Capítulo 20.

- Entonces… me he arreglado con Callaghan – aprieto los labios inquieta cuando Krisha solo me da una mirada inexpresiva.

- Lo supuse cuando los vi llegar juntos – muerde su rebanada de pizza.

- … ¿No vas a decir nada más? – picoteo mi comida.

- ¿Cómo qué? – se encoge de hombros – No es la primera vez que se pelean y luego se arreglan -.

- Esto es diferente a antes – le doy una mirada que dice “¿no puedes ver eso?”.

- Mmmm, por el hecho de que ahora son novios, ¿es eso? – se ríe entre dientes – Isis, aun cuando no se estaban comiendo los rostros a cada pequeña oportunidad antes, ustedes peleaban y hacían escenas y luego volvían juntos como un resorte que se ha estirado mucho – me sonríe – esos siempre han sido ustedes. La única diferencia es que ahora las reconciliaciones son lo mejor, ¿no? – ahora es ella quien me da una mirada conocedora que hace que me sonroje hasta la raíz del cabello.

- ¡Krisha! – chillo escondiendo mi cara tras mis manos.

- Oh, vamos. No puedes estar realmente avergonzada de eso – me empuja el hombro.

- … Entonces, ¿no piensas que estoy tomando la decisión equivocada? – murmuro tras mis manos.

- ¿Equivocada? – frunce el ceño levemente.

- Desde que inició el curso Callaghan y yo hemos estado en este tira y afloja una y otra vez -.

- ¿Y qué? ¿No es parte de estar en una relación? ¿Qué tiene de malo? -.  

- ¿Así que piensas que todo eso es… normal? – bajo mis manos.

- ¿Normal? ¿Qué es normal? – alza una ceja, agitando una de sus manos – Isis, no pierdas el tiempo pensando en esas cosas. Cuando dije que las relaciones son así, no me refería a que fuera una regla o algo por el estilo. No hay un ideal de cómo debe ser una relación. Claro, las personas siempre van a tratar de decir cómo deben ser las cosas, encasillarlas, criticarlas, pero mientras tú y él se gusten, se sientan bien con lo que tienen, ¿Qué importa si es normal o no? ¿si los demás lo ven bien o no? -.

- Pero, ¿y si solo nos hacemos daño? -.

- Dios. Lo piensas mucho – suspira – Para ser demasiado inteligente a veces eres tan tonta -.

- ¡Estoy siendo seria! – me quejo.

- Yo también, así que escucha con atención, - se pone de lado en la banca para que quedemos frente a frente – no puedes huir de tus sentimientos o de los suyos solo porque tienes miedo de lo que puede o no suceder o de si es normal o no. No hay nada garantizado en este mundo. Dime, ¿no te arrepentirías en un futuro si no das este paso solo porque tienes miedo? Si lo intentas y no termina bien, piensas que vas a arrepentirte, pero si no lo haces, estoy segura que siempre te quedaras con él “y si…”. Entonces, lo que tienes que pensar es ¿Con cuál de ambos arrepentimientos puedes vivir? ¿Cuál dolería menos? ¿Cuál más? Elige uno y luego no mires atrás -.

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Durante el resto de las clases estuve pensando en lo que Krisha dijo. A veces parece que ha vivido varias vidas en lugar de solo 18 años. Me alegra tenerla como amiga.

Al final del día, estoy agotada tanto física como mentalmente. En parte por el obvio curso de mis pensamientos, pero también porque eso no impidió que mi corazón se saltara un latido cada que Callaghan me tocaba, me besaba o simplemente cuando me susurraba algo en el oído durante las clases. Tonteábamos como… bueno, como dos tontos enamorados. Mis emociones fluctuaban como una montaña rusa entre la preocupación y la felicidad.

Extremadamente exhaustivo.

Estoy segura de que si fuera una tercera viendo desde un lado hubiese comenzado a vomitar arcoíris y corazones por todos lados.

Sin embargo, simplemente estaba dándome de topes contra la pared. Krisha tenía razón (como siempre), no podía no intentarlo. Ya le había dado mi palabra a Callaghan, también. No podía dejar que el miedo ganara. El tiempo para decidir había pasado, ahora viéndolo frente a mi sonriéndome y contándome sobre como casi lo atrapa su madre en la mañana cuando regresó a casa, mi corazón late rápidamente y no en la misma manera en la que lo hace cuando el me toca o me mira, quiero decir, en una mala manera, solo de pensar en alejarme de esto. De él. Porque estoy segura de que si en este momento, decidiera darle la espalda a nosotros como pareja, no habría más vueltas atrás. Lo perdería de mi vida. Ni siquiera podríamos seguir siendo amigos. No sería justo ni para él ni para mí continuar en esa línea ambigua como hasta ahora.

Cuando no sabía lo que sentía por mi o como se sentían sus besos o que me abrazara toda la noche… tal vez aún tenía una oportunidad de darle la espalda, pero ahora que sé todas esas cosas, es imposible.

Estoy completamente enamorada de él.

Si en algún momento él se llegara a cansar de mí o le dejara de gustar, por lo menos tendría estos recuerdos, estas memorias de nosotros juntos, para atesorar toda una vida.

Tal vez, es por esto que la gente tiene relaciones y se arriesgan a salir heridos. Tal vez, esto era lo que me estaba perdiendo. Tal vez, esto era lo que quería decir mi madre aquella vez, hace tanto tiempo.