AUDREY.
Me lanzo a mi cama, a llorar. Yo creía que Bastian no tenía nada con Tiffany, pero él solo me mintió, seguro solo soy un pasatiempo para él.
Flashback.
Bastian ingresó al baño y su celular comenzó a sonar, me acerque al escritorio y lo tomé, camine de regreso a la cama y me senté. Prendí el celular y como había contraseña solo revise la barra de notificaciones y hay estaba el mensaje de Tiffany.
Bastian, mi amor, mis padres no están en casa, ¿puedes venir? Te tengo una sorpresa.
Celos, eso me estaba inundando hasta dejarme sin respiración.
Dejé su teléfono en la cama y salí de la habitación con los ojos llenos de lágrimas. Yo pensé que realmente era importante para él, pero nada más fue una más de sus malditas bromas para molestarme y lo hizo, y la pendeja calló en sus garras.
Fin de flashback.
—Audrey —limpio mis lágrimas y aclaro mi voz.
—Dime, mamá.
—Bastian quiere hablar contigo.
Todavía tiene el descaro de venirme a buscar.
—No lo quiero verlo, dile que se vaya.
No le basto con haberlo bloqueado para saber que no quiero saber nada de él.
—¿Pelearon de nuevo?
—Si, y esta vez es para siempre. No quiero ver a ese tonto, dile que no me moleste.
—¿Qué te hizo para que esté tan enojada con él?
Quisiera contarle a mamá, pero si quiero vivir, tendré que callar.
—Ya estoy harta de que me moleste, ya no lo aguanto... Mamá, quiero estar sola.
—Está bien.
Lo odio... a quien engaño, ese tonto me ha hecho algo para quererlo tanto... Solamente basto un beso para caer ante Bastian, y ahora estoy llorando por él.
BASTIAN.
—Audrey no quiere verte, está muy enojada... ¿Qué le hiciste Bastian?
—Le tome una foto descuidada y la mande al grupo de la preparatoria y la hicieron meme.
—Conoces el carácter de Audrey, va a ser difícil que se arreglen las cosas.
Ni como insistir más porque va a sospechar, y no quiero meterla en problemas con su madre.
—Lo intentaré, por ahora la dejaré que se le quite el enojo.
—¿Por lo menos terminaron el deber?
—Casi, pero yo lo termino.
—Gracias por ayudarla a pesar de todo.
—No hay de qué.
Escucho el sonido ya conocido del auto, así que miro. Mis padres salen con una gran sonrisa y Ethan sale con sus audífonos.
—Micaela, ¿cómo estás? —pregunta mamá feliz.
—Bien.
Mamá se dirige hacia nosotros. Ella saluda a la señora Micaela y seguido besa mi mejilla.
—¿Qué haces? ¿Te paso algo?
—No es nada, me voy a la casa... Chao señora Micaela.
—Chao.
Me voy. Odio estar enojado con Audrey. Antes la hacía enojar solo para llamar su atención y de tanto molestarla ella me volvía a hablar, pero esta vez la cosa es seria, ya que debe de estar pensado que le mentí. Ingreso a casa y me dirijo a mi habitación.
—Bastian —me detengo.
—Dime, papá.
—¿Te alimentaste bien?
—Sí.
—Que bueno... Tú hermana está enojada contigo.
—¿Por qué?
—Porque preferiste quedarte en la fiesta que ir a verla.
—¿El próximo fin van?
—No creo, es que tengo que ir a ver unos terrenos para hacer el diseño de un centro comercial.
—Bueno, talvez se le quite enoje rápido.
—Eso espero.
—Te dejo papá, voy a mi habitación.
Papa nada más me da una sonrisa y sigo el camino hasta mi habitación, pero me detengo al oír a Ethan tocando el piano eléctrico que tiene.
—Escribo tu nombre en mi cuaderno
Es que tú te la pasas en mis pensamientos
Indagó en mis recuerdos
Y el sonido de tu risa hace eco.
Ingreso a su habitación, él deja de tocar el piano y quita su audífono.
—Hombre, me cortas la inspiración.
—Préstame tu celular.
Estoy seguro de que ella no ha bloqueado a Ethan.
—¿Para qué o qué?
—Solo préstamelo.
Me acerco a él y me da su celular. Llamo a Audrey y ojalá me conteste.
—Hola.
—Audrey, necesito... —me cuelga.
La vuelvo a llamar y no me contesta. Paso la mano por mi cabello de la frustración.
—Pelearon los casi novio.
—Ethan no estoy de humor —él comienza a tocar al piano como un inexperto, haciendo que mis oídos duela.
—¡¡Deja de hacer bulla!!
Él deja de mover sus dedos y me da una sonrisa.
—La fiesta no fue el único motivo por el que te quedaste... la vecina fue el motivo mayor.
—Me amargas la existencia.
Le entrego el celular y voy a mi habitación. Esta noche estaré vela, porque no puedo dormir en paz cuando peleo con ella.
Me dejo caer en mi cama. No puedo y quiero estar enojado con ella, necesito hacer las pases.
[***]
Le he bombardeado el celular de mensaje por medio de todas la redes sociales, pero ella me ha bloqueado. Le escribí desde el celular de mamá y no le llega los mensajes.
Me asomo a la ventana, es mi lugar favorito porque puedo verla siempre, pero esta vez no puedo verla, las cortinas no me permiten hacerlo.
AUDREY.
Abro un poco la cortina, el idiota ese está en la ventana viendo a mi dirección. Sigue de novio con la Tiffany y está hecho el ridículo conmigo... Sé que tengo novio, pero le dije que iba a esperar el mes para terminar con Stefan, y él dijo que no tenía nada con la tonta porrista y me mintió.
Me acuesto en mi cama y cierro mis ojos, no quiero saber nada de ese tonto. Yo sé que le fallé a Stefan, pero voy a enmendar eso, yo ya no le seré infiel y no lo pienso dejar porque eso sería darle gusto a Bastian.
[***]
Me cepillo los dientes y medio me arreglo el cabello. En el desayuno le pedí a mamá que me llevara a la preparatoria, ya que estoy segura de que Bastian me va a molestar... O talvez no, pero es mejor prevenir.
Bajo a la sala y Amira ya está metida de cabeza en su libro. Mamá sale de la cocina y me da una sonrisa.
—¿No se te queda nada?
—No mamá.
—Voy por mis cosas, vayan saliendo.
—Ok.
Mamá se va hacia la escalera, Amira sigue sumida en su lectura, así que yo salgo. Abro la puerta y no veo el auto de Bastian, por lo que supongo que ya se habrá ido.
Suelto un suspiro y salgo de mi casa, pero me agarran del brazo y me arrastran al jardín de la parte trasera.
Miro a Bastian furiosa, debería agradecerle a la vida que soy debilucha y que no tengo la estatura para enfrentarlo.
—Me has tenido toda la maldita noche en vela viendo la puta ventana —sus ojos se ven cansado.
—No me moleste —intento irme, pero no me deja.
—No te vayas —me abraza—. Te he extrañado mucho, odio estar enojado contigo.
Bastian se pega más a mí, su perfume me embriaga, haciéndome débil.
—No te enojes, Audrey —susurra sobre mis labios.
Me muero de ganas por besarlo, pero tengo que tener dignidad. Lo empujo y salgo corriendo, gracias a Dios mi mamá sale.
—¿Dónde estabas? —miro de reojo a Bastian que retrocede al oír la voz de mamá.
—Por ahí, ya vámonos que se nos hace tarde.
—Súbanse al auto —ordena.
Miro de reojo a Bastian, que tiene una mirada suplicante en su rostro. Frunzo el ceño y me voy con mamá.
[***]
Mamá recogió a Stacy en el camino. Por lo que vinimos como siempre juntas. Ella me conoce y sabe cuando estoy de mal humor, por eso está con Amira.
Llegamos a la preparatoria, me despido de mamá y me adelanto.
—Audrey —me llama Stefan y me detengo.
—Hola —finjo una sonrisa.
Stefan me da un beso y lo aparto discretamente.
—¿Qué pasa? —pregunta confundido.
La verdad es que mis labios solo quiere los besos de Bastian.
—Es que... Mamá no me deja tener novio, ella me vino a dejar y me puede ver.
No miento del todo.
—¿Por qué no me dijiste eso?
—Es que me da pena que sepas que no me dejan tener novios a pesar de que tengo 17 años.
—No sientas pena, las mamás suelen ser medio complicadas —él mira para todos los lados—. No veo a mi suegra, desde hoy te besaré cuando estemos solos, no quiero que tu mamá te regañe.
—Gracias.
Escucho el sonido del auto de Bastian, miro y este tira la puerta de su auto con fuerza y me da una mirada asesina la cual devuelvo.
—¿Y a ese que le pasa? ¿Por qué te mira feo?
—No lo sé, ni me interesa. Vamos al salón.
Stefan toma mi mano y me dirige al salón mientras de reojo veo a Bastian que no deja de mirarme.
Llegamos al salón, y gracias a la vida la profesora de Investigación ya estaba en el salón y me evitó el beso con Stefan. Él se sienta en pupitre y yo en el mío.
Pasan unos minutos y entra Stacy junto a Braulio y Bastian que viene que los demonios se lo llevan, con su cara de chuky se sienta en pupitre y el enojo se siente por el aire.
—Audrey —miro a mi amiga.
—Dime.
—Toma —ella me entrega una hoja, y ya me imagino de quien es.
Agarro la hoja y siento una intensa mirada que es de Stefan, me hago la loca e ignoro la hoja.
—Los sapos mueren aplastado —le doy una mirada a Stacy de ¡cállate!
Stefan desvía la mirada, pero no puede disimular su enojo. La profesora comienza a dar las clases y aprovecho que Stefan está entretenido para leer la hoja.
Te ves tan feliz con ese idiota que sentí pena por él, ya que ambos sabemos a quién de los dos prefieres. Por cierto, te tomé fotos de como ibas agarrada de la mano con él, estoy seguro de que a tu mamá no le va a gustar ver eso.
Aprieto la hoja de la rabia, ese idiota es un maldito manipulador. Suelto un suspiro de frustración y sigo leyendo.
Sabes muy bien que no dudaré en enseñárselas. Te aconsejo que termines con él, no quiere que te castiguen por tener una relación con ese idiota... Te espero en el cuarto de limpieza en la hora de receso, no faltes.
Att: Bastian, el que te hace gemir.
Arrugo esa hoja hasta hacer bola de la rabia. Ese idiota me tiene en sus manos, pero ni crea que se la voy a dejar fácil, él a mí no ve a manipular a su antojo, no señor.
~cerezos ★
#1448 en Novela romántica
#50 en Joven Adulto
novela romantica fuckboy, amor odio celos deseo, humor coqueteo amigos
Editado: 12.07.2022