¡Hoy es mi cumpleaños! Así que subo capítulo :3 ojalá les guste <3
Gracias por leer y comentar <3
Besos,I.
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Spencer
Resulta que Jackson tiene neumonía. Cassandra guardó la calma, pero a mí no me engaña, en su interior está vuelta loca porque su Mate tiene neumonía. Quiso ocultarlo, pero no pudo evitar culparme a mí por tenerlo encarcelado en tal estado. No le dije nada, me aguanté sus alegatos hasta que se dio cuenta de lo que estaba haciendo y se calló.
El resto del día no fue más fácil. Romina seguía preocupada por su hermano, que a propósito ni el mismo apellido tiene. Michaella desapareció de mi vista hace mucho tiempo. Dracul siguió mi petición e informó que había una reunión. Y yo tuve que darles cara a Aza, mi tío, mi prima, mi tía, mi primo y lo que es peor, a Michaella.
-Déjame ver si entendí, nos invocaste aquí para liberar a ambos prisioneros, de los cuales uno está encerrado por traspasar la frontera sin autorización y la otra por sospecha de traición- asentí. Aza suspiró, veo en su cara que trata de entender la situación, pero no lo logra- ¿Esto es porque no te dijimos sobre la Rogue?
-No, no es por eso, de hecho, yo mismo mandé al otro a la cárcel.
- Y entonces ¿Por qué? No entiendo esta decisión tan apresurada.
-Primero que nada, Ro…-me callé. Mi idea no es que sepan que es mi Mate hasta el final, o pensarán que mi decisión está influenciada por ese hecho y les quitaría credibilidad a mis argumentos. Aza me miró esperando a que continuara- La Rogue fue encarcelada sin evidencia.
-Michaella dijo que la vio atacando a un grupo de lobos.
- ¿Y qué más? -pregunté. Aza se inclinó en su escritorio y me miró arrugando la frente.
- ¿Qué más?
-Sí ¿Qué más? Si eso es cierto, debería haber más testigos, como los mismos afectados ¿No es así? ¿Ellos han dicho algo?
De pronto, logrando el efecto que quería, la oficina de Aza quedó en total silencio. Aza pasaba su mirada de una persona a otra, esperando que alguien dijera algo, pero nadie dijo absolutamente nada. Eso confirmó lo que sospechaba. Sabía que Michaella fue la que culpó a Romina y sabía que su simple palabra valía más que cualquier cosa, por eso traté de buscar otro camino para llegar a la supuesta verdad.
Admito que por un lado me siento mal por Michaella, casi la estoy traicionando de nuevo haciendo poner su palabra en duda, pero como futuro Alpha no puedo permitir que se tomen decisiones solo basados en la palabra de una sola persona y como Mate de Romina quiero saber la verdad.
No creo que Mica lo haya hecho a propósito, simplemente creo que su versión no es la única.
-Steph, ¿Podrías traer a Michaella?, la necesito aquí para solucionar esto.
Mi tía asintió en respuesta y salió rápidamente por la puerta. Al cabo de un momento, en el que solo nos mantuvimos en silencio a la espera, volvió a aparecer con Mica detrás. Me concentré en observar su rostro. Sus ojos ya no estaban hinchados, pero el rojo aún permanecía en ellos levemente. Su rostro era inexpresivo, simplemente caminaba sin mirar a nadie más que a Aza.
- ¿Me llamó?
-Sí, Michaella, con respecto a la Rogue que dijiste que estaba atacando a un grupo de los nuestros, ¿Recuerdas a quiénes estaba atacando? -Michaella se echó para atrás algo sorprendida, sin embargo, mantuvo la compostura.
-Sí, los recuerdo.
-Dale los nombres a Damon, los necesito para que confirmen tu historia- Aza habló con serenidad, como si poner en duda la palabra de alguien no fuera nada. Casi me sorprendió, pero luego me di cuenta de que yo había hecho lo mismo.
Esta vez, la inexpresividad de Michaella flaqueó. Me echó un vistazo rápido cuando entendió la situación. No me dijo nada y se dedicó a darle los nombres a mi tío, quien llamó a los demás por el link mental entre la manada.
-Por mientras ¿Por qué no nos vuelves a contar lo que pasó? -Aza sacó un papel de una carpeta y lo miró con atención al tiempo que esperaba las palabras de Michaella.
-Por supuesto- respiró profundo antes de empezar- Esa noche fue bastante caótica, después de salir de los calabozos, Spencer me pidió que vigilara al Alpha desde un lugar seguro desde el cual pudiera disparar. En el camino me encontré con este grupo de lobos que peleaban dificultosamente contra los cazadores, me estaba acercando a ayudarlos cuando vi a un lobo desconocido arremeter contra ellos. Fue ahí cuando la atacamos y logramos reducir con facilidad, inmediatamente ordené que la encarcelaran.
- ¿Y qué pasó con el grupo?
-En ese momento estaban muy mal heridos, así que los dejé ahí con el equipo médico y luego me fui a mi posición.
-De acuerdo- finalmente Aza levantó su mirada de la hoja y la posicionó en Michaella- tu versión sigue siendo la misma. Unos golpes en la puerta nos llamaron la atención- pase- obedeciendo por la puerta entraron cuatro chicos jovenes.
Supe que ellos eran mi única esperanza para sacar fácilmente a Romina de ese lugar. Ruego a que digan la verdad y sea a favor de Romi. El mayor no parecía tener más de 25 años y el menor, solo por su contextura física, sé que debía tener apenas 16 años.
Con un puño en su pecho bajaron la cabeza y saludaron al Alpha y al Beta.
-Chicos, ¿Se acuerdan de la batalla contra los cazadores en donde yo me salí de los calabozos? - preguntó Aza. Miré al grupo ilusionado, pero al ver sus caras me di cuenta de que no se acordaban o al menos no de mucho.
-No, Alpha- respondió uno.
-No, Alpha- lo siguió el otro. Me asusté.
-Yo no mucho, Alpha- respondió el mayor.
De pronto me sentí mareado y comencé a pensar en otra opción. Igualmente podría apelar a la incertidumbre del caso, pero la palabra de Michaella tiene un peso enorme en la manada y si se llegan a enterar de que Romina es mi Mate mi palabra valdrá menos que la de ella.
Michaella y Cassandra son las únicas que saben que Romina es mi Mate. Cassie sé que no hablará…pero Michaella.
Suspiré.
Tampoco la culparía por hablar.
-Yo sí, Alpha, lo recuerdo todo- contestó el menor. Lo miré sorprendido- fue la primera batalla que tuve convertido en lobo, es…algo difícil de olvidar- Aza asintió comprendiendo.
-Dime ¿En algún momento viste a Michaella? - apuntó con la barbilla a la susodicha. El adolecente miró a Michaella y luego volvió a mirar a Aza.
-Sí.
-Cuéntame sobre eso.
-Antes de que apareciera, los cuatros peleábamos contra un grupo de cazadores que nos superaban en número. Fue una situación difícil, Henrry era el que tenía más experiencia de nosotros y yo el que menos la tenía, por lo que recuerdo que nos estaban por vencer. De pronto un lobo que no reconocimos salió de la nada- mi atención se fijó solo en él en ese punto. Sus siguientes palabras le darían a Romina su libertad o su sentencia- y posteriormente apareció Michaella con su grupo, nos ayudaron con los cazadores y se llevaron a la loba, después de eso nos quedamos con el equipo médico y eso fue todo- quise gritar de frustración, el chico se saltó la parte más importante de la historia. Mi pierna comenzó a subir y a bajar rápidamente por la ansiedad.
-La loba- habló mi tío- ¿Ella les hizo algo? -mi corazón se agitó por completo y mi pecho se comprimió, una punzada cruzó mi estómago dándome a entender lo nervioso que estoy. Confió en Romina, sé que ella me dijo la verdad, pero hacerles creer a los demás de eso era algo más difícil.
La espera se me hizo eterna, y estoy seguro de que el chico no se demoró más de dos segundos en contestar. Puse mi mirada en Michella, ella miraba al chico esperando una respuesta, al igual que todos.
-No- respondió finalmente. Me ahogué un suspiro y traté de mantener mi compostura.
Quería sonreír, quería pararme y decirles a todos “¡Se los dije!”, pero me aguanté, en vez de eso, respiré profundo y volví a mirar a Mica. Su cara fue casi un poema, sorpresa y horror, eso fue lo que encontré.
- ¿Qué? -preguntó sin poder creer lo que escuchaba.
-Ella no nos hizo nada, de hecho, es gracias a ella que estoy vivo. Antes de que apareciera yo estaba siendo atacado por tres cazadores. Uno tenía una daga en su mano, la que utilizó para cortarme el cuello, mientras los otro dos me agarraban y me mantenían a raya. Ella fue la que me los sacó de encima antes de que esa daga cruzara por completo mi cuello.
- ¿Por qué no dijiste nada? -preguntó Michaella enfadada. El chico arrugó la frente y la miró incrédulo.
-Me habían cortado el cuello, me estaba desangrando ¿Cómo querías que hablara? -preguntó. Michaella suspiró y asintió.
-Sí, lo sé, lo siento- puso una mano en su frente y negó con la cabeza. Sé que su actitud de ahora es simplemente porque está enojada con ella misma por haberse equivocado.
-Yo me acuerdo de eso- dijo el mayor atrayendo la atención- no sabía que quería hablar de la loba. Yo iba a ir a ayudar a Geal, pero ella llegó antes que yo ¿Y por qué no hablé? Porque me noquearon en ese momento, me distraje viendo si Geal estaba bien y se aprovecharon de eso.
Aza les agradeció a lo chicos por haber dado su testimonio y los mando de vuelta a sus posiciones. Posteriormente miró a Michaella con dureza.
-Michaella- hasta yo salté ante la vos de mi padre- ¿Sabes lo que significa esto? - miré a Mica. Mi amiga bajó la cabeza y miró al suelo arrepentida.
-Sí, Alpha.
-Hemos tenido encerrada a una persona inocente durante dos meses, realmente somos afortunados de solo haber decidido reducir sus comidas y no torturarla- bueno, eso explicaba lo delgada que estaba. Apreté mis puños y me obligué a mantenerme a raya- pero también fue culpa nuestra por solo haber confiado en tu palabra y no pedir más pruebas, no fue justo para la chica- mi tío suspiró frustrado.
-Tantas veces que nos dijo que era inocente y nosotros no le creímos.
Mi pierna volvió a moverse dejando a luz mi ansiedad, apreté los puños y la mandíbula. Me imaginé a Romina diciéndoles una y otra y otra vez que es inocente, me imagino a ellos dándole la espalda y culpándola, me imagino a todos mirándola mal y apuntándola con el dedo. Eso me hizo enfurecer.
-Spencer- la voz de Aza me sacó de mi imaginación y me hizo voltear a verlo- tenías razón, la chica es inocente y aunque todavía debemos preguntarle cómo llegó a la manada, quedará libre- asentí- pero a mí no me haces tonto- sorprendido me enderecé en mi asiento.
- ¿Qué? -apoyó sus codos sobre el escritorio, entrelazó sus manos y me miró sereno.
- ¿Por qué? -preguntó- ¿Por qué quisiste liberarla? ¿Por qué le creíste?
Aza dijo que a él no lo hacía tonto, pero él tampoco me hacía tonto a mí. Supe, en cuanto alzó su ceja izquierda, que él sabía exactamente la razón. ¿Cómo? Ni idea, pero lo sabía.
Me dejé caer en el respaldo del asiento con una sonrisa.
-Ya lo sabes- Aza alzó una de sus comisuras con discreción.
-Dilo.
Mire alrededor. Todos me miraban expectantes. Mi tío, mi tía y Drac no tenían idea de lo que estaba pasando, Cassandra me miraba divertida y Michaella estaba en su propio mundo, conociéndola, se regañaba por haber sido tan injusta. Pero solo es una niña de 15 años, equivocarse es natural.
Al final volví a mirar a Aza y contesté.
-Es mi Mate.