Capítulo 2
{¿Casualidad o destino?}
William
Estacione el auto en el aparcamiento del instituto. Mis hermanos bajan pegándose manotazos, para salir corriendo hacia la institución. Me aseguro de ponerle la alarma al auto una vez que me encuentro fuera del mismo.
Observo los demás autos a mí alrededor. Algunos son caros de esos deportivos que tienen los hijos de padres ricos. Pero a diferencia del mío que es antiguo, tiene mucha historias y anécdotas en él.
Paso por el lado de las porristas, las cuales charlaban sobre la última operación que se realizó una celebridad. <<Huecas>> pensé.
Lo extraño es que en Argentina solo hay nueve colegios que tenga cosas denominadas como yankee (Como porristas, equipo de futbol, laboratorio científico y sillas para todos los alumnos). Ese colegio es "Manuel Belgrano y San Martin". La única cosa cool a mi parecer es que nos dejen venir vestidos de la forma que queramos. Obviamente que no sea remeras de equipos de futbol o micro tops de esos que solo tapan los pezones en las chicas.
Ellas me miraron con mala cara, lo que no me importa ni lo más mismo lo que piensan esas chicas.
Acomodo mi mochila en mi hombro, al mismo tiempo que subo mis gafas para que queden arriba de mi nariz.
Una mano pesada se posa en mi hombro. Obligándome a darme vuelta bruscamente. Para ver quien me estaba tocando. Veo a Duck un chico de un 1,70 m de altura, cabello colorado, de ojos verdes, con tantas pecas en la cara que parece helado granizado .Él es uno de los jugadores más preciado del equipo de futbol. Y uno de mis bullys recurrentes.
— Miren lo que trajo el viento... Un nerd — dice con sorna Duck. Haciendo reír a los demás que estaban con él.
Sobre que sus chistes son malos. Tiene amigos igual de tarados que él, que creen que lo que dijo es gracioso.
— Duck, el refrán es lo que trajo "el gato". No el viento — le corrijo. — . Deberías pasar más tiempo prestando atención a la clase de lengua que molestando a los demás, y seguro la próxima no te equivocas. — respondo de manera burlesca. Avecés no estoy de humor para sus burlas estúpidas y carentes de sentido.
Sus amigos empiezan a murmurar y se ríen de lo que dije. Se lo que es estar en esa situación de vergüenza, pero el empezó, así que se lo merece. Duck se vuelve colorado dejando sus pecas invisibles con el resto de su cara.
Me empuja pero no me tambaleo, no soy tan débil.
—Mira cuatro ojos, si me vuelves a contradecir te partiré la jeta — me contesto, con ese lunfardo que tanto usan mis compañeros. (Como mama diría un término villero).
—Bien, lo que digas —respondo acomodando mis lentes que se habían deslizado hasta la punta de mi nariz, me di vuelta y seguí caminando.
— ¡Ya verás nerd¡ — escucho su amenaza. Pero solo son palabras, nunca hace nada.
Sigo mi camino hasta el patio del colegio .Mientras me formo en mi lugar habitual para esperar el izamiento de la bandera nacional.
Siento unas manitos rodear mi cintura. Me doy vuelta chocando con unos ojos verdes más tiernos y grandes del mundo. Su cabellera rubia estaba firmemente atada en una trenza.
—Hola amor — saludo a mi novia, Keity.
Su metro cincuenta y su cara angelical, la hacen ver aún más pequeña de lo que es.
—Hola bebe — dice ella, con su voz cantarina.
La rodeo con mi brazo por su cintura y la pego hacia mí. Tiene puesto un perfume fresco de lavanda, huele increíble.
— ¿Cómo has estado? — Le pregunto acariciando con ternura su mejilla. Sus ojos se ponen llorosos. Algo no anda bien. — ¿Qué paso?
- Es lo mismo de siempre. Papa engañando a mama, mama sufriendo y diciendo que todo es mi culpa.
Estaba a punto de romper en llanto, asique la estrecho en mis brazos para contenerla. Odio verla así y no poder hacer nada para solucionar el problema. Beso con delicadeza su frente, me separo de ella para mirarla a los ojos.
— Sabes que no es tu culpa. — La consuelo. Con mi dedo pulgar seco sus lágrimas. —Son problemas de ellos, ya que ella sigue con él a pesar de sus engaños y el sigue engañándola a pesar de que sabe que destruye su familia. La culpa es de ellos por seguir así.
— No entiendo como alguien puede seguir en una relación así. — Dice triste.
Instintivamente pienso en mi madre.
¿Por qué seguir con mi padre? Ya sé que es por el dinero. Pero si ambos trabajamos seguro podemos salir adelante.
— ¿Sera que a pesar de todo lo sigue amando? — Pensé en vos baja.
Ella se queda pensativa, analizando mis palabras.
— Avecés el amor te hace quedarte aunque te lastime — razona ella. — Pero nosotros no somos así... ¿O sí?
A Keity la conocí en la biblioteca, creo que fue amor a primera vista. Nos conocimos, hablamos y salimos. Desde hace un año que es ella y solo ella para mí.
— Nosotros no somos así— asegure — .Somos el uno para el otro.
La beso en los labios, fue un beso corto. Ya que ella se aleja sonrojada.
— ¡Ey Will! Estamos en el colegio.
— ¿Y? — La acerco a mí para darle un pico.
— Chicos por favor a sus filas — La voz de la directora por los parlantes, nos hace separarnos.
— Nos vemos.
La veo alejarse y me formo en la fila.
(****)
Al entrar al salón una bola de papel mojada golpea mi cara. El salón entero estalla en risas.
<<Wow, que maduros>>
Tiro la bola de papel al tacho de basura y me limpio la cara con la maga de mi camisa.
— Hola William — Me saluda mi amigo Javier. — ¿Qué te paso? — pregunto confundido mirando mis lentes manchados.
—Hola Javier —chocamos nuestras manos en un puño, en forma de saludo. —, los idiotas de siempre.
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Editado: 26.01.2022