Solo basta una simple palabra para cambiar todo tu mundo, que una triste acción lo derrumbe todo, así fue como la palabra "amor" lleno de felicidad mi vida, esa palabra venía con promesas falsas y desdichas, que al comienzo, uno no se da cuenta por la ilusión que lleva, pero la acción que realiza aquella persona por la que tanto anhelabas te desborda sin sentimientos dejando un dolor inmenso.
Traiciones, engaños, juegos con simples personas que solo buscan un cariño de ellas, deben de admitir que a todos nos ha llegado a pasar, llorar por un amor incomprendido y sufrir por alguien que te lastimo por un juego.
Ese recuerdo, que tanto llena de dolor mi corazón que al saber la verdad solo un resentimiento crece hacia él, aun no lo puedo creer que solo basto una sola persona para dar fin a mi vida de alegría, ¡Yo lo amaba! Pero lo que me hizo no tiene perdón y solo por una apuesta que el cumplió.
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-Celin, Celin Dugés Huang
Ese nombre…en el preciso momento que lo dijo, me empezaron a abordar en mi cabeza demasiados recuerdos; ¡No lo podía creer! Es ¡Ella!, estoy demasiado sorprendido. No puedo creer que este parada en frente de mi la persona que dio un giro a mi vida. Por la que llegue a sentir algo sincero, estaba demasiado cambiada; su apariencia no es la misma y ahora sabiendo quien es. No puedo creer que sea tan fría, ¡debe ser una broma!
Tan centrado me encontraba en mis pensamientos, que no recordaba que había dejado con la mano estirada a la mujer que se encontraba situada delante de mí, si no fuera porque su voz me trajo de nuevo a este mundo hubiera sido peor.
-Señor Anderson. ¿Que acaso no piensa responder a mi saludo?
Su tono seguía siendo tan despectivo, su mirada era fría y calculadora; se encontraba delante de mí pero al mismo tiempo sentía que no era ella en realidad. Sin más, como lo dictan las normas de educación, le termine besando la mano, en símbolo de cordialidad y respeto.
-Es un placer conocerla señorita Dugés.
Su mirada no cambiaba y aunque tuviera una sonrisa radiante, podría estar seguro que esa sonrisa era demasiado forzada; no aparto la mirada de mí y aun así se dirigió a mi amiga de la infancia.
- Caliza.
-si señorita Dugés.
-nos podrías dejar al señor Anderson y a mí a solas, por favor.
-sí, señorita. Con su permiso- automáticamente se retiró y me dejo solo con ella.
-bueno, señor Anderson. Es un gusto tenerlo aquí, al fin se digna a hacerse cargo de la empresa.
“¿Eso es un insulto o un alago?”
-el gusto de estar aquí es mío, excepto por hacerme cargo de la empresa, esa no fue decisión mía, señorita.
-lose, yo también opino que usted no debería hacerse cargo.
Tanta arrogancia era la que se veía en su porte, la manera en la que expreso su opinión y después se digna a tomar un sorbo de su copa de vino que traía en su mano, mirándome con una gran superioridad. Si no estoy mal, yo soy el que debería hablarle con superioridad.
“entonces, ¿me dejo insultar?”
-¿Disculpa? ¿Que acaso cree que no puedo hacerme cargo de Mis empresas?- dije sin más, enfatizando la palabra Mis, para que supiera con quien estaba tratando.
-no lo creo, ¡Estoy segura!, de que usted no puede hacerse cargo de las empresas.
“en otras palabras me dijo incompetente”
- ¿acaso no sabe bien quien soy, Celin?
-lamentablemente si, y para usted soy señorita Dugés, ¿entendido? Que dese cuenta que no trata con cualquier persona.
-¡Por favor, Celin! ¿Por qué actúas de esa forma? ¿Dónde quedo aquella niña tierna, linda e inocente de hace nueve años?
-eso es pasado señor Anderson, y no tengo por qué informarle de mi vida- al decir eso, volvió a tomar un trago de su vino, y después me volvió a mirar de una manera tan arria, así siguiendo con su dialogo- mejor debería concentrarse en arreglar su presente que de mujeriego e irresponsable no lo bajan- y finalmente se comienza a reír.
“Lo que me faltaba”
-pero.... ¡Que te....!- iba a comenzar a dar mi criterio en mi defensa pero, ella con tan solo alzar un dedo, me termino callando.
-no diga nada. No serviría que me reclamara a mí, y vaya cuidando sus palabras, con su permiso me retiro.
Y cuando pensé que ya me iba a dejar tranquilo y me iba a dejar con la conciencia remordiéndome por ser un mujeriego, se terminó deteniendo a un lado mío, se acercó tanto a mí que podía oler el perfume que traía, cuando me comenzó a susurrar al oído, podía decir que habría sido una sensación gratificante y tentadora, si es que no fuera por lo que dijo.
-por cierto tiene que dejar de ser tan obvio y dejar de quedarse viendo el cuerpo de las mujeres, es una falta de respeto, como usted entenderá- y solo me termino acariciando la mejilla y se fue con una gran sonrisa en su cara, como si hubiera ganado un Oscar.
“y la cereza del pastel, fue llamarme pervertido, ¡genial Anderson!, tu siempre quedando bien”
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Por mi cabeza solo podía pasar este argumento y siempre que trataba de analizarlo no me entendía.
¡¿Qué es lo que acaba de pasar?! ¡No puedo creer que me haya hablado así!, tenían razón es fría y cruel con las personas ¿Por qué? ¿Quién le habrá hecho tanto daño? ¿Tendrá que ver algo del pasado?, al verla irse me quede sorprendido por el momento que acababa de pasar con ella. Después de nueve años su belleza creció al igual que un sentimiento cruel en su interior, pero al verla de nuevo me cautivo con su gran figura pero al tratarla lo único que me ocasiono fue intriga del ¿Por qué era así?, admito que cuando me tocó con sus delicadas manos y se acercó a mí, mi cuerpo se erizo por completo y un deseo de atracción hacia ella volvió a despertar en mi después de tanto tiempo. Pero a pesar de eso, tenía que saber qué fue lo que ocurrió en su pasado para hacerla cambiar drásticamente.
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desprecio y rechazo, rencores del pasado revividos, venganzayamor
Editado: 27.11.2020