Mi motor de fe

Dora Matamoros 

La fe mueve montañas, y yo he visto sacudirse y moverse por trece años, que los milagros, a través de la oración y con amor, son posibles para que nuestros ojos terrenales crean en el poder de Dios.

Hoy, a mis setenta años, recibí la noticia de que tengo Cáncer de Colón, etapa tres, los doctores aquí en Nicaragua hablan de dos opciones, la primera que solo me quede esperar a que mi vida se apague como termina una vela que ha pasado encendida por mucho tiempo hasta llegar a consumirse totalmente. O la segunda opción recibir una dosis de quimioterapia antes de una cirugía para ver cómo está el cáncer obstruyendo todo ahí adentro y realizar una colostomía permanente para hacer mis necesidades lo que me reste de vida. Además de volver a otra dosis de quimioterapia o radiación, solo sé que de ser así tendré varios puntos que quedarían tatuados en mi cuerpo como símbolo de lucha en una batalla que Dios me ha enviado como soldado para dar mi mejor pelea y la daré porque Mi Sergio es, ha sido y será siempre Mi motor de fe.