Paso un mes desde que Marcus me pidió que nos mudáramos , todo había sido muy lindo hasta el momento, ya que nos contábamos todo hasta lo más pequeño; llegamos a tener desacuerdos, pero por cosas de la decoración de nuestra casa, pero hoy era un día importante ya que oficialmente nos iríamos a vivir a nuestra nueva casa, íbamos llegando cuando en la entrada nos encontramos a Lisa.
-Marcus perdóname, yo enserio te amo solo fue un error, él fue un error.
Ay no, demasiada perfección para poder cierto.
-Mira Lisa si hablamos de todos tus amantes mejor conocidos en tu mundo como “errores”, no acabaríamos la discusión, y si no quieres tener problemas lo mejor es que te vayas de la casa de mi familia.
-Tu familia? No me hagas reír Marcus, la niña solo es una forma que la golfa que tienes como novia te enganche de por vida.
En mi cabeza no entraba la idea de que ella, la mujer que engaño a Marcus mil veces me haya llamado golfa a mí la mujer que después de el no hubo nadie mas.
-LARGATE DE MI CASA, ahora mismo Lisa- grito Marcus
- Marcus, esta casa podría ser nuestra, podríamos vivir tú, el bebé y yo
-NO LISA, ENTIENDELO YA NO EXISTE UN TÚ Y YO.
-Te vas a arrepentir, y vas a venir a rogarme.
Y así fue como Lisa se subió a su jeep y se marchó, yo ni siquiera metí mi nariz en sus asuntos porque se que no es algo que me incumbe.
-En verdad lo siento por todo lo que dijo Lisa
-Marcus tu no tienes que pedir disculpas- le tomo la cara entre mis manos y le doy un beso.
-Que hice para merecerte?.
-La verdad no lo se.
Ambos nos empezamos a reír, fuimos directo a su nueva camioneta para poder sacar a Eidel (dice él que la compro porque en su auto deportivo no entraba la sillita de Eidel, aunque yo creo que su camioneta ahora es demasiado grande) mientras que yo abría la cajuela sacando la mochila en donde mi hija cargaba siempre algunos juguetes.
Empezamos a caminar, no sabría explicar como me siento son varias emociones encontradas, el saco las llaves de su bolsa del pantalón, me dio una mirada rápida, e introdujo la llave le dio una vuelta y abrió la enorme puerta, me sentí como en una película; Eidel no tardo ni dos segundos cuando ya estaba adentro corriendo por todos lados, Marcus paso su brazo por mis hombros y empezamos a caminar, entre los dos decidimos que utilizaríamos una decoración nórdica, no estábamos tan seguros porque Eidel aun era muy pequeña y los muebles por ser blancos los podría ensuciar, lo único que no era en ese estilo era el cuarto de la pequeña niña que corría como loca, el de ella había sido modificado por decisión de Marcus, decidió hacer que el cuarto fuera de dos pisos en la parte de arriba tendría su closet y juguetes y en parte de abajo tiene una cama algo grande para ella, un par de muebles un mini sillón, un baño y en una pared están unas luces led enormes que decían “EIDEL”, todo el cuarto tenía distintas tonalidades de rosa.
-Sabes Zai, me imagine tantas veces este escenario cuando estábamos en la universidad.
-Yo también, bueno en realidad no me imagine en ningún momento que tendría a Eidel pero me gusta más esto que lo que me imagine.
-Yo igual.
Nos quedamos abrazados un par de minutos, para luego hacer la cena, elegimos alitas ninguno de los dos sabíamos como hacerlas y decidimos ver varios videos, después de media hora acabamos de prepararlas solo nos faltaba el aderezo y algunas zanahorias y apios.
Yo me dispuse a hacer el aderezo ranch, todo estaba bien al principio, pero cuando estaba a punto de acabarlo el olor me dio muchas náuseas y salí corriendo al baño, mi novio no tardo en ir tras de mi y me sujeto el cabello mientras yo sacaba lo poco que tenia en mi estomago, después de algunos minutos ya estábamos sentados en la mesa.
-Eidel cariño segura que no tienes hambre?
-No mami- grito desde su cuarto, sabía que en un rato diría que tiene hambre y por eso no me preocupe
-Zai segura que no quieres ir al médico, puede ser que te enfermes
-Estoy segura Marcus, ya me siento bien
En mi subconsciente rondaba una idea, pero decidí guardármela o bueno por lo menos hasta mañana que le marcara a Marisa.
Durante la cena se me revolvió una vez más el estomago pero intente que no se viera, lavamos trastes y como era de esperarse Eidel me dijo que tenia hambre y tuve que cocinar unos fideos, subimos a que se lavara los dientes y colocarle su pijama, cuando entre le eche un vistazo a su habitación, ahorita Eidel no le importaba mucho el cómo se veía su habitación, con que fuera rosa era más que suficiente para ella, pero yo sabia que esto seria el sueño de una adolescente, todavía faltaba algunos años, pero el tiempo se pasa rápido.
Después de media hora se durmió y me fui a recostar en nuestra cama junto a Marcus mientras veíamos la televisión.
-Zai quiero tener otro hijo
Trague nerviosa- pues tal vez lo podemos tener dentro de unos años
-Tal vez tienes razón, desde hace unos días te quería contar algo
-Dime que pasa?
-Mi mánager quiere que de algunos conciertos en Europa
-Eso es bueno, ¿no?
-Si, pero yo quiero estar aquí con ustedes
-Cuanto tiempo te irías?
-dos meses
-Pues vete, nosotras no vamos a irnos a ningún lado te estaremos esperando
¿Lo extrañaría? Mucho, pero es una buena oportunidad
-Está bien, este hombre vuelve al escenario
-Cuando te iras?
-posiblemente en un mes
-bueno pues todavía tienes tiempo
Ustedes no quieren saber que paso esa noche lo que paso en esa habitación se queda en esa habitación
Nota de Autora:
Perdon, en verdad perdon, yo los voy a recompensar lo prometo, pero les voy a dar un libro que estoy leyendo y me esta gustando bastante:
Libro: La boda de mi ex