Sali de la habitación y recorrí los pasillos, la noche se veía a través de los grandes ventanales.
Hasta llegar al patio interno un cuadrado de césped con flores decorando alrededor en cada punta del cuadrado habían cuatro pequeños muros.
Dentro de cada uno un pequeño cuadrado de vidrio donde tenía un elemento que representaban los cuatro elementos.
En uno había agua, otro el aire, fuego y tierra. Recorrí con mi mirada una vez más verificando que no hubiese nadie cerca.
Me senté sobre el césped de piernas cruzadas y tomé aire, cerré mis ojos tratando de mantener la calma.
—Tómalo con calma Dacia… —dije sintiendo de repente el miedo queriendo hacerse presente.
Una persona… corriendo hacia la oscuridad del bosque… es un chico…
Abrí mis ojos de repente y miré a mi alrededor, un escalofrió se esparció desde mi nuca hasta mi espalda baja.
Esa sensación que había ignorado por días.
<< Alguien me está observando >>
Hasta que mire al pasillo que daba hacia afuera de la casa y la vista daba justo hacia el bosque.
Alguien me estaba observando, me puse de pie y retrocedí. Otra vez los ojos rojos brillantes, que cada vez se iban haciendo más grande.
Estaba acercándose y empecé a correr otra vez. Escaleras arriba con la sensación de que alguien me perseguía.
Hasta que de repente se escuchó un grito, empecé acorrer y fue hasta que llegué al pasillo de las habitaciones.
—¿Qué sucede? —y empezaron a salir de las habitaciones.
Me detuve enfrente de mi cuarto y dentro de él provenían los ruidos. Abrí la puerta y Eider no estaba en su cama.
—¡Sáquenme de aquí! —corrí hacia el baño y la puerta estaba trabada.
—¡Eider! —grite con desesperación tratando de abrir la puerta.
Y fue donde empezaron a aparecer los demás.
—¡Tranquila! ¡Te sacare! —dije haciéndome hacia atrás.
—¡Tú la encerraste! —exclamo una chica que gritaba como loca.
Miré fijamente hacia la puerta y extendí mi mano, y la energía se extendió hacia mis manos.
Y la puerta se abrió, entre encontrándome con Eider en un rincón. No lo pensé y solo la abracé.
<< No quiero ver nada >>
Aprete mis ojos abrazando con fuerzas a Eider, vagas imágenes querían hacerse presente pero no podía permitirlo.
—¡Dacia! —abrí mis ojos y tenía a Eider mirándome preocupada y con los ojos llorosos.
—¡Hubo otro ataque! —exclamaron.
Eider me miro y las dos salimos de nuestra habitación. Ahora la multitud se había dirigido a otra de las habitaciones.
—¡Desapareció ya no está aquí! —exclamo una chica desesperada.
Tavia e Itaro aparecieron junto con otros profesores. Eider y yo nos acercamos.
Brais estaba junto a Tigor y Louis mirando lo que había ocurrido.
—Tranquila encontraremos a tu hermana —dijo el profesor Gogler.
La chica lloraba desesperadamente volví a mirar a Eider que aun lucia preocupada.
—¿Estas bien? —pregunto Tigor abrazando a Eider.
—Otra desaparición y nadie sabe que está pasando aquí —comento Louis cruzándose de brazos.
—Mira tienes césped —dijo Cloe pasando una mano por mi cabello.
—¿Dónde estabas tu Dacia? Nos despertamos por los gritos de Eider que estaba encerrada —apareció Uxia señalándome y mirándome con el ceño fruncido.
Enarque una ceja y luego mire a los demás que también estaban confundidos.
—Estoy segura que tienes algo que ver en todo esto —dijo ella a lo que yo me gire dándole la espalda.
Empecé a caminar rumbo a mi habitación hasta que una sombra salió de mi habitación, me detuve abriendo mis ojos.
—¡Dacia! —Brais apareció a mi lado.
—¡Alguien estuvo en mi cuarto! —dije para luego salir corriendo.
Mire hacia adentro de la habitación recorriendo con mi mirada por si algo faltaba.
Parpadee varias veces y mire a la persona que estaba de pie en la puerta.
—¿Qué paso? —pregunto Brais.
—¡No lo sé! ¡No se que diablos esta pasando aquí! —dije tratando de no perder la calma.
Brais se hizo a un lado y volví a salir del cuarto.
—¿Dónde estabas cuando encerraron a Eider? —mire a Brais expulsando odio por mis ojos.
—¿Me lo dices en serio? —me volví hacia Brais— ¿Ahora tu dirás igual que Uxia que tengo algo que ver?
—¡Dacia! —alguien llamo por mi nombre.
Me gire mirando en dirección de donde provenía la voz. La profesora Merila tenia una bata puesta y se acercó a nosotros preocupada.
—Debes venir conmigo —dijo ella pasando por mi lado.
Le di una ultima mirada a Brais que seguía con su cara de no entender nada.
Seguí a Merila que se dirigió a su despacho.
—¿Dónde estabas Dacia? —pregunto prendiendo otra lámpara para alumbrar.
Su pregunta fue tan inesperada que la mire confusa.
<< ¿Merila desconfía de mi? >>
—Querida que estabas haciendo en el momento que Eider termino encerrada en el baño —volví a mirarla y negué con mi cabeza.
—Yo… solo quería practicar…
—¿En que sitio estabas? ¿Y que fue lo que pensaste? —pregunto ella volviéndose a mi— No pienso que tu haya tenido algo que ver pero… Dacia puedes confiar en mí.
Trague saliva y la mire a los ojos.
—En el patio interno y creí ver algo —aparte mi mirada.
—¿Cómo te sientes? —no podía entender por que Merila me hacia esas preguntar— ¡Dacia! ¡Muchacha! Quizás tus energías están saliendo a flote… sientes esa paz y lo de Eider fue una protección de tu parte. ¿Sabes que no fue la única que quedo encerrada?
—¿Por qué lo dices? —fruncí el ceño tratando de entender todo lo que me estaba diciendo.
—Proyectaste un escudo inconscientemente porque aun no tienes poder… por esos muchos temen a tus poderes —mi cara de confusión persistía— estas saliendo de tu capullo… ese era el miedo de Tavia e Itaro.
—No entiendo —retrocedí chocando con la puerta.
—Algo esta ocurriendo dentro de este lugar y es ajeno a todo lo bueno… —y el llamado a la puerta la interrumpió.
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Editado: 17.07.2024