Mi luz

Larga noche. 6

Las cortinas fueron abiertas por su madre que mantenía un mismo semblante, los rayos del sol no tardaron en golpear el rostro de Emily, causándole molestia, y provocando que se levantara de golpe.

-buenos días- dijo su madre, mientras corría las cortinas.

Emily solo asintió con una pequeña sonrisa, de echo no tenía nisiquiera ganas de hablar, por alguna razón de sentía cansada, sentía que su cabeza le estallaria, es más nisiquiera recordaba que paso ayer, era como si algo le faltará, o como si uviera pasado toda la noche en una fiesta, su madre la miraba de manera extraña, es más sentía que hasta su madre esta rara, con un sonrisa se sentó a un costado de su cama, su mano acariciaba su cabello, mientras sostenía esa sonrisa.

-¿No te sientes bien?- pregunto, y com su mano intentaba acordar las hervas de su pelo.
-No... es decir, si... yo... solo es cansancio- dijo de manera vaga, nisiquiera respondió con claridad.
Nisiquiera sabía con exactitud que era lo que pasaba a mi alrededor, mi madre me apreciaba con una gran sonrisa, de pronto extraños recuerdos de ayer pasaban sobre mi cabeza, recordaba voces, el bosque y... ¿Un hombre? por que no rescodaba nada, en mis pensamientos todo era tan borroso, pero sentía una pensades, lo sentía muy real, sacudi mi cabeza, pensado que solo se trataría de un sueño.
-Baja a desayunar, talvez te hará sentir mejor- dijo mi madre para luego salir de la habitación.
Emily sacudió levante su cabeza mientras se levantaba, tomó su bata color azul que le llegaba hasta los pies, que en ella llevaba bordadas pequeñas figuras como animales, siguió para luego ponerse sus pantuflas y dirigirse al baño, refresco su rostro con el agua cristalina, despertado así por completo.

Después de diez minutos, Emily bajo hacia comedor, donde estaban sus padres comiendo, sentados en una mediana mesa redonda, cada uno sentado enfrente del otro.

-buenos días- dijo para luego hacerse a los dos y darles un beso.
-te hice huevos con tocinos, tus favoritos- dijo mi padre, mientras se llevaba un gran bocado a la boca.
-Gracias padre...- dije con emoción.

Tome el plato donde estaba el tocino, al igual que el huevo, prosegui a llenar mi plato, podía decir de una manera exagerada, al terminar de hacer esto senti como mi madre a soto el cubierto fuertemente contra la mesa, mientras su mirada estaba puesta en mi.

"Mierda"

Avia olvidado por completo a mi madre presente, por alguna razón me sentía como si fuera una mañana más desayunado solo con mi padre, al cula nisiquiera le importaba tanto las etiquetas al comer, pero con mi madre, fueran los años que pasara, nunca, nunca, ¡Podía olvidarla...!

-Perdo...- mis palabras fueron calladas por sus regaños. 
-Emily, que tee dicho, acaso estoy criando a un puerco ¿Donde están tus modales? Y Emily por favor, deja de encorvarte, ¡Ahora repite! hombros atrás Mano...- 
Me acomodé con rapidez al escuchar las quejas de mi madre, "espalda recta, codos fuera de la mesa, mentón en alto..." repetía en mi cabeza mientras recordaba cuando estaba pequeña, y a mi madre como me repetía eso miles de veces, pero las palabras de mi madres fueron calladas por mi padres con un semblante de molestia, pero no lo mostraba claramente.

-Por dios Camila, déjala en paz, es un maldito desayuno "familiar" no una cena con el rey- dijo mi padre un tanto "tranquilo".
-¡Pero claro! De quien sacaría modales tan búlgares si no es de ti... Por favor ¿Son las diez de la mañana y estás tomando una cerveza en el desayuno?- dijo mi madre con molestia, recalcando la botella de cerveza en la mesa.
-Es para no estar sobrio y escucharte...- respondió mi padre con una pequeña sonrisa.
Notaba como mi madre estaba furiosa, mi madres soltaba un evidente mirada de despreció hacia mi padre, nisiquiera se molestaba en ocultarlo.
-Te recuerdo que esta es mi casa, mi casa, mis reglas- dijo entre dientes, trata de sonar calmada.
-¿De verdad camila, O quieres que te recuerde el verdadero motivo?- menciono mi padre mientras limpiaba su boca con la servilleta, para luego coger su cerveza y periódico, y levantarse de la mesa -Sabes que, olvidalo, prefiero comer en otro lado, permiso- dijo esto para luego salir de la casa.
-Madre es mi culpa, lo siento... yo...- Camila levanto repentinamente y se alejo de la mesa en cilencio dejame por completo sola.

Mis mejillas ardía de la rabia, todo esto solo me hacía recordar cuando estaba pequeña, en esta misma mesa, pasaban casi siempre los mismos problemas que terminaban siempre, en que mi padre se fuera y mi madre se encerraba en su cuarto, todo el tiempo, era como un circulo que no tenía final, profundamente sentía que era mi culpa todo esto, sentía que mi conciencia culpaba mis acciones tan estúpidas que cometía erróneamente, sentía que nisiquiera era buena para captar una sola orden, y cada ves estaba segura que este matrimonio se destruyó por mi culpa.

Me pare en cilencio y recogí los platos de la mesa, me dirigí a la cocina, dejando los platos a un lado del lavadero, respiré profundo mientra ponía mi delantal, cinco minutos después avía dejado la cocina y mesa limpia, y solo quedaba en aciarme, mire el reloj que colgaba de la pared, en cilencio que recordaba la casa hacia que pudieras escuchar como las manijas del reloj se movían cada segundo.

Subía la escaleras en cilencio, pero, me detuve por un momento, en el pared de las escaleras avían fotos, fotos que las creía hace mucho destruidas, comenzaba apreciar la viva imagen de mis padre en su juventud, los dos se miran tan alegre y enamorados, hasta el día de su boda ¿que fue los que destruyó ese amor? Por última, quedaba una foto de mi madre y padre conmigo en brazos, estaban sonriendo, pero no sabía nisiquiera interpretar si era sincera, mi madre se miraba apagada, mi padre por otro lado, sostenía una sonrisa amplia de oreja a oreja.




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