Mi hermanastro

Capítulo 15

—Te ves... —pauso haciendo algo de suspenso —Increíble Mackenzie —
Y sé que lo decía de verdad, sonó demasiado sincero al decirle, sonreí emocionada de escuchar decir a Austin esas palabras, y luego bajamos por el ascensor y esperamos unos minutos bajo la luz de la luna, y llego un auto último modelo color blanco, subiéndonos en la parte trasera.

—¿Estas emocionada?—escuche su voz cerca de mi oído.
—Mucho —admití un poco nerviosa.
El paseo se detuvo cuando llegamos a un lugar muy elegante y grande, dentro de este se podía observar a pura gente adinerada, vestida como verdadera gente decente.
—Buenas noches —saludo cordialmente un muchacho con no menos de 20.
—Buenas noches, tengo una reservación a nombre de Austin Brown —dijo Austin mirándome, con una mano sobre mi cintura.

—Por aquí —dijo el chico comenzando a caminar por entre las mesas. 

Finalmente llegamos a una mesa de dos, muy cerca de la enorme ventana y algo más alejado de toda la gente.
Se porto como un caballero ayudando a sentarme y pidiendo vine blanco para empezar a ver el menú, ordene Hochepot que en realidad es estofado de carnes con vegetales y Austin ordeno Carbonade flamenca, carne estofada en cerveza.
—Austin —mencione bajito.
—¿Si linda? —cuestiono poniéndome atención.
—Cuando regresemos a Bradford ¿Qué pasara? —pregunte un tanto confundida.
—Todo será como antes —
—¿Cómo, "como antes"? —pregunte.
—Yo regresare a mi vida con Isabella y los populares y tu regresaras a tu vida con tus múltiples novios —explico, y mientras decía eso se notó un poco tenso al comentar lo de mis supuestos 'novios'.
—¿Múltiples? —pregunte arrugando mi frente.
—Harry, Nicolas y el castaño no recuerdo su nombre —dijo haciendo una mueca rara.
—No son mis novios, solo son mis amigos —asegure riendo.
—Como sea.
—Austin, si yo me llego a enamorar de ti, no te enamores de mi por favor —
le dije bajando la vista.
—¿Por qué? —levanto mi vista tomándome suavemente del mentón.
—Porque no podemos ser más que solo hermanastros, no... debemos —le afirme bajando mi mirada de nuevo.
—Veamos que decide el futuro linda —dijo hablando claramente.

Luego de la cena, salimos del restaurante y subimos nuevamente al auto.
Estaba ansiosa por saber que era lo que pasaría, no estaba segura de que era realmente lo que Austin buscaba conmigo, pero luego de entrar sentí sus manos rodear mi cintura por la parte de atrás, y las mariposas que estaban quietas comenzaron a tomar vuelo por todo mi cuerpo.
Voltee mi cuerpo quedando de frente ante él, y dejando caer mi debilidad frente aquellos hermosos ojos y sonreí al sentir la respiración acercarse cada vez más a mí, para comenzar a partirme con sus delicados y adictos besos, su fuerte mano sobre mi mejilla y yo perdiendo el control rodeando su cuello y acariciando salvajemente su cabello con mis dedos.

Sin más comenzamos a caminar a la habitación como dos locos enamorados sedientos de amor, yo iba de reversa mientras sus manos iban a ciegas asegurándose de que nada estorbara en el camino.
La emoción más fuerte, más cerca de la cama, los besos más apasionados ¡Detente! Pensé inmediatamente, no podía acostarme con él por más que lo deseara en ese momento.
—No détente Austin —dije pausada.
—No me hagas detenerme —dijo dejando de besar mi cuello.
—No Austin, por favor —dije acelerada.
—¿Por qué? —pregunto mirándome a los ojos.
—No debemos hacerlo, no está bien.
—Mackenzie vamos, solo déjate llevar —
dijo besándome nuevamente.

Y así fue, me deje llevar y en menos de lo que pensé ya estaba exhibida en ropa interior frente a él, y a la mañana siguiente ahí estábamos los dos envueltos en la sábana blanca y yo con mi cabeza sobre el pecho de Austin.
—Buenos días —dije mirándome.
—Buenos días, ¿Qué haces? —le pregunte mirando que dejaba algo en el mueblo junto a la cama.
—Leía el libro que compraste ayer, es muy interesante —dijo acariciando mi cabello.
—Lo que paso en la noche —interrumpida.
—Fue hermoso —dijo finalizando mi enunciado. 

Nos levantamos y me metí a la caliente ducha, y no había nada más en mi cabeza que la manera en la que había pasado la noche con Austin, con mi hermanastro ¿Pero en realidad tenía que pensar en eso? Prefería pensar en que el solo era Austin y no parte de mi familia, estaba tan emocionada que era imposible no ocultarlo.
—¿Ya casi? —golpeo la puerta él un poco desesperado.
—Si solo espera un segundo —le respondí terminando de poner mi blusa.
—Gracias a Dios, te tardaste mucho —dijo con una toalla sobre el hombro.
—Perdón el agua esta deliciosa —dije poniendo mis brazos alrededor de su cuello.
—Debimos comprobarlo juntos —dijo provocándome a besarlo.
—Solo bésame le pedí juntándome deseosa a él.

Todo comenzó como una simple probada de labios, pero es imposible separarse del cuándo el besa de esa forma tan exquisita y tierna, sus labios acoplándose perfectamente a los míos y sonriendo entre besos, finalizo mordiendo mi labio inferior y luego dándome un tierno beso sobre los labios.
—Deja me baño, para salir de aquí no quiero estar encerrado dijo luego de besarnos y dando unas palmaditas en mis glúteos.
—Te espero le dije riendo por su acción.

Estábamos en el parque con una bolsa de doritos sentados en el verde césped, platicando de malas experiencias. De pronto se encontraba sobre mi hablándome tan de cerca que lo único que pensaba y deseaba era besarlo.
—Eres tan perfecto confesé acariciando su mejilla con la yema de mis dedos.
—¿Qué hay de perfecto en mí? pregunto mirándome detalladamente.
—Tus ojos, tu nariz, el tono de tu piel, tus labios y eso es solo tu perfecta cara lo mire como nunca lo había visto, con amor.
—Tú también eres perfecta dijo.
—Solo lo dices para no quedarte sin decirme un cumplido dije tocando su cabello.
—¡Claro que no! Eres perfecta al hacer todo, la manera en la que caminas es mi principal debilidad.
—¿Qué tiene mi manera de caminar?
 pregunte curiosa.
—Caminas muy seductoramente —soltó en medio de una carcajada nerviosa y tierna.
—Hay algo más que me gusta de ti —dije sonriendo.
—¿Qué cosa?...
—Tu voz me parece encantadora —
dije mirando mi mano acariciar automáticamente su cabello.
—Me encantas, eres única —dijo son tono sincero.
—Y tú lo eres más —le respondí.
—¿Qué te gusta más de mí?... —




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