Salida de amigas
Cuando me levanté en la mañana del sábado ya no estaba tan desanimada como los días anteriores, ya que sabía que hoy saldríamos con mis amigas.
Como un sábado normal me levante a las 10:30, los únicos días que me doy ese lujo, porque entre semana me levantó a las 4:30 de la mañana para que me dé tiempo de arreglarme.
Cuando me levante me fui directo a la cocina para ver qué había de desayunar, al bajar las escaleras me encontré a mis hermanas viendo Bob esponja en la sala, decidí que regresaría a verlo con ellas, pero primero lo primero, mi desayuno, al entrar a la cocina percibo el aroma de panqueques recién hechos y vi a mi mamá preparándolos.
—Hola mami. —La salude con un beso en la mejilla, luego de eso me dirigí a la nevera a sacar un poco de leche y luego saque lo más hermoso en esta vida, mí adorada nutella.
—Hola hija, veo que hoy estás mucho mejor que ayer. —Me dijo sin dejar de preparar panqueques.
—Sí, estoy mucho mejor. A mami se me olvidaba, no sé si me das permiso de salir con las chicas hoy a la feria. —Le dije mientras tomaba un vaso de agua.
—Claro hija ¿A qué hora? —me pregunto.
—A las siete vienen por mí. —Le respondí para después lavar el vaso en el que tomé agua.
—Está bien, puedes ir sin problemas. —me dijo sonriendo.
—Gracias mami por eso te adoro. —Le dije abrazándola. Mi mamá siempre ha sido así, ya que por ser la mayor me dice que confía mucho en mí, aparte conoce a las chicas desde hace más de cuatro años.
Mi mamá me sirvió mis panqueques y yo les eche nutella, fresas rodajeadas y mi rico desayuno, ya está listo para ser comido.
Me fui a sentar al sillón junto a mis hermanas para ver Bob esponja, ¿Qué? sé que ya estoy grande pero a quien no le gusta Bob esponja es lo mejor aunque ya tengo diecisiete años, creo que nunca me dejara de gustar, es más creo que lo veré con mis nietos si alguna vez llegó a tener, si no es que me quede sola mientras adoptó a muchos perros.
*****
Ya eran las cinco de la tarde así que ya era hora de irme a arreglar, llegue a mi cuarto, me quite mi pijama y me metí a la ducha, me di una ducha larga y relajante ya que tenía tiempo, luego de eso salí y me seque con la bata y me dirigí a mi armario para ver que me podía poner, me decidí por un pantalón boy friend negro, una blusa con las letras LOVE en el centro y mis hermosas vans negras, luego de cambiarme me seque el cabello y ondule las puntas para luego dejarlo suelto, me maquille con un poco de delineador, rímel y un labial rojo y listo, luego de eso agarre mi teléfono y dinero, para luego salir de mi cuarto para esperar a mis amigas en la sala ya que aún faltaban unos minutos para que ellas llegaran, al bajar las escaleras veo que mis padres están viendo una película con mis hermanas, así que me siento con ellos para verla un ratito, pues son los trols y me encanta, lo se soy un poco rara ya que a mi edad no tendrían que gustarme estas cosas, pero si me gustan y mucho las caricaturas, series como Criminal Minds, películas de todo tipo y sobre todo la lucha libre.
A las siete en punto tocaron el timbre y ya sabía quiénes eran, así que me despedí de mi familia y salí de mi casa, al salir me encontré con mis locas favoritas.
—Hola Sami. —Me saludaron todas al uníso.
—Hola chicas ¿Qué tal? —Las saludé dándole un beso en la mejilla a cada una.
—¡Lista para distraerte un poco con tus mejores amigas! —Grito Caro al agarrarme del brazo.
—Claro que sí, con ustedes siempre. —Después de eso emprendimos el camino para la feria.
*****
Al llegar vimos que la feria estaba llena y enorme, en definitiva esto me ayudará a distraerme y ya no pensar en nada más.
Esto era lo que necesitaba, una salida de chicas.
Nos subimos primero a la montaña rusa, luego al barco y después entramos a la casa embrujada, ya después de un rato decidimos comer algo, yo me compre una banderilla con salsa dulce, mayonesa y mostaza y las chicas algodón de azúcar.
Yo iba caminando muy tranquilamente, cuando las chicas me llamaron y al voltearme me topé con alguien echándole mi banderilla encima y ensuciándolo.
—¡Oye ten cuidado mira lo que has hecho! —Me dijo el chico al instante.
—Lo sien...to. —Esperen esa voz la conozco, hay no puede ser quien estoy pensando.
Levantó la vista y me encuentro con esos ojos que me gustan tanto y los más hermosos que he visto en mi vida, esos mismos ojos que no había visto desde hace ya más de dos semanas.
No puede ser, esto es una mala jugada del destino, en definitiva mi suerte me odia.
—Samanta... —Me dijo aturdido sin apartar sus ojos de mí.
—Matthew. —Dije igual o más aturdida que él.
Volteo a ver su camisa y estaba toda manchada a causa de mi banderilla.
—Lo siento mucho, no te vi, venía distraída, en serio que lo siento. —Le dije apenada, pero sin dejar de ver sus ojos, que eran tan hipnotizantes para mi.
—No tranquila, yo también venía distraído y tampoco te vi. —Me respondió igualmente viéndome a los ojos. Cuánto extrañaba escuchar su voz, en eso llegaron mis amigas.
—Matthew hola, ¿qué tal? No pensamos que los veríamos aquí, que grata sorpresa. —Dijo Caro, logrando que reaccionáramos ambos y desviáramos la vista el uno del otro.
—Aaaa si hola Caro, la verdad nosotros tampoco nos imaginamos verlas aquí, verdad Cristián. —dijo dirigiéndose al chico que estaba al lado de él.
—Sí, es cierto. Hola, mucho gusto, soy Cristián amigo de Matthew. —Dijo el chico, que ahora sabía que se llamaba Cristian, en realidad yo ya lo había visto, ya que era el nuevo amigo de Matthew.
—Mucho gusto. —Dijimos todas al mismo tiempo.
—¿Por qué no nos acompañan? Ya que están solos y nosotras igual. —Dijo Camil, en ese momento la voltee a ver, para fulminarla con la mirada, como se le ocurre decir eso, aunque sería una buena oportunidad para arreglar todo con Matthew.
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Editado: 16.01.2023