JACKSON FOSTER
No me interesa formar parte de algo tan inmaduro como una peleíta hoy, porque no estoy de humor. James se calla cuando lo paro pero en mi cabeza sigue la mirada de esa chica de ojos cafés, la he visto en algún lado...sus ojos color café oscuros son familiares pero ¿Dónde los he visto? y ¿Por qué pienso tanto en ellos?
— Se creen dueños de todo — dice Logan prendiendo su cigarro con el aburrimiento más grande del mundo, siempre esta drogado así que hablar con el es como hablar con un zombie.
— Jackson, ¿Por qué no dijiste nada desde un principio para que el idiota este no terminara lastimado? — pregunta Mike viendo de reojo a James quien ahora tiene sangre en sus labios por el golpe que le propino ese chico. Pero se lo merece por ir molestando a chicas por ahí.
— Nada — respondo frío y cortante.
— Déjalo Mike, a él no le interesa nada — dice James en burla, nunca aprende — Nada mas que ser la decepción de sus padres ¿verdad? — se encoge de hombros. Y va poco a poco terminando con la paciencia que le tengo. Ni siquiera sé que hace aquí si sabe muy bien que no me agrada.
— Mira imbécil no te metas conmigo o acabarás mal — lo empujo y le agarró del cuello de la camisa. Levanta las manos en señal de paz y como un maldito psicópata se sigue riendo a pesar de que sabe que lo puedo mandar al hospital.
— Jackson basta, no vale la pena — Me dice Mike para que suelte a James.
— Eso vamos hazle caso no eres tan fuerte como para ganarme cobarde — responde James aunque se esté quedando sin aire, es un completo loco.
Mike esta por golpearlo, pero es James y no vale la pena mancharse de sangre por un completo idiota como él. Lo suelto y da un paso atrás con una sonrisa burlona, me voy sin decir nada con Mike detrás.
RAME WEBER
Luego del teatrito que Ben armó con esos chicos ya no fuimos a la cafetería, arruinaron nuestros planes de comer un delicioso pastel de chocolate con café y ahora nos dirigimos a casa. Ben se fue por su lado cuando Nerea lo echo por causar líos. Pedimos un Uber que nos traiga, en mi cabeza se formaban diferentes escenarios si no hubiésemos logrado calmar a Ben pero a pesar de todo lo que pasó hoy los ojos de ese chico siguen en mi cabeza como si viviera una especie de deja vu.
Como si lo conociera de antes o como si lo hubiera visto en algún otro lado, se sienten familiares cada que los recuerdo y a la vez tan distantes ¿Ya me volví loca?
Tal vez.
Estoy en mi casa y Nerea juega con su celular recostada en la cama, pero de la nada eleva la cabeza y me mira de reojo, porque he estado mirando un punto fijo en la ventana durante mucho tiempo como si intentara derretirlo con los ojos.
— Rame — me llama — ¿En qué piensas? — me dice Nerea ladeando la cabeza.
— Ese chico... sus ojos— me mira confundida — el de ojos verdes — respondo y al instante una sonrisa se dibuja en su cara.
— Vale, era lindo pero no es la primera vez que vemos a alguien con ojos de ese color o es que... espera, no— se tapa la boca dramáticamente — no, no, es imposible, ¡¡mi amiga se ha enamorado!! — grita y da saltitos de emoción como si fuera la cosa más extraordinaria de su vida.
— No idiota, no es eso — la regaño y le tiro una almohada a su cara pero ella se ríe mas fuerte.
— Debo acostumbrarme a que digas insultos — dice entre risas y la miro mal.
— Pero si tú los escuchas desde hace mucho — recalco, se para y se sienta a mi lado. Me mira como si estuviera analizando cada detalle mío, como si guardara el secreto más grande del universo.
— Es que esa cara de ángel que tienes no combina con tu carácter, eres tan... adorable — me pellizca las mejillas logrando molestarme mas.
— Basta Nerea, no seas infantil — la empujo levemente y ella me saca la lengua.
Alguien toca la puerta y esta se abre. Es mi madre con su aura elegante, como siempre ella no luce de acuerdo a su edad, se ve más joven, lleva un lindo vestido guindo ajustado a su cuerpo que resaltan sus curvas y una gran sonrisa que se desvanece al verme aún en mi bata de baño.
— Rame cámbiate de una vez, la fiesta inicia en menos de una hora — reclama negando con la cabeza. Soy una copia exacta de ella, ojos cafés oscuros, cabello largo castaño y un poco ondulado en las puntas, ambas somos de estatura baja y con un cuerpo que no importa cuanto comiéramos se mantenía igual, de hecho alguien que no nos conociera pensaría que vamos al gimnasio a diario, cuando ambas odiamos los deportes algo que tenemos en común aparte de nuestro físico.
A los únicos que les gusta el deporte son papá y...mi hermana.
— Está bien, mamá — respondo con una sonrisa automática y Nerea me mira negando con la cabeza en señal de desaprobación. Mamá nos dice que vendrán unos invitados especiales. Ella se marcha y recojo el vestido que estaba encima de la cama el cual usare en el martirio de fiesta de esta noche.
— ¿Qué? — le digo a Nerea que no quita la mirada de mi.
— ¿Por qué no tomas tus decisiones? — pregunta. Otra de sus cuestiones que me ha repetido siempre — Sé que todo lo haces por tus padres pero — suspira con cansancio — Rame eres mi amiga y no me gusta que mi amiga se esconda detrás de esa máscara que creaste y no te dejes ser tu misma y seas lo que los demás quieren y no lo que tu realmente deseas, eres como un ave enjaulada que puede ser libre pero prefiere estar encerrada. Te retienes a ti misma.
— Nerea, sabes que no quiero...— me interrumpe y termina la frase por mi.
—...decepcionar a nadie, si, pero no te das cuenta que te decepcionas a ti misma siendo lo que no quieres ser — reclama — sé que no te gusta celebrar tu cumpleaños y lo haces por tus padres, solo porque crees que fue tu culpa la...— se calla al instante que siento mis ojos cristalizados — lo siento yo no quería sacar el tema.
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Editado: 14.01.2022