Esperanza
—Eso me alegra mucho y ¿cómo es que se llamaba nuestro hijo? —pregunto sin recordar el nombre de nuestro hijo, así que se lo dije.
—Nuestro hijo se llama Tyler Matthew Jonathan Stone Jackson o como yo le digo mi pequeño Tyler o el pequeño Matth. —Le dije sonriendo.
—Wow, bueno está bien el pequeño Ty. —Me dijo acostándose de lado viendo a mi cama, luego de eso yo también me acosté de lado viendo hacia su cama abrazando a nuestro hijo, después de hablar un rato le volví a dar sus pastillas para que pudiera dormir tranquilo. Después de darle la medicina se volvió a acostar empezando a quedarse dormido poco a poco, luego de asegurarme de que estuviera durmiendo, al fin pude acostarme tranquila dejándome llevar poco a poco por morfeo para poder descansar al fin de este día tan agotador, teniendo la esperanza de que de ahora en adelante los días mejoraran.
Los días empezaron a transcurrir con normalidad, puesto a que conforme pasaban los días nosotros empezamos a crear una rutina en la cual antes de ir a trabajar me encargaba de que el desayunara y tomará sus pastillas y así mismo regresaba del hospital antes de que le tocara la segunda dosis del día para poder dársela. Yo hacía todo lo médicamente posible para que estuviera bien y su condición física mejorará lo mayor posible, para que él se sintiera mejor y siguiera luchando un poco más. Quería que supiera que yo estaba luchando con él.
*****
El tiempo pasó muy rápido, aunque habían días en los cuales Matth se ponía muy mal, gracias a Dios siempre mejoraba y para ser sincera eran más días bueno que malos, así que estaba feliz ya que aunque Matth tenía recaídas se miraba mejor, pues sin las quimioterapias el color de su piel ya casi era el de antes, aunque seguía un poco débil pero lo notaba más animado, feliz y lleno de vida, así que lo demás pasa a segundo plano, pues estar con él y verlo tan lleno de vida alegraba y tranquilizaba a mi atormentado y triste corazón el cual se mantenía con el miedo constante de que el en algun momento nos llegue a faltar.
Han pasado dos meses desde que Matth salió del hospital, la verdad trato de pasar la mayor parte del tiempo con él, molestando, hablando, planeando y aunque tengo que ir al hospital a trabajar, trato de salir antes para estar con él más tiempo lo cual era posible gracias a que todos en el hospital sabía toda la situación y trataban de ayudarme en todo lo que pudieran lo cual agradeció desde el fondo de mi corazón. Cuando tiene las recaídas no voy a negar que he llegado a llorar a escondidas de él para no preocuparlo, ya que lo amo y me duele ver como poco a poco me queda menos tiempo con él, a veces cuando se pone mal me da miedo que llegue a morir y que sea la última vez que lo voy a ver, ya que aunque diga que está listo para morir sé que en realidad tiene miedo al igual que yo, al igual que todos los que lo amamos, por eso trato de verme fuerte delante de él pues lo amo y lo menos que quiero es que él se preocupe por mí, por eso trato de sonreír al estar con él, de solo llorar cuando estoy sola o en el trabajo, de hacerle saber que yo estoy bien y que el único que importa en estos momentos es él.
Han pasado dos meses más y la verdad eso me alienta mucho, ya que Matth está aún con nosotros algo que aunque me duela admitirlo no creía posible, pues medicamente el cáncer es una de las enfermedades más mortales y rápidas de consumir el cuerpo humano, pero aun en contra de todo pronóstico Matth está mejor ya que ahora ya le empezó a crecer un poco de cabello y aunque sigue débil y las recaídas son más seguidas el sigue superando cada una de ellas y le ruego a Dios que haga un milagro y lo sane que no permita que el se vaya de mi lado, que me conceda el deseo de ser feliz con él el resto de mi vida .
En otras noticias hoy es el cumpleaños de Matth y se lo celebrare igual como él me lo celebro a mí, ya que aunque está enfermo no perdió el tiempo y me organizó una mini fiesta sorpresa en donde solo estaban unos amigos y su familia, ya que mi familia está aún en Estados Unidos y por temas de trabajo no pueden viajar muy seguido. Yo decidí celebrarle su cumpleaños con una cena en familia y unos regalos los cuales los elegí cuidadosamente para que fueran especiales e importantes para ambos, me emociona mucho estar con él en estos momentos sin tener que esconderme o mentirle y más que hoy cumple veintitrés años aun no puedo creer que lo conozco hace casi diez años y cuando lo conocí era tan diferente, era un niño el cual no perdía la oportunidad de molestarme y sacarme de mis casillas aunque siempre logrará sacarme una sonrisa y ahora es todo un hombre que sigue haciendo lo mismo, pero que yo amo con locura.
—Feliz cumpleaños Matth, lo amamos mucho, nuestro hijo y yo, ya está viejito, sabes que es lo más importante que tengo y que lo amo como nada en la vida, gracias por estar en mi vida desde hace casi díez años los cuales se a encargado de llenarlos de vida y amor, espero que le guste todo esto que le prepare con mucho amor. —Le dije dándole un beso y un abrazo .
—Gracias hermosa no sabe cuánto la amo, es lo mejor que me ha pasado, es mi vida entera, le doy gracias a Dios por ponerla en mi camino y por permitirme estar un año más con usted ya que desde que la conocí ha logrado llenar mi vida y mundo de luz, hacerme feliz y darme fuerzas y ganas de vivir, la amo mucho y claro que me gustara ya que si viene de usted automáticamente se vuelve perfecto. —respondió luego de nuestro beso abrazándome, mientras no dejaba de sonreír.
Después de estar celebrando con su familia, molestando y jugando entre risas, decidimos salir un rato de la casa al jardín trasero donde había una banca, en la cual nos sentamos cuando él se ponía triste o le sofocaba estar en casa, al sentarnos reinó el silencio y luego de unos momentos Matth hablo.
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Editado: 16.01.2023