Recuerdo que saliste de la pansa de mamá, justo tres meses después de que yo saliera de la pansa de mí madre, eras la cuarta en salir del vientre de tu madre pero aun así, fuiste la primera niña, en total ustedes son 8 hermanos de sangre, tú madre al igual que tú padre son profesores. Tú y yo no nos conocimos hasta el año en que ambas cumpliríamos 16 años, nuestras vidas eran muy aparte, teníamos distintas creencias, sin embargo sé que Dios de a poco me llevó hasta donde tú te encontrabas; donde estaba aquella personita que se volvería como mi hermana, junto con “Lulu” ¿La recuerdas?, Lolo ¿la recuerdas?, bueno… “Lala” soy yo; yo por mi parte no logro recordar cuando fue la primera vez que hable contigo o con Lulu, pero sé algo importante entre nosotras al tomar las vocales (“a”, “e”, “i”, “o” y “u”) y formar un circulo con ellas nuestras letras se unen en el orden “o”, “u” y “a” por lo que Lolo, tu llevas la delantera ante nosotras, luego está Lulu y al final estoy yo, como si la vida estuviese diciendo –la primer chica es el principal escudo que vigila el futuro permitiendo soñar a las demás, la segunda analiza las situaciones del momento dejando que las demás lo vivan de la mejor manera y la tercera observando los errores del pasado para que no se vuelvan a cometer en el presente y mucho menos en el futuro- ¿tres chicas raras no crees lolo?.
Recuerdo que fue el primer año de bachillerato yo no tenía muchos amigos, puesto que era la sexta escuela a la que asistiría, de hecho tenía dos amigos niños para ese entonces uno lo conocía de noveno grado y el otro era nuevo, los dos estaban contigo y otras dos personas que no logro recordar, estaban con una botella, para entonces sólo habíamos cruzado un par de palabras por cuestiones académicas, sino más recuerdo, pero el punto es… esa botella con “agua” estaba ahí con ustedes y luego me hablaron, me pareció extraño pero fui porque conocía a dos de quienes estaban ahí, uno de ellos me dijo que bebiera de la botella, yo le dije que para qué, él dijo que solo lo hiciera, dije que no, insistió tanto que me pareció extraño, me retó a tomar de esa botella, los demás decían que solo era agua y pues yo acepté, el segundo amigo mío me dijo que si él fuese yo no bebería, pero cuando lo dijo ya era algo tarde, el agua salada y marga ingresó a mi boca, sentí deseos e vomitar y salí del salón un poco de prisa mientras todos ustedes reían, por suerte no tragué esa agua sino que la voté a las afueras del salón, en eso otro amigo de tercer año que conocí por cuestiones del destino, iba pasando y me preguntó qué había pasado y si quería agua, le dije que nada pero sí necesitaba beber algo para quitarme el mal sabor de la boca, la inmensa cantidad de sal que tenía esa agua me quemó todo el paladar y la lengua, luego entré un poco decepcionada y molesta porque mis amigos me hubiesen jugado una broma tan pesada, pensé… ¿alguna vez me di a la broma con todos ellos para que esto me ocurriera?, te vi sonriendo con todos ellos pero también te escuché decirles que esta vez sí se habían pasado, fue un gesto amable de tu parte, luego de la feria de logros realizada en el instituto donde nos conocimos, se deshicieron los grupos en los que estábamos y la maestra eligió quienes serían nuestros nuevos compañeros y bueno creo que así fue como nos fuimos conociendo más, entre actividades, tareas, amigos en común nos fuimos acercando en el primer año, luego empezarían nuestras aventuras junto a Lulu.