Recuerdo que todo empezó con miradas perfectamente encajadas.
Soy una chica común, una chica con muchas expectativas de la vida, del amor, del estudio, pfff tengo 16 años, con las ganas de salir de casa a divertirme.
Hace un año conocí a un chico, se llama Gabriel, lo conocí a mitad de año, él estudiaba en el mismo colegio en el que me encontraba. Gabriel era un año menor que yo, tenía los ojos hermosos, con un lunar en su pestaña del ojo izquierdo, era más alto que yo, su look era un short un poco más arriba de las rodillas, siempre llevaba una sudadera ploma o blanca, y nunca olvidaba sus audífonos. Su sonrisa, sus ojos achinados, su cabello revuelto, era perfecto, era perfecto para mí.