No les mentiré, lloré escribiendo este capítulo, de verdad lloré.
Besos con lágrimas, I.
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Con la mente hecha un desastre corrió dejando a su Mate atrás, ignorando el dolor punzante en su cuello que realmente no le pertenecía, si no a ella, aunque también pueden deberse a las quemaduras que dejaron las cadenas de plata, le arden, costará que se curen por completo y seguramente le dejen una marca, aun así, no siente el cansancio, jadea pidiendo agua a gritos para lubricar su garganta reseca, sin embargo, se obliga a seguir corriendo hacia adelante.
El silencio del bosque lo puso nervioso, había demasiado silencio en una parte en la que no debería haber, muy pronto se dio cuenta por qué. Sin poder evitarlo se quedó plantado en su lugar sorprendido y horrorizado, por donde mirara había cuerpos en el suelo, lobos, vampiros, cazadores, había de todo un poco, la presencia de cuerpos de niños le indicaron que aquí habían librado una cruel batalla los sobrevivientes de la explosión del conteiner.
Continuó su camino a toda velocidad esquivando cuerpos, las lágrimas rodaron por sus mejillas, estaba realmente triste, triste y enojado, ellos no habían hecho nada malo, no tenían por qué estar pagando por algo que no habían hecho. Alguna vez pensó en hablar con ellos, explicarles que no significaban ningún peligro para los humanos, pero es imposible hacerlo sin tener que arriesgar su vida y las de los demás. No escuchan, no entienden, son llevados a su idea, en teoría no les interesa saber si son o no un peligro para ellos, prejuiciosos y cegados por sus creencias.
Supo que estaba cerca cuando escuchó los rugidos de Aza y de su tío Damon, quién había salido de la nada a salvarlos. Cuando estuvo lo suficientemente cerca 5 lobos más se le habían unido en la retaguardia y pudo olfatear a los vampiros aproximándose. Disminuyó el trote cuando vislumbró la silueta del lobo de su madre tratando de controlar a su padre al tiempo que Jackson se acercaba por detrás con sigilo y el antídoto en su mano. Damon y Raz mantenían lo más lejos que podían a los cazadores de Aza.
Con un movimiento de su cabeza les indicó a los lobos que ayudaran con los cazadores, trotando se dirigió a sus padres. Aza le gruñe a su mamá con tono de advertencia, pero no se atreve a acercarse, Jackson escala el tronco del árbol que está atrás para encaramarse al lomo de Aza e inyectar el contenido de la jeringa. Se les quedó mirando de lejos, no quería que con su presencia Aza reaccionara de mala manera y Jack perdiera su oportunidad. Atento a su alrededor decidió ir a ayudar a su tío con las Aguilas, que los atacaban de lejos.
Dio tres zancadas en dirección a uno cuando un silbido lo distrajo, giró mi cabeza y se paró abruptamente, la ira le recorrió las venas con velocidad, pudo sentir como Dimitri quería arrancarle la cabeza de una vez por todas y él lo apoyaría en eso.
—Nos volvemos a ver, Chucho —dijo el cazador con una daga ensangrentada en su mano, la misma daga que había atravesado el cuello de Romina, la misma daga que quizás se la quite y se la lleve a un lugar al que no podrá llegar tan fácilmente. Le gruñó con furia de vuelta, sus dientes ansiaban atravesarle la piel para matarlo —no me digas que estás enojado por lo que le pasó a tu perrita —se agazapó y clavó su mirada en él, lo odiaba, realmente lo odiaba, quería matarlo, hacerlo sufrir, que pagara por lo que le había hecho a su manada y a su Mate— vamos, no es la única perra que hay en el mundo, no te pongas mal —se burló— eres un animal ¿No? ¿Por qué no intentas meterte con tu madre? Al fin y al cabo, a ustedes no les importa si son familia o no —de un saltó llegó a él, esperaba que se defendiera, que se moviera mínimo, pero no lo hizo, se lo dejó tan fácil que se lo tomó como una ofensa, su muerte no lo dejó satisfecho, no era lo que se esperaba.
A los segundos después se dio cuenta por qué lo había hecho, sus palabras habían sido duras desde un principio, todo estaba calculado para que su rabia lo cegara y lo despistara de lo que pasaba a su alrededor, solo lo veía a él, solo lo escuchaba a él, no había nada más en ese momento y cuando lo mató, su vista volvió.
Se giró en su puesto y miró a sus padres, la cámara lenta comenzó a funcionar en ese momento, justo como cuando vio caer el cuerpo de su Mate. Jackson saltó al lomo de Aza, Gabriela lo distraía, Aza se movió bruscamente en su lugar, Jack se sostienen con fuerza, su mamá se levantó en dos patas y agarró con su mandíbula el cuello de Aza inmovilizándolo lo suficiente para que Jack enterrara la jeringa y le inyectara la fórmula. Gabi lo soltó, Jason cayó, Jack saltó, ella retrocedió y en un rápido movimiento Aza volvió a pararse, corrió hacia Gabriela, ella se preparó para bloquearlo, pero él le pasó por encima y le cubrió la retaguardia. Spencer dejó de respirar cuando una lanza atravesó el pecho de Aza, Gabi se giró notoriamente sorprendida, la bestia la miró de frente cuando otra lanza lo atravesó en el abdomen, esta vez la sangre salió de su boca.
Los sonidos al alrededor de Spencer se escucharon sordos, pero entendió perfectamente las maldiciones de los cazadores "Mierda", decían "Retirada", "Ya no nos sirve", dijeron, como si Aza hubiera nacido solo para servirles. Sintió la brisa que dejaron los lobos al pasar por su costado rápidamente siguiendo a los cazadores hasta más allá de la frontera.
Spens estaba simplemente pasmado, congelado en su lugar, ni si quiera pestañaba, no podía creer lo que había pasado. Aza, cediendo a la inyección, perdió su forma bestial y cayó al suelo con ambas lanzas.