Eva Taylor:
No me lo podía creer hasta que veo la carta que él me entrega:
Niños perdón por no informarles antes el viaje de nosotros, estamos en casa de su abuela en Reino Unido bueno ustedes ya saben. Estarán una semana solos por favor no quemen la casa; se que esta semana es de Break y estarán descansando quiero creer...
Con amor
Ava Jones.
P.d: no dejen a Eva cocinar porque ella si es capaz de quemar la casa.
Lo último me hace sonrojar y sonrió.
— Bien, estaremos solos — me siento en el mueble dejando el bolso a mi lado y miró a Kenneth.
— Por favor hoy ha sido un día muy canson y no quiero que la noche sea así — le arrebate el control de la televisión y el me miró con la boca abierta, me quito mis botas y subo los pies descansando.
— No quieras jugar conmigo querida Eva — levantó su mano y la acercó a mí hasta llegar al control pero fui más rápida y me senté encima de él.
— Ahora no podrás agarrarlo corazón — sonrió pero se me borra de inmediato al sentir las primeras cosquillas — Oye no — grito entre la risa.
Me hace cosquillas hasta que me duele el estómago de tanto reír y llorar, estamos agitado y noto que estoy debajo de él, mis piernas están abiertas y él entre ellas. Su cara está peligrosamente cerca y siento su respiración en mi labio inferior; sino fuera por el sonido de la puerta abriéndose no nos hubiéramos separado aunque.... el se aleja rápidamente y no me deja asimilarlo ya que mis piernas estaban enredadas a él y quedó encima de él, la escena es vergonzosa.
— Eva — susurra y siento su respiración en mi mejilla, yo solo veo a Kayden que observa todo con atención.
Me bajo rápidamente desviando la mirada de ambos, recojo mis botas con mi bolso y corro habitación arriba. Paso cuatro horas encerrada viendo series y noto que son las ocho y mi barriga exige comida, veo mi pijama y creo que es acordé pero para asegurarme me coloco mi bata color rosa palo de dormir, bajo las escaleras con sumo cuidado y veo que ellos están hablando en la mesa, están cenando sin mi, eso me dolió pero recuerdo que soy nueva aquí y solo tengo horas de llegada.
Paso de largo a la cocina y tomo un vaso de agua, observo todo y cojo una taza colocar el cereal y echo la leche, busco la azúcar en los gabinetes y no la encuentro tampoco es que quiera comérmelo así simple y cuando voy a subir en un banquito para abrir el último cajón siento que caigo y solo cierro mis ojos esperando mi muerte que nunca llega.
— Siempre te vivo salvando de tus locuras — susurra Kenneth en mi oído y sus manos pareciera que me quemara la piel.
— Tienes razón, supongo — dije igual de bajito.
— Ustedes dos están extraños — dijo Kayden y Kenneth me soltó pero me alcanzó lo que buscaba — Y siempre soy yo el que los encuentra.
Bien sentía mi cara arder violentamente, ¿Por qué mi mamá me deja con ellos? Es que no ve que soy una chica y ellos son unos hombres.
No era capaz de mirarle la cara a Kayden y solo le coloque azúcar a mi cereal y hui de la escena. Algo me estaba sucediendo al estar tanto tiempo con estos hombre y más con Kenneth, subí a mi habitación y comí viendo mi serie que estaba buenísima. Al bajar son las once de la noche, todo estaba apagado y supuse que estaban en sus habitaciones, lave mi plato que viéndolo bien, no se me da tan mal hacerlo de vez en cuando, subo y vuelvo a mi refugio.
De un momento a otro comienza a llover y veo como caen las gotas en mi ventana, el cielo se ilumina con cada rayo y estruendo que hace que mi miedo aumente, ya era mucho más tarde y bajo por un vaso de agua algo asustada y choco con alguien, quedó con la cabeza pegada al pecho de esa persona y solo rogaba que no fuera un espanto.
— Lo siento — digo.
— ¿Qué haces despierta tan tarde? — interroga Killian.
— No puedo dormir con la lluvia — confesé en la oscuridad.
— Si quieres, te acompaño hasta que te duermas — dijo dudoso y asentí aunque seguramente no me vio en la oscuridad.
— Sí, voy por un vaso de agua y vuelvo — corrí busque el agua y me la llevé.
Al subir no dijimos nada, él solo entró y se acostó dejando mi lado; me acosté a su lado y cada estruendo me hacía enrollarme a su cuerpo y seguramente esto quedará grabado hasta publicado lo de mi miedo a las tormentas no sé en qué momento me quedé dormida pero de repente me desperté, ví la hora en medio de mi sueño y eran las tres de la mañana, estaban tocando mi puerta y me levanté para abrir, era Kayden.
— ¿Puedo dormir aquí? — aceptó en medio de mi sueño y me vuelvo acostar, menos mal la cama era la misma que tenía en mi mansión y el cuarto creo que era el más grande.
Me remuevo entre mi sueño y siento manos hasta por dónde no debería, me muevo intentando levantarme pero recuerdo que no estoy sola y mis acompañantes me lo hacen saber gruñendo, tengo la cabeza de Kayden en mi espalda, los brazos de Killian me están asfixiando.
— Chicos — susurró. —, no es juego, me estoy ahogando.
— Eva duerme por favor — dice Kayden prácticamente aplastando mi pobre cuerpo.
— No respiro bien — logró decir y el se levanta alarmado empujando a Killian que cae al suelo.
— ¿Estas bien? — preguntó y asentí agarrando aire.
— Buenos días desquiciados — dijo Killian desde el suelo.
— Creo que jamás los vuelvo a dejar entrar en mi habitación — ellos me miraron esperando el por qué — uno, me estaban asfixiando y segundo me duele la espalda por tu culpa. — Kayden se echó a reír y Killian también pero este se fue porque tenía más sueño y me dejó a solas con su hermano que no paraba de reír.
— Oye, no te rías — me acerque a él en un intento de golpearlo.
— Te confieso algo — asiento y él continúa —, Enojada me caes mejor — bien eso no era lo que esperaba pero debí imaginarlo, me agarró de los tobillos y me empezó hacer cosquillas.
#13691 en Novela romántica
#2592 en Chick lit
hermanastros amor odio, amor adolecente humor mentiras, hermanastros romance enemies to lovers
Editado: 17.07.2023