Jackson
Respiro hondo acostado en el suelo boca arriba, me siento de la mierda y no sé si es por lo enfermo que estoy o por el rechazo de mi Mate, sea como sea, no me siento para nada bien y Romi lo sabe, que es lo que más lamento.
—Jack —me llamó. Giro mi cabeza y la miro desde el suelo. Ella me mira desde el otro lado del pasillo con la frente arrugada y una expresión de preocupación que no me gusta ver en ella.
—Estoy bien.
—Sí, seguro que sí —suspiró— nos sacaran de aquí y te pondrás mejor —sonreí.
—Sí —fue lo único que dije.
No me atreví a decirle que en efecto a ella la sacarían y se pondría mejor, pero por mi parte, es muy probable que o me dejen aquí o me dejen de patitas en la calle. Sea lo que sea, no estaré con ella.
Cerré los ojos cuando supe que no volvería a hablar. Los ojos me arden, la cabeza me retumba de manera matadora, siento mis mejillas arder, pero tengo un frío de muerte y, sin embargo, a pesar de todo lo mal que me siento todo mejora al recordarla.
Cassandra Black me tuvo la mente dando vueltas desde que la vi por primera vez, su cabello, sus ojos, su rostro, su voz, diablos, esta chica empeora mi salud.
Abro los ojos inmediatamente cuando me la imagino rechazándome oficialmente. No es que no esté preparado mentalmente para ese momento, es solo que preferiría que no pasara. Me duele que haya tenido la intención de rechazarme sin siquiera saber mi nombre, pero no es que la puede obligar a aceptarme, no soy estúpido, sé perfectamente que a veces la conexión no es suficiente, la atracción está, eso es evidente, pero…el cariño no.
De pronto la garganta me raspa y comienzo a toser como loco, me tuve que sentar para recuperar el aliento entre tosido y tosido. Finalmente, cuando por fin puedo dejar de toser siento que la voz no me sale clara. Suspiro agotado.
Romina me mira desde la distancia, atenta a cada uno de mis movimientos, me mira esperando a que algo grave me pase, pero afortunadamente, por muy mal que esté, aun no es suficiente para hacerle perder el control.
Mi respiración, sonora por la neumonía, es lo único que interrumpe continuamente el silencio del lugar. Me desespera un poco no escuchar nada, respirar el mismo aire que he estado respirando por unas horas y ver esas estúpidas paredes y esa estúpida reja. Niego con la cabeza y me golpeo mentalmente ante mi debilidad mental. Romina estuvo aquí por mucho más tiempo que yo y no creo que haya perdido la cabeza de la forma en que yo la estoy perdiendo ahora y tan pronto.
“Tienes que controlarte, Jackson”
El sonido de la puerta principal abriéndose nos puso en alerta a los dos. Romi se paró de un salto y supe que no solo mi Mate estaba aquí, sino el de ella igual. Cerré mis ojos, aún sentado en el suelo, no sé si tengo la fuerza suficiente para aguantar otra ronda contra Cassandra.
Con mi estado actual apenas y podría verla actuar tan distante como lo ha estado haciendo hasta ahora.
Abrí mis ojos cuando sus presencias fueron lo suficientemente fuertes para saber que estaban a mi lado. Al primero que distinguí fue a Spencer, no lo perdí de vista en ningún momento. Él entró a la celda de Romina, la miró con tanta seriedad que por un momento me asusté de sus intenciones. No confío en él, no del todo.
Miré por un segundo a Romina y supe que ella también pensaba que algo no iba muy bien, o al menos, que algo raro pasaba. Jamás me imaginé lo que diría a continuación.
—Romina McFlynn —se tomó su tiempo para seguir, tiempo que logró ponerme los pelos de punta. No sé qué expresión habrá puesto Spencer, pero Romina se relajó, relajándome a mi en el proceso— Bienvenida a la manada Night Moon.
Sonreí levemente, Romi se tiró a abrazarlo y fue generosamente correspondida. Spencer no me cae muy bien, aún así sé que Romina es feliz y lo será.
Por mucho que intenté evitarlo, de igual manera los miré con envidia, ellos son uno de esos casos en los que la conexión es suficiente para aceptarse el uno al otro, estoy seguro que se enamorarán uno del otro aún más después de conocerse. No creo que lo tengan muy fácil, siempre hay que pasar por un momento estúpidamente estúpido que logra fortalecer los lazos, pero al menos se tendrán el uno al otro.
En cambio, yo…ruego para que Cassandra no me rechace en estas condiciones, no sé si mi cuerpo podría aguantarlo.
La presencia de mi Mate entrando a mi calabozo me puso en alerta. Cassandra me mira desde arriba, tiene una mirada indescifrable, no sé si está preocupada, triste, enojada o simplemente no siente nada, tiene la mejor cara de poker del mundo.
Reuniendo toda la fuerza que puedo me paro del suelo, tozo un poco y la miro de frente. No les mentiré, se siente de puta madre lograr que esa cara sin emociones demuestre una al menos por un segundo. Fue fugaz, tan efímero que casi pienso que lo aluciné, pero no, Cassandra me había mirado preocupada antes de volver a levantar su muralla.
—Jackson Clain —de reojo veo como Romi da un paso en nuestra dirección, pero es detenida por Spencer. Trago duro concentrando mi atención en Cassandra, se toma su momento para seguir hablando, me veo tentado a decirle que lo diga de una vez, porque yo no lo haría, no la rechazaría, esa no fue mi decisión, fue de ella. Mi Mate respira hondo y abre la boca para hablar— Bienvenido a la manada Night Moon —la miré sorprendido. Sin poder evitarlo, le sonreí de oreja a oreja, más que feliz que la mierda.