POV Eddie
Me despierto al escuchar un ruido, me levanto y voy al baño, hago mis necesidades y lavo mis dientes, salgo tratando de no tropezar con nada, abro con cuidado la puerta y me asomo, veo la habitación de mi hijo con luz y la puerta abierta, camino y me detengo en la puerta, la veo allí en la mecedora cantándole una canción suave a mi hijo, veo como mi campeón tiene los ojos abiertos escuchando con atención la hermosa voz que lo arrulla.
-¿Se ha despertado?— maldigo internamente porque la he asustado.
-Si— dice mirándome, veo que no le ha dado tiempo de arreglarse.
-Dámelo, ve a asearte, el personal de servicio no llega hasta las 6:30 am— me acerco y veo como mueve su pierna nerviosa.
-No se preocupe, puedo esperar que se duerma— mi pequeño se remueve y empieza a balbucear, "ese es mi campeón".
-Quieres venir con papi, ¿verdad campeón?, ves, quiere estar conmigo así que dámelo— le ordeno nuevamente y ella asiente.
Se levanta un poco incomoda y la veo dirigirse a la puerta, mi cuerpo se estremece y siento que mi miembro salta palpitando con deseo, lleva puesto un pequeño short y una blusa de seda, esta descalza y despeinada, la imagen más excitante que he visto, carraspeo incómodo y ella sale corriendo, me rio y me siento en la mecedora.
-Estabas a gusto con ella, ¿verdad campeón?— él se ríe como si entendiera— eres un suertudo en tener a esa hermosa chica para ti solo, ¿quieres que te cuente algo?, hace mucho conocí a esa chica, le llamaba mi pequeña Flor, estaba perdidamente enamorado de su belleza e inocencia, pero hace 8 años nos separamos, ella fue mi primer amor, mi primera vez y fui su primer hombre, pero los detalles no te los diré-- suspiro— fui feliz con ella, pero conocí a tu madre y quede prendado de ella, es la mujer que todo hombre desea tener en su vida, ella me coqueteaba y yo no le fui indiferente, tuvimos nuestra aventura y quede hechizado, no la volví a ver si no fue dos años después e hice lo imposible para enamorarla y así es que estamos juntos compartiendo un lindo lazo de amor, ese eres tú.
-Que linda historia cariño, aunque no escuche el inicio fue realmente hermoso saber que te deje hechizado— nos reímos, ella me da un beso en los labios y a nuestro pequeño en la frente— tengo hambre debe ser por las medicinas, voy a ver si han preparado algo.
POV Ángeles
Odio tener que fingir, 5 años fingiendo estar enamorada de él, "todo es por su dinero" me repito una y otra vez, quede embarazada de ese mocoso y aunque lo lleve 9 meses en mi vientre no lo quiero, no es hijo del hombre que amo, por el cual estoy haciendo todo esto, no estuve de acuerdo cuando me dijo que aceptara casarme con Eddie, pero me convenció cuando me hizo el amor y me dijo que era hasta que lográramos tener una casa, disfrutaríamos del dinero por un tiempo y luego me divorciaba para estar juntos. Ahora finjo una enfermedad que no tengo para no tener sexo con él, hace más de un año que lo he ignorado inventándole tantas excusas para que no me toque, ojala y se consiga una amante para así poder tener la excusa perfecta para divorciarme.
Camino hacia la cocina y veo venir a Alida, más que cuidar al mocoso, la contrate porque es bonita, es el tipo de chica que le gusta a Eddie y se parece mucho a la chica que tanto nombra su madre, no deja de restregarme en la cara que su hijo la amaba y era muy feliz con ella, no entiendo porque no se casó con ella, vieja bruja, la odio.
-Buenos días señora— me saluda amablemente, idiota.
-Buenos días Ali, espero hayas dormido bien— ella sonríe y asiente.
-Sí, gracias, ¿usted pudo descansar?
-Si gracias por preguntar— finjo un mareo y ella me sostiene.
-¿Se siente bien?— me acerca a una de las sillas de la cocina y le pide agua a Rosa.
-Solo es un mareo, gracias Rosa— le digo cuando me entrega el vaso, bebo un sorbo de agua y lo dejo en la mesa.
-¿Ya está mejor?
-Si gracias Alida, no te preocupes, me acabo de tomar la medicina y tenía un poco de hambre debe ser por eso.
-Le voy a servir de inmediato señora para que se reponga— dice Rosa y yo asiento, me sirve el desayuno y yo empiezo a devorarlo.
-Buenos días— saluda Eddie con su habitual amabilidad.
-Buenos días señor-- dicen todas al unísono.
-Ali, creo que este campeón necesita un cambio de pañales— dice riéndose cuando se escuchan sus flatulencias.