Mi novio Fernando

Tania

Hoy es otro día más del montón, igual al resto, solo que sin citas y cuando no tengo con quien salir y me siento sola voy con Tania.

Tania es mi amiga desde la secundaria juntas nos gustaba hacer todo tipo de desorden, solíamos ir a dirección juntas y si una hacía algo la otra lo hacía, éramos inseparables como gemelas separadas al nacer, aunque claro era es muy pálida a comparación de mi piel y le gusta teñirse el pelo desde que la conocí, para mí pese a ese detalle siempre la recuerdo rubia.

Cuando llegué a su casa vi el típico desorden que tiene de su cuarto, blusas, medias y demás por todas partes así como cajetillas de cigarros y botellas de tequila, me cuesta creer que la encontrará sobria.

— ¡Hola, Nati!, ¿cómo te fue en las citas?, no me has contado nada aún.

— Pues... Fueron citas algo inusuales— le respondí con unas risas

—¿a qué te refieres con inusuales?, me has contado de todo en tus citas, como si siempre encontraras a idiotas en esas apps— Tania me lo dijo con un tono algo serio y preocupado

— No, es que... Humm... ¿Podrías decirme como lo conociste?— le pregunté tras notar la preocupación que había en sus palabras

— Nati, sabes todo lo que pasó con el divorcio de mi madre ¿no es así? —

—Si, me has contado de eso—

—Te mentí, mejor dicho te oculté un poco de información— me lo dijo como si tratara de que no me enojara con ella

— Oh, entonces... ¿Tiene algo que ver con su nueva pareja? — le pregunté confundida

— Sí, sabes al inicio te conté que era un idiota y demás, pero la verdad creo que no es tan mala persona, pero yendo al grano, tiene un hijo y no te lo conté—

No había necesidad de explicar nada, pues estaba claro lo que ella intentó explicarme todo este tiempo.

— Fernando es tu hermanastro, no es así — le pregunté algo enojada

—Si, pero... — Tania intento explicar un poco más, pero estaba un poco enojada, no como si me engañara toda la vida, claramente no ameritaba estar tan poco enojada de ser el caso, el enojo era por la persona que me mintió mi enojo era más que nada por eso.

— ¿Ha estado en tu casa?, ¿me ha visto antes de tener la cita?— Le dije algo preocupada, ya que... Digamos que junto a Tania he hecho algunas cosas vergonzosas en su casa.

—Si, pero no ha estado cuando nos maquillamos ridículo... — me respondió sabiendo a qué me refería con la pregunta

Me relajó algo saber esa respuesta

—... Nunca te ha visto, es solo que las pocas veces que hemos hablado, me pareciera que desentona con el mundo, como si algo o alguien le faltara, es como si fuera de metal. — me dijo Tania con seriedad.

—¿Por qué no me explicaste esto antes de ir ciegamente a conocerlo? —

— Por alguna razón que desconozco él necesita tener todo programado, se pone muy tenso si interrumpen su horario, le comenté de la cita poco antes de avisarte, si te llevaba de inmediato a conocerlo, no habría sido tan expresivo como me has contado— me explicó Tania.

— ¿por qué creíste que encajaríamos como pareja? — pregunté algo enojada aún.

—Nati, no me lo tomes a mal, pero por lo menos en el sentido de la soledad ambos me parecen ser similares, el aunque está solo no quiere estarlo, le cuesta hablar con otras personas por propia iniciativa y tú llevas años buscando a alguien con quien compartir tu vida, además creo que soy tu única amiga. — Tania me explico sus razones.

— Tania, tu hermanastro no es una mala persona, solamente siento que no encajamos, vine a verte para que me ayudes a dejarlo en nuestra siguiente cita. — le comenté los motivos de mi visita algo preocupada.

— Pues hazlo como a los demás chicos, díselo y ya. — me contestó.

— ¿No crees que le afecte de alguna manera..? ¿Más grave que las demás personas? — le pregunté refiriéndome a su sindrome

— Nati, esto que hice aunque suene que lo hice por él, a él lo conozco hace meses, a ti te conozco hace años, todo esto era por ti. Ambos están solos y él podría darte una mejor vida con ese trabajo que tiene, podrías aprovechar el hecho de que nació con un don— me explica mejor sus intenciones de la cita.

Me terminé retirando de la casa poco después de la plática, Tania me aclaró unas dudas sobre todo esto, pero no me ayudo con lo que necesitaba, si mañana todo sale bien encontraré una manera de contarle eso sin dañarlo, o al menos no demasiado.




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