Mi Pequeña Desventura

Capítulo 3

Su madre levanta la mirada del móvil, sin entender.

—Mamá ella es ...

Ante sus titubeos Max dice:

—¿Vas a presentar a tu novia?.

—No —responde fastidiado —Mamá ella es .... ¿Cuál es tu nombre? —pregunta.

—Cassie —responde aturdida con la actitud de Ryan.

—Ahh... la persona encargada de tu cuidado .. —dice finalmente Claudia —Pero se supone que cambiaron su lugar de trabajo a la empresa.

—Bueno ... —intenta Ryan.

—¿Qué clase de juego es este? ¿Tú hiciste esto Ryan?

—Mamá...

—Dígame ¿cómo le informaron que regresaba a mi mansión? —inquiere Claudia.

—Recibí una llamada de la empresa que me contrató señora —responde Cassie.

—Entonces no entiendo ...

—La empresa hace el cambio cuando alguna persona ya no puede continuar en el lugar que se le asignaron.

—Usted ya había trabajado en la empresa cierto?

—Si, pero hace meses cambiaron mi lugar a la mansión debido a que la persona que trabajaba aquí, se retiró.

—Eso no explica ...

—Debe haber algún tipo de error, esas cosas pasan ....—intenta calmar Ryan.

Claudia no apartó los ojos del rostro sospechoso de su hijo, él había tenido algo que ver.

—De acuerdo —dijo, resignada —Tengo un trabajo especial para ustedes el día de hoy.

Camina hasta la parte de atrás de la mansión, Ryan y Cassie la siguen, llegan dos puertas, una de ellas dirigía a la cochera donde varios automóviles de la familia se encontraban estacionados, y la otra era un depósito donde guardaban objetos que ya no utilizaban.

Claudia abre la puerta, son recibidos con oscuridad total, busca el interruptor y lo enciende, mostrando varios cosas apiladas de forma desordenada.

—Quiero que ordenen y limpien toda esta habitación —ordena.

—Si señora —asiente Cassie.

—Madre ... ¿estuviste toda la noche ideando planes para torturarme?

—Piensa lo que quieras .. —luego el relój de la muñeca de Claudia suena —Debo irme, adios hijo.

Ryan mira todos los objetos y siente toda la pereza tomar lugar en cada extremidad de su cuerpo.

La mujer se adelanta, mira una caja en el piso, la saca, y regresa mirando que otra cosa podría ordenar.

Le echa un vistazo y se da cuenta de que es la caja de su Play Station. No lo había usado en mucho tiempo, la levanta y nota el peso, esto debía guardarlo en su habitación.

Decide ingresar, la mujer sacaba las cajas y las ponía sobre el suelo, mientras lo hacía el polvo era visible.

—¿Qué es lo que vas a hacer primero? —pregunta agachando un poco la cabeza para que el polvo no golpeé su rostro.

—Voy a sacarlas, luego limpiaré el polvo y el piso.

—Son demasiadas cajas.

La mujer no responde, da una última mirada a la habitación y se pierde por el camino hacía la cocina.

Piensa en sentarse sobre una de los sofás, de pronto sus ojos se detienen sobre un objeto sobresaliendo de una de las cajas, se acerca, mueve las alas de cartón y ve un bolso color rosa que recordaba haber visto usar a Ana.

Era un juguete.

Con el objeto en mano mira todas las cajas apiladas en los estantes de color plomo, seguramente estaban llenos de objetos de su familia. En ese instante recordó lo quisquillosa que era su madre, si alguien ajena a la famila tocaba estos objetos, se molestaría mucho.

De pronto su cerebro asumió la idea de que esta era un tipo de "prueba" para ver su nivel de madurez? Era muy rebuscado, pero conociendo a su madre ......

"Su niñera" llega y comienza a sacar las cajas hacía el exterior.

Nahhhh.... su madre no era tan ...

Estaba cerca de ir a la cocina, cuando ve a su padre mirándolo desde las escaleras tomando un sorbo de alguna bebida.

Regresa y decide ayudar a "su niñera" a sacar las cajas. Mientras estas comenzaban a apilarse, y el polvo dejaba manchas en su saco.

"La niñera"

Tenía que dejar de llamarla así .... Cuál era su nombre ...? Cassie, si, Cassie.

Cassie limpiaba los estantes, y para alcanzar los de arriba, trajo un taburete.

Por primera vez se preguntó si todo este tema no la incomodaba, tal vez, pero lo callaba como una persona resignada a su trabajo.

Se agacha para alcanzar una cosa, sale y lo pone con otros objetos, lo mira un segundo como si quisiera decirle algo, pero se arrepiente y lo deja.

No le da gran importancia, hasta que deja por completo el depósito, se pone de cuclillas a revisar caja por caja. La mira en silencio.

Empieza a poner varios objetos pequeños que estaban en el interior de estas, en otras que tenían espacio. Inesperadamente ve uno de sus juguetes, se pone de pie, y Cassie se detiene.

—Espera! —la detiene —Creo que vi ...

La mujer continua sosteniendo la caja mientras él la abre y busca lo que creyó mirar.

—Aja! —levanta en lo alto su gameboy —Ese idiota de Max me dijo que lo perdí, pero yo sabía ... —mira el rostro de la mujer y ve sudor en su frente, y suelta aire con la boca ligeramente abierta, introduce el gameboy en la caja y la sostiene —Esto está muy pesado —refunfuña, mientras lo lleva al depósito.

Luego escucha su voz a sus espaldas.

—Dejélo al fondo, pegado a la pared para que ocupe menos espacio.

Obedece, y cuando regresa la mujer ya está cargando otra caja, al igual que la vez anterior, sostiene la caja y la acomoda.

Repiten la acción varias veces.

—No sería mejor revisar cada caja para tirar lo que ya no es útil?—sugiere.

—Nos llevaría todo el día —dice desinteresadamente —Además debo suponer que no todo en el interior es suyo, si tiramos algo que después sea requerido tendré un problema.

Tenía razón, y que flojera revisar todo.

Para el medio día, han terminado. El deposito luce limpio, ordenado y como nuevo.

Siente su frente sudada, levanta el brazo para limpiarse pero se detiene cuando se da cuenta que estuvo cerca de limpiarse con la manga de su saco.

Que horror, no recordaba sentirse así de cansado alguna vez.



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En el texto hay: humor, contemporanea, romance drama

Editado: 10.09.2023

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