Enzo
Estaba buscando las llaves de mi moto en la mochila, cuándo escuche voces de chicas chillando. Alcé la vista y reí al ver la situación, Ivet se estaba encarando con Amanda y sus amigas. Me sorprendió, ya que Ivet no es de esas chicas que buscaban pelea, por eso cuando ví que le dio una bofetada a Amanda me alerté sin saber el por qué y fui directo hacia allí.
Cuando estuve dentro del círculo cogí sin pensar dos veces a Ivet, y antes de que dijera nada me la llevé a los hombros y me fui lo mas lejos posible para que se tranquilizara un poco.
- Me puedes bajar de una vez por todas niñato?!
- Cuando me lo pidas bien, puede ser muñeca.- le dije dándole una palmada en el culo.
- ¡No me digas muñeca, idiota!.- me dijo intentando bajar
Cuándo llegamos a un banco la deje en el suelo con cuidado, pero justo cuando tuvo los pies en el suelo me dio una colleja
- ¿Por qué me pegas?
-¿Por qué me has sacado de allí?
-Porqué sabía que Amanda te iba a dar una paliza.- cuando acabé la frase ya me había dado otra colleja
- Joder, que era broma! Te he sacado de allí antes de que os encontrara la directora o algún profe, y como se cómo eres, te moririas si te castigaran o te abrieran un informe. Con un gracias me conformaria, eh
- Gracias. dijo casi inaudible y con los brazos cruzados
Me acordé que esta mañana me estuvo esquivando por algo asi que le propuse una cosa que nos dejo a los dos igual de sorprendidos:
- ¿Quieres ir a tomar algo?
Se quedo parada mirandome en lo que me pareció horas, hasta que sonrió y asintió.
- Espero no arrepentirme
Fuimos en dirección a mi moto, yo sonriendo sin ni siquiera el motivo, y ella con una mirada ausente.
- Vamos sube.- le dije dandole un casco
- ¿No tendra esto ningún truco no?.- dijo mirando interrogante el casco
Sin decir nada cogí su casco, me lo puse y seguidamente cogí mi casco y se lo puse detenidamente. Sin darme cuenta, estabamos mas cerca de lo que hemos estado toda nuestra vida, pero nose el por qué pero me sentia bien. Nos estuvimos mirando durante un largo tiempo, hasta que ella decidió romper el contacto y mirar hacia otra dirección.
Cuando me dispuse a arrancar, noté como unos brazos delgados me rodearon el torso. Me puse rígido pero lo intenté disimular rápido.
Llegamos a su cafetería favorita, The Mayor's, nunca había estado en este lugar, y no se porqué me sentí rápidamente cómodo. Nos sentamos y nos pedimos unos batidos. Mientras tanto empecé a preguntarle cosas.
- ¿Cómo es que te has peleado con Amanda y sus amigas?
Ella resopló y me empezó a contar lo que había sucedido. El problema era que no la estaba prestando mucha atención a lo que decía, mas bien como lo decía. No entiendo el porqué, pero empecé a mirar sus labios como se abrían, cerraban, resoplaba. Estuve embobado hasta que me pusieron delante nuestros batidos.
Pasamos la tarde riéndonos por todo, contándonos cosas para saber mas de nosotros. Como si fuéramos amigos, demasiado raro pero al mismo tiempo super bien. Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto con una persona, menos con una chica. Y quien me iba a decir que me lo pasaría en grande con Ivet? Aún no me lo creo.
Estábamos cerca de mi lugar favorito, a nadie se lo había enseñado, pero cómo hoy Ivet estaba triste, decidí enseñarle
- Me has traído en esta playa para violarme?.- me dijo mirándome con una sonrisa de lado
- Te presento mi lugar favorito, donde siempre me desahogo cuando estoy mal. Hemos venido aquí porqué creo que necesitabas un respiro de hoy, así que te dejo aquí para que puedas pensar en tus cosas.
Estaba dispuesto a irme cuando una mano completamente fría me rodeo la muñeca. Me giré sorprendido a la vez que ella hablaba.
- Quédate, por favor
Sin pensarlo me saqué la chaqueta y la sudadera y le pasé por los hombros
- Anda pontela antes de que me arrepienta.- le dije guiñándole un ojo.
Esa no se opuso y se la puso riéndose, y apoyándose en mi hombro. Estuvimos un largo rato así, sin hablarnos, contemplando el paisaje, hasta que ella se levanto y propuso irnos ya a casa, ya que había oscurecido.
El camino hacia su casa se me hizo demasiado corto para mi gusto. Me dio el casco y yo la acompañe hacía su portal. Antes de llegar a decir nada, se puso de puntillas y me dio un beso en la mejilla y con una sonrisa se despidió de mi.
- No te acostumbres mucho a esto, ha sido puntual, estaba de bajón hoy.
- Muñeca, espero que estés mas a menudo de bajón.- le dije mientras le guiñaba un ojo y iba hacia mi moto.