Mi hermoso ángel

Capitulo 6

Jared me lleva a las afueras y recorremos varios lugares en la moto, nunca me imaginé que solo pasear así fuera tan divertido y energizante. El viento en mi cara, la vibración en mi cuerpo y el paisaje pasando a toda velocidad a mi lado, pero lo mejor de todo es sentir a Jared junto a mí, su alegría y su forma tan brillante de ver las cosas me dan otra perspectiva de los lugares que ya conozco.  

De regreso a la ciudad ya es de noche y aparcamos frente a un lindo restaurante. Me bajo de la moto intentando hacerlo con estilo como las chicas de las películas, pero fallo estrepitosamente y de no ser por Jared que me sujeta hubiese caído de cara al suelo. Las piernas me tiemblan como un ternero recién nacido ¡trágame tierra y escúpeme en la china por favor! 

—Cuidado hermosa—él me está abrazando y en mi espalda puedo sentir el calor de su cuerpo—no quiero que te hagas daño—su voz cerca de mi oído hace que las mariposas de mi estomago bailen sin control. Respiro profundo y obligo a mis piernas a que me sostengan—¿Estas bien? —asiento con la cabeza y el me suelta. No quiero darme vuelta, mi cara debe estar roja. Intento quitarme el casco, pero no sé cómo funciona—ven, déjame ayudarte—no me queda de otra más que voltearme. ¡Virgen santa! Debe ser pecado verse así de sexy. Esta todo despeinado, pero lejos de verse mal, es condenadamente atractivo—listo, ya eres libre 

—Debo verme fatal con el cabello desordenado—intento organizarlo un poco y Jared se me queda viendo fijamente—¿Qué pasa? ¿Tengo algo? —eso sería el colmo de la vergüenza, que encima se me pegara algún bicho en la cara—Jared toma mis manos y besa cada una sin dejar de mirar mis ojos 

—Estas absolutamente preciosa—recójanme con cucharita, que ya me derretí. Me quedo sonriendo como tonta y el me guiña el ojo—entremos ya, que está haciendo frio 

  

—Wow, es... es... wow—me quedo asombrada por el hermoso del lugar; del techo cuelgan cientos de flores blancas. Las columnas están cubiertas por enredaderas, por poco siento que estoy entrando en un cuento. En las mesas hay velas y flores flotantes 

—¿Te gusta? 

—Me encanta, es... es... wow —un mesero se acerca a nosotros 

—Lo veo y no lo creo, de verdad Jared Rodríguez trajo a una chica—el mesero me toma de los brazos —sí, eres real, muy real—me da un beso en cada mejilla y yo me quedo estática ¿Qué pasa aquí? —Gracias, muchas gracias 

—Ya déjala idiota—Jared lo empuja y me abraza por la cintura. Su amigo se ríe y levanta los brazos 

—Tranquilo bro, es tu chica, lo respeto, pero debes entender mi emoción, casi estaba seguro de que eras... 

—Suficiente Owen, cierra la boca—el chico hace una seña de cierre en su boca—Hermosa, este tarado es mi amigo Owen. Owen, ella es Angelica 

—Es un placer conocerte Angelica 

—Igualmente Owen—acomoda su chaleco y señala al interior—Señor, señorita, bienvenidos al Giardino Incantato, síganme por favor y los llevare a su mesa—Jared toma mi mano y seguimos a Owen al fondo del restaurante donde nos señala una reservación al lado de la chimenea. Si creía que esto no podía ser más romántico, la luz y calidez de la chimenea le da un toque más íntimo. El chico retira mi silla y nos entrega la carta 

—Gracias  

—Voy por sus entradas, mientras revisan el menú—antes de irse se acerca un poco a mí y me habla en voz baja, pero lo suficiente alto para que Jared escuche—si este tonto no está a la altura tu nada más me haces una seña y yo te saco por la puerta de atrás más rápido de lo que puedas decir lasagna—eso me hace reír 

—Lo tendré en cuenta para cuando quieras copiarme en el próximo examen idiota 

—¡Vamos bro! Eso es golpe bajo—Owen se va hacia lo que supongo es la cocina 

—No le hagas caso, es un idiota 

—Parecen ser buenos amigos 

—Eso no te lo niego, es un idiota, pero es un gran amigo ¿de verdad de gusta el lugar? 

—Si, en serio me gusta, es precioso—Jared toma mi mano por encima de la mesa 

—Me alegra—Ahí van mis mejillas rojas otra vez. Nos quedamos mirando y lejos de sentirme incomoda, me gusta que me mire 

—Disculpen—Owen regresa con dos platos y una botella de vino—les traigo una deliciosa minestrone para que abran el apetito—pone frente a nosotros una sopa de verduras que huele riquísimo y sirve vino blanco en las copas—¿Ya decidieron que van ordenar? —Miro el menú, pero hay muchas opciones 

—¿Qué nos recomiendas? 

—Bueno Angelica, te cuento que la lasagna de carne hoy está mejor que de costumbre, pero si quieres algo diferente el chef acaba de experimentar con una nueva receta, risotto de pollo al curry, aún no hace parte del menú oficial, pero te prometo que esta deliciosa 

—Eso se me antojo, confiare en ti, quiero el risotto 

—¿Y el caballero que va a ordenar? 

—Ni creas que por andar de meloso te voy a dejar propina. Yo quiero la lasagna—Owen se lleva la mano al pecho 

—Me ofendes amigo, yo siempre soy así de atento —Toma los menús y hace una ligera reverencia—En un momento traigo su pedido, que disfruten de la noche 




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