1 semana después.
- ¿qué haces aquí? - pregunto acercándome al desgraciado que lleva días fuera de la escuela cada vez que salgo
- me debes algo, vengo a cobrar la deuda - levanto la ceja -no te enseñaron Mía que todo se paga - giro mi cabeza y tenemos la mirada de todos encima - debes pagarme.
- Okay - me acerco a él con nervios, sé que lo que voy a hacer está mal, me pongo de puntitas y le doy un poquito - listo.
- es un buen beso - me agarra de las mejillas y estampa su boca con la mía, su beso es brusco, me cuesta seguirle el ritmo, mi mente está en blanco y recuerdo dónde estoy y me alejo.
Los dos nos quedamos callados y agitados, escucho todos los gritos y silbidos, mi cara debe estar roja de vergüenza.
- ¿qué hac…- mi pregunta queda en el aire cuando dispara y los silbidos se convirtieron en gritos- ¿Estás loco?- le gritó giro mirando los guardias venir a nosotros - vámonos - él no se mueve y me toca llevarlo a la mano - muévete
Corremos como 3 cuadras paro en el medio de la calle tratando de recuperar el aire y él está a mi lado como si no hubiera corrido tan perfecto, giro suspirando tomándome del cabello - mi padre se va a enterar- miro al desgraciado que también me mira.
- ¿qué tienes en la cabeza?- grito enojada - ¿acaso tienes mierda?
- fue divertido - lo miro sin poder creer que esto me esté pasando.
- Mía reacciona, esto es una pesadilla - me golpeó a mí misma - venga esto no puede estar pasando, qué loco es el que tengo enfrente.
- qué amargada - lo empujo enojada y cae sentado en la orilla de la calle - disfruta los momentos Hazinem.
- creo que disfrutamos de diferentes maneras - agarro mi mochila que terminó en el piso del enojo y la adrenalina - lárgate y no me vuelvas a buscar, ya no te debo nada.
Hazinem - dice detrás de mí y sigo caminando - espera te llevo a casa.
-para pedirme otra cosa cambio - rio sin ganas - no gracias prefiero caminar a subirme a un auto contigo de nuevo.
El trayecto a casa es largo, la hija de un hombre importante enredada en esta mierda por un desgraciado - mi padre va a matarme -
- hija hermosa - dice mi madre con una gran sonrisa -¿cómo te fue?- no respondo, solo me siento- ¿estás bien amor?
- mamá papá va a matarme - digo con las manos en mi cara.
- Mía no me asustes, ¿qué sucedió?- toma mi mano mi madre siempre es paciente y muy comprensible.
- conocí un chico en la comida de la última vez lleva molestando días el otro día que Teo no pudo ir a buscarme me defendió de Luis - suspiro - me trajo a casa y me pidió un beso en forma de agradecimiento - mi mamá asiente - y no acepte llevaba días fuera de la escuela y hoy me beso casi a la fuerza - ella se lleva las manos a la boca - mamá me gusto, pero no es bueno lleva un arma para todos lados disparo en la escuela hoy porque todos nos estaban mirando y me tocó escapar con él.
-debes alejarte Mía ese joven no es bueno - asentí-¿sabes cómo se llama?
- Nicolás, no se su apellido - digo entre llanto - papá va a matarme- ella niega.
- voy a encargarme del asunto yo misma y mañana te llevaré al colegio para hablar con el director - asentí - ve a descansar un rato- mí mamá es la mejor del mundo .
En la actualidad
Me despierto y solo veo oscuridad, intento pararme, pero me duele demasiado la cabeza, no una ni un poquito de luz por ningún lado todo es oscuridad y silencio.
- ¿hola?- gritos fuertes y mi eco se escucha - ¿ahí alguien?- me muevo hacia la nada y me tambaleó y caigo al piso- mierda - tomo mi tobillo adolorido - Nicolás ni es gracioso - grito con todas mis fuerzas - no es gracioso desgraciado.
No sé cuánto tiempo paso, tampoco sé si es de día o de noche, perdí la noción del tiempo, me preocupa no saber cuánto dormí y dónde estamos, no intente arrastrarme porque sería inútil, no sé qué tan grande es este lugar, no veo ninguna puerta ni ventana solo oscuridad.
- mamá ayúdame - suspiré cubriendo mi cara con desesperación - ¿qué hago dios?- me paro e intento encontrar una pared - te odio tanto Nicolás Maldonado no sabes cuánto me arrepiento de no haberte matado- caigo con un dolor muy fuerte - te odio.
Lo último que digo antes de caer inconsciente, reacciono y tengo que forzarme a mí misma a abrir los ojos, miro al techo ya no está oscuro a mí alrededor ahí máquinas, cuerdas y muchos cuchillos encima de una mesa, nuevo mis brazos y el ruido de cadenas llama mi atención y me encuentro atada a una silla de pies y manos.
- qué hijo de puta - gruño viéndolo entrar con una sonrisa - ¿dónde estamos?
- Turquía - abro mi boca para decir algo, pero la vuelvo a cerrar - bienvenida a mi mundo hazinem - cierto fuerte mis ojos - eres toda mía una vez más - camina con un arma en su mano - y nunca te volverá a ir- dejo caer mis brazos a mi lado - eres mía para siempre.
- jamás volveré a ser tuya - le escupo en la cara - será mejor que me mates ahora - niega pasando su lengua por el cuchillo - no tienes los huevos - lo reto con una sonrisa - desátame así te clavo ese cuchillo en el medio del pecho para que veas que yo si puedo matarte sin sentir compasión
- no es compasión, hazinem es amor - ruedo los ojos - es el amor que te tengo que me hace perder la cabeza- toma un mechón de mi cabello entre sus dedos - no puedo matarte ni dejarte ir moriremos juntos cuando sea el momento indicado.
- ¿indicado?- su expresión es tan sombría, tan oscura - prefiero morir ahora antes de pasar un solo minuto a tu lado - me sacudo en la silla - Nicolás, si alguna vez me amaste, termina con esto de una vez por todas.
- te amo - es lo último que dice caminando a la salida, cuando sale todo se vuelve a poner oscuro nuevamente.