Mi Imbécil Favorito

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CAPÍTULO 12. LA FIESTA II

 

Me quedo en la improvisada pista de baile. Libero tensiones meneando las caderas al son de la música.

— Nunca te había visto por aquí, ¿acabas de llegar a la ciudad? — un chico alto y realmente guapo está delante de mí, sonriendo.

— No — le sonrío — , pero acabo de cambiar de instituto y mis nuevos amigos vienen bastante.

— Ah. Pues me alegro de haberte conocido.

— Igualmente. Soy Nora

— Yo Alex. ¡Encantado!

Después de conocernos un poco mientras bailábamos, pasamos a solo bailar.

No sé en qué momento me he dado cuenta de que Nick está a unos metros de donde yo me encuentro con Alex. No está muy contento con mi acompañante. No le quita los ojos de encima. Comienzo a bailar de una forma mucho más sexi de lo que acostumbro a bailar. El alcohol que circula por mis venas me da el suficiente valor como para bailar de esta forma, pegada a Alex, y mirando fijamente a Nick. Este último se muerde el labio inferior mientras se deleita observando el movimiento de mis caderas. La canción termina y necesito ir al baño, así que me giro hacia Alex y me despido de él. Intercambiamos números para volver a vernos en otro momento y yo me voy en busca del cuarto de baño. Cuando me giro hacia donde hace un escaso minuto estaba Nick, me doy cuenta de que ya no se encuentra allí. Paso, me estoy meando.

 

— ¿Me pones un cubata? — me acabo de encontrar a Will en la cocina poniendo cerveza en un vaso. Así que me voy a aprovechar y lo voy a utilizar de barman.

— ¡Claro! Y cien también — contesta de forma irónica. Sino fuera por la sonrisa que lleva en la cara diría que está molesto. Pero no lo está. Le abrazo en agradecimiento. Acabo de comprobar que si bebo mucho estoy muy cariñosa — . Si no me sueltas no puedo ponertelo.

— ¡Perdón! — me siento encima de la encimera de la cocina. Miro como pone mi copa y a la múltiple variedad de gente que pasan por esta parte de la casa. No conozco ni a la mitad de estas personas...

— Aquí tienes Smith.

— Gracias, Johnson — desde que fuimos a clase de física la primera vez nos empezamos a llamar por nuestros apellidos. Al principio fue en burla al profesor ya que se pasaba bastante con eso, es demasiado cuadriculado en ello. Pero ahora, después de unas semanas ya nos hemos acostumbrado a llamarnos así entre los dos. Es algo nuestro.

Will sale primero de la cocina por una puerta que me parece, lleva al patio. No le he dado ni un trago a mi copa cuando Jake me acorrala contra la encimera en donde estoy todavía sentada, posicionándose enfrente mía y apoyando sus brazos a ambos lados de mis muslos desnudos.

— ¡Hola, bichito!

— Capullo.

— Veo que estás contenta, eh — contesta con una sonrisa burlona. Ahora mismo me gustaría pegarle, aunque no tengo muy claro el porqué.

— Es verte y querer pegarle a alguien — admito para ambos. Él simplemente se ríe.

— ¡Vamos a bailar! — no es una pregunta. Por su tono de voz creo que no me queda más opción que bailar con él. Quizás sea el alcohol pero me alegra que quiera bailar conmigo.

"No puedes achacar todo al alcohol..." — me reprocha mi subconsciente mientras avanzo de la mano de Jake hacia la pista de baile.

Al llegar al centro de la multitud de hormonas que llenaban la pista empezó a sonar una canción.

— Nuestra canción... — susurramos los dos a la vez. Él tiene una estúpida sonrisa de "enamorado", y estoy convencida de que yo llevo la misma expresión en mi cara.

— Baby, just to wake up with you — Jake cantaba la canción cerca de mi oído para que le oyera. Cuando salíamos juntos que hiciera esto me encantaba. Ahora me parece algo tan íntimo que me gustaría irme de aquí.

Me separo de él sutilmente para que no lo note mucho y sigo bailando sin darle mucha importancia al chico que tengo delante que no para de sonreír.

— ¿Pasa algo? — me pregunta cuando la canción ya ha terminado.

— Recuerdos...

— ¿Nuestros? — asiento — Yo nunca los borré de mi mente, bichito.

¡¿Eso significa lo que creo que significa?! ¡Por Dios!

Estábamos a centímetros el uno del otro, a centímetros de besarnos, pero a nuestro lado distinguí una camisa negra que se ajustaba a esos músculos tan bien definidos, me giré para ver qué hacía Will. Él estaba ahí parado bailando con una chica, o más bien follando con ella en mitad de la pista. ¡La chica no se cortaba un pelo! Jake puso sus manos en mis mejillas y giró mi cara para que nuestras miradas se unieran en una sola. Sus labios cada vez estaban más cerca de los míos, intentaba dejarme llevar, que todo fluyera, pero eso es algo que no se busca y yo no podía parar de pensar en Will y en lo que estaba haciendo a tan solo unos pocos metros de mí con esa chica, que por cierto también la había visto montarselo con Jake en el patio... ¿¡Cuál es el próximo, Nick!?

Cuando nuestros labios estuvieron a punto de juntarse mi cara se volvió a girar para mirar a Will, pero él ya no estaba. Jake posó sus labios en mi mejilla, y en ese momento me di cuenta de la tremenda cobra que le acabo de hacer.



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En el texto hay: adolescentes, amor, apuestas

Editado: 24.07.2021

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