mandados a los maestros, pero se la pasaba de muy buena manera con Rebeca hasta hace unos meses, cuando ella iba en su segundo semestre, una fiesta, su primera borrachera, su virginidad.
Como fuera que hubiese pasado, ambos terminaron en buenos términos a la mañana siguiente y se siguió repitiendo de manera irregular, solo que Roy se fue encariñando con ella de poco a poco, ahora quería que fuera su novia, pero ella le había dicho que no, a secas. Sin ninguna razón como para negarse.
─ ¿Es porque soy becado?
─No tiene nada que ver que seas becado, yo también tengo beca ¿Lo sabes no? No quiero tener novio.
─ ¿Quieres tener novia?
─No, tampoco. Deja de insistir ¿Sí?
Ahí había llegado la buena relación de los dos. Bien, bien, Roy entendía que no podía forzar a Rebeca a salir con él, pero le molestaba que no fuera su novia.
Le había reclamado de manera injustificado cuando ella le coqueteo a alguien mas en la escuela y como resultado de llamarla, termino mas enojada con él. ‘Supongo que tendré que conformarme con el titulo de compañeros de cama’
Aunque realmente ni siquiera eran eso.
Rebeca solo había estado con él una sola vez, pero eso fue suficiente para que alguien le llegara con el chisme a su madre, quien desde entonces ya no la bajo de ‘Prostituta’
Rebeca regreso a casa y subió a su cuarto ignorando el hecho de que había un águila en su sala, Umar y Orum se vieron aterrados de que ella los hubiera visto, pero para su suerte ella estaba más distraída pensando en su padre y en su aventura. Claro que no dudo en llamar a su padre para que tanta verdad había en esas palabras.
Su padre contesto después del quinto tono con una voz cargada de cansancio.
─Hola, papá─ Saludo cuando se aseguro que la llamada ya estuviera en curso.
─Hola, mi’ja ¿Y ese milagro que me llamas? ─Pregunto animado, escuchaba a sus compañeros bromear al fondo.
─No pues… me llamaron hace como una hora de no se que cosa. Que finalmente vas a dejar a mamá y ser feliz. Me llevas contigo ¿verdad? ─Pregunto con algo de ilusión.
─No me digas, tu hermana te fue con el chisme de que tuve una aventura─ Dijo su padre comenzando a carcajearse, lo escucho animado y supo de inmediato que era una mentira de Susan─ Las pinches vecinas con sus cosas. Me sorprende que le hayas creido… no, me sorprende que le hayas contestado.