Estoy en medio del bosque deambulando entre los árboles mientras veo una que otra ardilla pasar por las ramas de los árboles que se conectan. Se que estoy perdido, pero no me preocupo ya que deje una marca en el GPS de mi celular señalando la casa en la que me hospedo.
Después de caminar un buen rato entre el bosque encuentro un claro no muy grande. Talvez de uno treinta metros. Miro a mi alrededor, pero no hay nada, ni un alma a la vista. Me tumbo en el pastoso suelo. Siento como las hojas de pasto me producen comezón en mi espalda, pero no me preocupo por eso. Miro el cielo estrellado que es tapado por una que otra nube. Siento como el viento sopla haciendo mover el pasto que hay a mi alrededor y entre mis dedos. Todo alrededor se ilumina por la luz de la luna llena que era tapada por una nube. Contemplo en cielo y cada una de sus estrellas, como titilan a lo lejos intentando vaciar mi mente. «En Nueva Jersey no se ven las estrellas, ni en casa—Pienso». De repente me vienen recuerdos nostálgicos de casa; el cielo totalmente oscurecido por las nubes de cenizas en el cielo por los ocho volcanes que rodeaban Zogh y sus lagos de magma y uno que otro árbol muerto por falta de agua. Me acomodo en posición fetal abrazándome a mí mismo mientras junto mis pies descalzos y cierro los ojos intentando dormir.
Siento los radiantes rayos del sol en mí cara intento abrir uno de mis ojos, pero los cierro con fuerza al sentir un dolor de cabeza inmenso. Siento como si la cabeza me fuera partir en dos, pongo mis manos en mi cabeza y la aprieto intentando hacer que el dolor se calme, pero es inútil. Pego mi cabeza al suelo pastoso mientras arqueo mi espalda. Siento como si me clavaran una estaca en todo el cerebro y la sangre que pasa en el ardiera como acido que quema mientras pasa. Aprieto más fuerte mi cabeza mientras me retuerzo en mi lugar. El dolor es insoportable haciéndome gritar. Aún estoy con los ojos cerrados, pero puedo sentir la sangre que sale por mi nariz. Sacudo mi cabeza e intento calmarme. De repente el dolor se detiene haciéndome sentir aliviado de que haya parado. Abro mis ojos y el pasto aplastado en el que estaba acostado lleno de sangre al igual que mi playera. Respiro agitado aun intentando calmarme. Me tomo un minuto para recuperar el aliento y ponerme de pie. Trato de ponerme de pie, pero las piernas me tiemblan y estoy mareado lo cual causa que caiga de rodillas. Sacudo mi cabeza y golpeo el suelo con mí puño.
—Maldición —Gruño mientras intento recuperar el aliento.
Tomo un bocado de aire antes de intentar ponerme de pie. Esta vez logro ponerme de pie, pero aun siento mis piernas débiles como si un auto acabara de pasar sobre ellas. Miro a mi alrededor en caso de que alguien me haya visto u oído mis gritos. Intento dar un paso, pero me tambaleo un poco por el mareo y el dolor de cabeza que siento además de lo débil que siento las piernas. Me recuesto un momento sobre el primer árbol que alcanzo y saco mi celular para mirar la hora. La pantalla se ve algo borrosa como si los números en su pantalla estuvieran vibrando y me doy cuenta que son mis manos temblando, pero aun distingo los números.”4:50”. Trato de poner la marca que deje en el GPS y después de más de treinta intentos lo logro.
Será un camino largo.
Después de un buen rato tambaleándome de árbol en árbol, por fin llego al jardín trasero o más bien saltando la cerca del jardín trasero. Intento alzar mi pierna por encima de la cerca, pero solo consigo irme de cara contra el suelo. Me levanto y voy a la puerta corrediza de cristal. Corro la puerta de cristal y asomo la cabeza para asegurarme de que no haya alguien. No creo que llegar con la camisa llena de sangre y sin zapatos de una buena impresión. Me adentro entre la casa intentando hacer el menor ruido posible. La cabeza aún me da vueltas por lo que uso la pared de apoyo. Paso por una de las tantas salas y me detengo para recuperar el aliento. La cabeza aún me duele y siento como arden mi cerebro como si estuvieran poniendo una antorcha en él. Escucho unos pasos que se acercan y me pego a la pared junto a la puerta. Retengo la respiración. Oigo como los pasos que se alejan y asomo la cabeza para ver a Louren quien va de paso probablemente a la cocina. Corro a la dirección de la que viene Louren y encuentro las escaleras. Subo las escaleras. Me tropiezo una que otra vez, pero me levanto y subo lo más rápido que mi cuerpo me lo permite. Hasta que al fin subo el último escalón y veo la puerta de mi habitación. Me acerco tambaleando y escucho la puerta de al lado abrirse y entro como si mi vida dependiera de ello cerrando la puerta con seguro.
...
Me despierto antes que suene la alarma. Miro mi celular para ver cuanto falta para que suene la alarma. Un minuto. Apago la alarma antes de que suene y me tomo un momento para pensar en que haré el día de hoy. Vee llegara mañana, mamá y Louren se irán hoy a su viaje de negocios en España. Además de despedirme de mamá y Louren no tengo nada más porque levantarme el día de hoy, ellas se irán y tendré que estar con él por el resto del día. Toco la pared junto a mi cama que conecta con su habitación. El simple hecho de pensar en él hace que me dé un vuelco en el estómago. O tal vez solo sea hambre. Me levanto estirando mis piernas adormecidas y me pongo en marcha a la cocina donde espero encontrar a Louren. Tal vez pueda convencerla de hacerme uno de sus desayunos especiales e incluso podamos desayunar todas juntas. Abro la puerta la puerta y escucho la puerta de al lado cerrarse bruscamente pienso un momento en golpear y preguntar si todo estaba bien, pero escucho el clic del seguro de la puerta y me retracto. Bajo las escaleras en dirección a la cocina. Apresuro el paso y me encuentro a Louren ya vestida. Lleva un traje de paño negro con una blusa camiseta blanca. Y su collar de plata que mamá le regalo en su cumpleaños.