Spencer
Este chico me tiene completamente anonadado. Nunca tuve problemas de autoestima, la verdad es que no es por nada, pero soy bastante guapo, físicamente no estoy nada mal, pero este chico me hace querer encerrarme en un gimnasio y hacer ejercicio sin parar.
Richart se ve extremadamente serio y tranquilo mientras se coloca las vendas en sus manos, una sensación de susto me recorre de pies a cabeza cunado veo los músculos de sus brazos crecer con esa simple acción. Su musculosa no alcanza a ocultar su enorme pecho y ancha espalda, sus brazos y cuello al descubierto de ven bastantes gruesos y fuertes…no me quiero ni imaginar cómo estará su abdomen. Sus piernas están cubiertas por un buso Adidas largo y negro, se le ajusta en la parte de los muslos y me hace notar que su parte superior no es la única en buena forma.
Ahora me miro a mí mismo y me comienzo a comparar. La autoestima que tenía bajó de un cien a un menos cincuenta. Brazos, piernas, espalda, cuello, pectoral, todo no estaba nada mal en mí, pero comparado con él yo simplemente no era nada.
—Te veo sufrir, Spens— dijo Cassandra con su típico tono burlón. Supongo que mi rostro reflejaba sin disimulo mi pequeño contratiempo.
—Te gusta verme perder la confianza ¿No?— le sonreí mientras ajustaba el vendaje en mi mano derecha.
—Soy tu Beta, es mi deber, solo míralos a ellos dos— dijo apuntando a los hombres que hablaban alegremente entre ellos— desde que tengo memoria esos dos se han peleado y tratado como la mierda, pero ahí están, juntos a pesar de todo.
—Sí, conozco el sentimiento— sonreí. Dracul y yo somos muy parecidos, sé perfectamente que puedo confiar en el siempre que sea necesario a pesar de tratarnos como la mierda.
—Richart da miedo ¿Cierto?— dijo de repente llamando mi atención. Volví a concentrarme en la masa de músculo que tengo a unos metros y asentí.
—Me imagino que, para una persona normal, Richart, es el tipo de persona que uno trata de evitar enfrentarse, sin embargo, no es miedo lo que tengo.
—Es envidia.
— ¡Claro que es envidia! Solo míralo, todo hombre suena con ese cuerpo ¿Sabes?
—Supongo que sí, pero realmente no es mi tipo, su Mate debe sufrir demasiado.
— ¿Ya tiene a su Mate?
—Sí, es solo una chica común, humana de hecho, me imagino que debe ser bastante difícil—asentí.
— ¿Listo? —me preguntó Richart. Asentí y me acerqué a él— de acuerdo, reglas, el primero que derribe a su oponente y logre impedirle levantarse del suelo gana, golpes a la cabeza y partes íntimas no cuentan y se determinará perdedor por tal acto, nuestro ring es todo este espacio— dijo apuntando a todo el lugar de entrenamiento— tenemos quince minutos para derribar al oponente, si dentro de esos quince minutos no logro o tú no logras derribarme se considerará perdedor a ambos ¿Todo claro?— asentí— muy bien, por cada golpe que se esquive o se acierte equivale a un puntaje, al final se comparará el puntaje y con ello podré saber tus habilidades y tus faltas con mayor precisión—volví a asentir— el Alpha y el Beta solo intervendrá cuando sea necesario, Cassandra lleva el cronómetro. ¿Listo?
—Sí— mentira ¿Quién en su sano juicio lucharía contra un tipo de este tamaño? Ah, cierto, yo.
Caminamos hasta quedarnos frente a frente, chocamos puños y retrocedimos cinco pasos. El sonido del pito nos indicó que el tiempo comenzaba a correr. Me tambalee hacia atrás esquivando por poco el puño derecho de Richart que se dirigía a mi mejilla. Retrocedí cinco pasos más y lo miré atentamente. El chico es veloz, no me esperé que a penas Cassandra tocara el pito él me atacara.
Avancé tres pasos sigilosamente, pero me vi obligado a retroceder cinco pasos más esquivando su puño izquierdo. Luego me moví rápidamente a la derecha cuando su puño voló nuevamente en mi dirección.
“Mierda, no me puedo mantener así, necesito contra atracar o me veré acorralado en algún punto”, pensé mientras seguía retrocediendo y esquivando sus puños y patadas. “Algo, necesito encontrar un espacio abierto para poder atacarlo”. Lo observé levantar el puño derecho en mi dirección y mover ligeramente su brazo izquierdo del abdomen “¡Ahí!”
Rápidamente agarré su brazo derecho y tiré de él hacia mí, mientras que con la otra mano me dediqué a golpearlo en el abdomen. Grande fue mi sorpresa cuando me agarró el puño con la mano izquierda, abrí mis ojos sorprendido. Salté con fuerza hacia atrás soltándome y soltándolo en el proceso. Sin embargo, un salto hacia delante de su parte lo hizo alcanzarme y darme un puñetazo en mi majilla, sin embargo, no fue su increíble maniobra si no su enorme fuerza. Su puño chocó contra mi mejilla y, literalmente, con su fuerza descomunal logró aventarme contra un árbol. Jadeé y alcé mi rostro sorprendido.
—Mierda— susurré mientras rápidamente esquivaba otro ataque de parte de él. Me paré rápidamente y decidí atacar.
Arremetí contra él con puño en alto, lógicamente él me esquivó y como esperaba retrocedió lo suficiente como para poder arrematar contra mí, sin embargo, en esta instancia, su golpe no me alcanzó ni siquiera a rozar por que la patada que le propiné en el abdomen lo hizo rodar por el suelo. Sin pensármelo mucho corrí hasta él con la intensión de tirarme encima de él. Casi me muero cuando lo veo darse media vuelta y recoger sus piernas, conozco su intención, pero en este momento no logro detenerme así que simplemente cierro con fuerza mis ojos y espero el golpe en mi abdomen que me hace volar por el aire.