Mi Genio, el Encuentro

Capítulo VIII

>> Narra Moon

- Papá, ¿cómo te sientes? - Me dirigí a mi padre, recordando lo que le había hecho hace poco antes de viajar a la Tierra.

- ¿Crees que un niño mocoso como tú podría lastimarme? - Me dio un golpe en la cabeza y continuó diciendo. - Debes madurar y crecer; ya no puedes ser un niño inmaduro, todo un pueblo necesita de ti como el príncipe heredero y hermano mayor que eres de tus cinco hermanos.

- Kuyen es más maduro que yo y está más que dispuesto a seguir tus órdenes. Mi hermano menor está más capacitado para el puesto que yo … - Ambos miramos en dirección de mi hermano Kuyen, quien estaba cortejando a una joven. -… míralo bien, pronto te hará abuelo. Ya estás muy anciano y aún no eres abuelo, estás tardando mucho y pronto no podrás sostener a tus nietos con esos brazos débiles.

- Deberías seguir su ejemplo. Deberías casarte con la princesa de Sol, casarte con una lunera para que ya no estés disponible o ponerle fin a este conflicto de una vez. Sus caprichos continuos van a destruirnos a todos por causa de tu cobardía.

- Desde hace mucho tiempo está decidido. Esa relación dañina no tiene futuro. - Mi madre se acercó con cuidado y acarició el hombro de mi padre. - Si te casas con ella, ¿no crees que tendríamos que soportar sus caprichos diarios? Ella podría destruir Luna en un solo momento. Si te vas con ella, morirás apenas te acerques al Sol. No entiendo cómo no pueden comprender la simplicidad de este tema. Amo a mis hijos, y no soportaría perder a uno de esta manera tan cruel. Nosotros seríamos cómplices de su propia muerte si continúan con estos planes.

- Mujer, no seas exagerada. La princesa de Sol puede ser terca, malcriada y mimada, pero también lo ama tanto que no permitiría que le pasara nada al dueño de su corazón. - Mi padre sonrió mirándome, en un gesto burlón.

Mi padre tomó las manos de mi madre, la miró fijamente y continuó -… Mahina, mi Reina, mi amor, madre de mis hijos, dueña de mi corazón y mi alma. Escúchame bien: jamás permitiré que esa mujer malcriada y pretenciosa se lleve a nuestro querido hijo. Mis hijos son sagrados y nadie les hará daño mientras yo tenga fuerza en este cuerpo. Lo juré el día en que recibimos a nuestro primer hijo, y lo sigo jurando cada vez que un pequeño se une a nuestra familia. Tú y nuestros hijos son lo más importante para este viejo, y mientras viva y tenga fuerzas los defenderé con todo mi ser.

Nunca antes lo había escuchado hablar tan seriamente sobre nosotros, sus hijos. Siempre nos trataba bien y nos consentía cuando éramos pequeños, pero cuando vamos creciendo nos trata con exigencias, indiferencia y frialdad. A mi madre le salieron algunas lágrimas, y mi padre la consoló de inmediato.

El otro anciano se acercó de nuevo a mi padre y comenzó a hablar con mi padre sobre planes de defensa y ataque en caso de ser necesario. En el centro del salón hay una mesa grande y un mapa perfecto de la Luna plasmado en arena lunar.

- Necesitamos al menos diez de nuestros mejores soldados en la planta baja, otros diez en la planta alta, unos más detrás del muro principal y el resto en el segundo muro. Recuerden que el fuerte está diseñado para proteger la Luna de la entrada de extranjeros. Los niños deben estar en el salón de juegos con las mujeres y los ancianos. - Dice todo esto en voz baja y sumamente serio.

- Debemos proteger Luna, no tendremos a dónde escapar. Escojan y busquen los soldados necesarios, repacen el mapa del fuerte y prepárense para la defensa. No podemos permitir que ningún solero toque Luna. - Ordenó mi padre a todos a su alrededor.

En el salón de planeación, había al menos seis hombres alrededor de la mesa y dos mujeres con nosotros. Los hombres se encargan de ataque y defensa, y las mujeres velan por el bienestar de las mujeres, los niños y ancianos. Todos rodeamos la mesa con el mapa perfectamente creado por mi hermano Hilal.

En el centro de Luna, hay una grieta causada por los soleros hace unos siglos atrás. Dividimos la Luna en dos partes: la parte cerca del Sol la llamamos Norte, y la parte cerca de la Tierra la llamamos Sur. El Puente de los Deseos, el centro de reuniones y el castillo familiar están junto a la grieta para evitar que los luneros caigan en ella durante las largas y oscuras noches. Las cuevas familiares, el centro de niños y las cuevas de emergencia están en el sur. El fuerte, nuestras cuevas principales, el observatorio y la biblioteca están en el norte. Hay más áreas intermedias, como las áreas recreativas de los niños y los cultivos. Nuestra Luna es pequeña en comparación con el Sol, pero hacemos lo necesario para tener una buena vida en familia.

Sigo pensando en qué hacer con esta situación que se avecina. Si tan solo pudiera detener el eclipse solar, sería la mejor solución en estos momentos. Durante este eclipse, el sol y la luna están más cerca que lo habitual, lo que hace que sea el momento perfecto para que los soleros ataquen. Pensé que los luneros más inteligentes de Luna: mis hermanos, son los más capacitados para ayudarme.

Mis tres hermanos menores encarnan la esencia y el potencial, un trío de prodigios. Su unión destaca por su excepcional inteligencia, habilidades sobresalientes y un vínculo fraternal que es un pilar fundamental para el bienestar y la prosperidad de nuestro reino. Su presencia autoritaria en nuestra corte es un testimonio vivo de la magnificencia y diversidad que emanan de las profundidades de la luna. La nobleza y la sabiduría que irradian mis hermanos son un recordatorio constante de la grandeza que emana de las estrellas y la luna misma. 




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