Lucy Loud.
Me sentía la chica más miserable del mundo. Quería que la tierra me tragara. Cualquier cosa con tal de dejar de existir.
Todo con el odjetivo de dejar de sentir este dolor.
Ya no lo soportaba más. Un simple descanso. Un cencillo descanso temporal ya no era suficiente.
Ya nada era suficiente. Podía sentirme mejor solo con pasar un tiempo con el. Con solo disfrutar de su compañía por solo un poco de tiempo, sería suficiente.
Me abraze con aún man fuerza al persar en eso. No. No sería suficiente.
Solo sería un descanso temporal. Solo estaría ignorando la verdad por un tiempo pero después de eso tendría que volver a la cruda realidad.
A la realidad qué tanto odiaba y despreciaba.
Ya no tenía fuerzas para nada. Solo llore y llore mientras abrazaba todo mi cuerpo.
Tenía miedo de que las personas pudieran verme. No quería que nadie me mirara en un momento de tanta tristeza.
De seguro no aguantaría la vergüenza sumada a mi calvario.
Así que me escondí en unos arbustos y seguí llorando. Persibi que ya estaba oscureciendo.
Por un momento la idea de volver a casa paso por mi mente pero de inmediato sacudi mi cabeza para apartar ese pensamiento.
No quería volver. Si volvía el estaría hay.
No. No iba a volver. Solo me quería hay escondida en la oscuridad. Con frío y con las tinieblas como únicos tectigos de mi desdicha.
Tal vez mi familia estaría preocupada por mi.
No eso era imposible. El no estaría preocupado por mi.
Ya no tenía tiempo para mí.
Mi cuerpo comenzó a temblar por el frío y eso solo hizo que mi tristeza aumentará aún más
Derepente sentí que una mano me tocaba. No le preste atención de seguro era solo mi imaginación.
Además no había forma de que alguien me encontrará. Me había escondido para asegurarme de que eso no ocurriera.