Mi Luz en la Oscuridad - Min Yoongi (suga) - Bts

Capítulo 12


Aunque hubiera evitado que me hubieran hecho algo, ¿quién se creía para decirme adónde podía ir y adónde no? ¡Qué arrogante!

Hyeon y Namjoon me esperaban preocupados. Dahyun había llamado y había preguntado por mí, así que se habían enterado de lo que había pasado. Ninguno de los dos me saludó, Namjoon se quedó mirándome en silencio y Hyeon no sabía si enfadarse o abrazarme.

 

 

 

 

 

 

El cazador hacía semanas que buscaba noche tras noche sin ninguna novedad, y nada lo ponía más furioso. Del viejo creado sólo sabía que apenas se acercaba por la ciudad y que, si de veras venía alguna vez, nunca se manchaba las manos y mandaba hacer el trabajo sucio a otros. ¡Maldita sea! Alguna manera habría de sacarlo de su escondite. Hundió los puños en los bolsillos mientras caminaba por las calles vacías. Era buen momento para volver a lo que ahora era su domicilio, en un par de horas saldría el sol. En el escaparate de la casa de empeños vio un medallón dorado del tamaño de un dólar de plata que tenía un caballero atravesando a un dragón con una lanza: era san Jorge, mártir y patrón de los soldados, los campesinos, los herreros, los caballeros y los artistas. Se metió la mano por el cuello de la camiseta y sintió la forma familiar de su medallón, idéntico al del escaparate, al cerrar el puño. Entró en la tienda. Detrás del mostrados había una joven.

 

¿En qué puedo ayudarle? – dijo.

El medallón de San Jorge del escaparate, me gustaría verlo – respondió él aparentando serenidad.

Cuando lo tuvo en sus manos, el cazador lo reconoció.

Me lo llevo – dijo asintiendo e intentando controlar sus emociones -. ¿No sabría decirme de dónde lo sacaron?

Lo trajo Hongan hace dos meses – respondió la dependienta.

¿Dónde vive este Hongan?

Vive en la calle – dijo la muchacha -, recoge latas detrás de los grandes almacenes, seguro que lo ha visto alguna vez. ¿Es usted policía? – preguntó con repentina desconfianza.

No – contestó el yudraj.

Menos mal – suspiró ella.

Si alguien sospechaba que se vendía material robado en la tienda podía traerle problemas.

Estoy segura de que no lo robó, Hongan es una buena persona – afirmó la joven todavía desconfiada -. ¿Por qué quiere saber de dónde sale?

Colecciono cualquier cosa que tenga que ver con San Jorge. Pensé que a lo mejor tenía más objetos que me pudiera vender – mintió el cazador, sonrió y salió de la tienda.

 

Afuera aceleró su paso. Cuando abrió la puerta de su estropeada casa le temblaba la mano. Dentro sacó su medallón y lo comparó con el que acababa de comprar. ¡Lo sabía!

Atormentado, cerró los ojos y se apoyó a la pared. ¡No podía ser! ¡No quería aceptarlo! ¡Él nunca se hubiera separado de su amuleto!

 

 

 

 

 

 

Por la mañana el despertador me sacó de un sueño en el que Min Yoongi, encarnado en una pantera negra con unas garras enormes, bella y peligrosa a la vez, me acechaba desde las sombras. Sus ojos brillantes de mercurio no me perdían de vista ni un instante.

Sólo el despertador me salvó del embrujo de su mirada.

En el baño vi las marcas que Min me había dejado en el cuello. Las escondí con un jersey de cuello alto que, como estuvo lloviendo todo el día, no llamó la atención.

Min no vino a clase ni ese día ni el siguiente, así que nadie le pudo preguntar qué había pasado exactamente durante mi accidente en el teatro. Cuando me preguntaron, di la versión de Dahyun, Tae y Jimin de que Yoongi estaba cerca de mí.

No podía creer que estuviera mintiendo por él.

Por suerte la semana ya estaba acabando. El viernes a última hora todo me daba lo mismo, nada podía empañar ya mi buen humor. Nos habían devuelto el examen de mates y lo había aprobado, ¡estaba salvada!

El sábado prometía ser tranquilo, Dahyun iba a ayudar a su abuela en el jardín todo el día y luego iría al pub a trabajar. Jungkook se iba con su madre al centro de Seúl de compras y, aunque me invitaron, preferí no ir. Taehyung y Hoseok iban a echarle un vistazo al ordenador de Jimin, así que tenía el día para mí sola.

Se despejó el cielo a medio día y la tarde iba a ser calurosa para tratarse de finales de otoño. Cogí una manta, metí unas galletas de chocolate y un termo con mi té preferido en la mochila y me fui al lago. Me llevé el libro de historia para avanzar con mi exposición sobre un antiguo emperador para cuando descansara.

Me puse cómoda a la sombra de uno de los árboles milenarios, por mi alergia al sol.

Cumplí mi propósito y dediqué dos horas a la exposición, pero cometí el error de empezar a leer el libro en una pausa para tomar té y galletas, porque ya no lo solté. Unas cien páginas más tarde tuve que parar y recoger mis cosas rápidamente, pues empezó a llover; el cielo estaba plomizo.

Si volvía por donde había venido, me mojaría mucho, pero campo a través, por la mansión de Wale y luego por el bosque, los árboles me cubrirían de la lluvia, además de que así atajaba.

Cada vez llovía más, y me puse a correr. Sin embargo, a la altura de la mansión de Wale ya estaba calada hasta los huesos.

Empezó a diluviar.

Lo mejor sería que me guareciera en la veranda que rodeaba toda la casa. Me sorprendió ver una luz que parpadeaba en una de las ventanas.

¿No estaba abandonada?

Volvió a verse la luz pasando de una ventana a otra antes de desaparecer. Quizá la casa tenía nuevos propietarios o alguien se refugiaba como yo de la lluvia. La vi de nuevo, parecía una vela. ¿Y si eran unos niños haciendo travesuras?

Pronto sería Halloween. La idea no me hizo ninguna gracia; la casa era vieja, con suelos y techos de madera y, aunque estaba abandonada, tenía muebles. Una vela era suficiente para reducir la preciosa mansión a cenizas. Sólo para asegurarme entré a echar un vistazo; si le pasaba algo a la casa no me lo perdonaría. Reinaba en ella un silencio total, ¿no son los niños muy alborotadores? Salí y saqué el spray de autodefensa que llevo siempre en la mochila. Lentamente y sin hacer ruido di la vuelta a la casa. Dentro estaba todo a oscuras. Llegué a la ventana donde había visto la luz por última vez y miré por una ranura de la contraventana.



#377 en Fanfic

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Editado: 12.06.2020

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