Mi Pequeña Luna

Capitulo VI

— ¡Aléjate de él, perra resbalosa! — Willow con una mirada centelleante y llena en ira se acerco dando grandes zancadas y cuando estuvo lo suficientemente cerca de Amanda la empuja lejos de mí, haciéndola caer de espalda sobre el gran sofá.

No puede evitar soltar una carcajada demasiado escandalosa al ver a la pequeña echa una total furia, es que a pesar de todo ella sigue siendo una niña y nunca pensé en llegar a verla en tal grado de enojo y mucho menos imaginé que podría decir ese tipo de cosas.

Había muchas cosas de ella que desconocía pero nunca se me pasó por la mente que ella podría poseer tan descomunal fuerza o que sus ojos podrían cambiar de tal manera ¿Pero que tanto puedo saber de una persona que no sé de dónde viene? ¿O si proviene de una estrella, un planeta o una constelación distinta? ¿Cuales son sus costumbres o maneras de vida?

Nulos.

Hay tantas cosas que desconozco de ella pero que sin duda alguna estaba dispuesto a descubrir una a una. Lo desconocido ciertamente causa terror pero la incógnita que toda ella era... La complementaban tan bien que la hacían y la hacen una personita maravillosa y fantástica de conocer.

Willow al escucharme reír volteo a verme y sus ojos bicolores me miraron de una manera tan particularmente tétrica que me hicieron callar y entender que esto es enserio, que está verdaderamente enojada.

Sé que después de esto tendré que arreglar las cosas no hay la menor duda pero ¿Cómo? ¿Cómo lo haría? ¿Cómo arreglaría ésto? Era un completo novato ya que nunca había pasado por una situación similar y no sé qué tan enojada vaya a estar.

Balbuceo de forma anodina — ¿Pero que demo...? — y miro a Willow con suma dureza — ¡¿Que te pasa maldita mocosa?! — colérica Amanda se levanta del sofa furiosa y toma a Willow bruscamente del brazo — ¡¿A quien crees que estás tratando como una sucia prostituta?! — Gritó.

— Está tal... Amanda ¿De verdad valora su vida? — gruñe furioso — ¡Eres un imbécilSi no quieres que la pequeña niña vea cómo muere esta maldita entre mis garras.... ¡Más te vale que hagas algo!

Willow se encongío de hombros con desinterés — A tí.

Amanda jadeo de asombro — Ahora mismo te enseñaré lo que son modales, ¡Engendro del demonio! — y levantó su mano en el aire decidida a darle una bofetada a Willow.

Di un paso adelante — ¿Que crees.....? — estaba dispuesto a intervenir pero Willow voltea hacia mi y sonriendo de una manera poco convencional, cambio la situación en cuestión de segundos.

Antes de que la mano de Amanda tocará su rostro, Willow utilizando la inercia la toma del antebrazo por el que la tenía sujeta tira de el hacia su propio cuerpo descolocando por completo a su agresora hallando la oportunidad le propina un fuerte rodillazo en el estómago haciéndola caer de rodillas y jadeando de dolor.

¿Donde aprendió eso? ¿Esta bien que una niña sepa ejecutar con tanta destrezas movimientos de autodefensa?

Amanda había quedado de espaldas, arrodillada y a su completa merced. Willow la tomó del cabello y tiró de el hacia tras, levantando un poco su rostro y le susurró al oído.

— ¿Cómo puedes ofender a tu próxima Diosa? — preguntó con enojo — Si supieras de quien soy hija no llenarias tu linda boca de puta — vuelve a tirar del cabello de ella — ¡Oh! disculpa por mi vocabulario, que mal educada soy — tira de nuevo.

— ¡Suelta me! ¡Duele! — Amanda se queja y trata de escapar de las manos de Willow; y mirándome molesta, pregunta — ¡¿Te piensas quedar ahí sin hacer nada?! ¡Ayudame! — me enconjo de hombros ¿Yo que tengo que ver? Ella sola se metió en esto. Que sola salga.

— No pidas ayuda. Esto es algo entre tu, yo, y tu mal educada boca "Amy" — la empuja hacia adelante haciéndola caer de pecho al suelo — A veces me pregunto ¿En que demonios estaba pensando mi madre al crear algo como tú? Que desperdicio de materia — suspira y me voltea a ver — ¡Noah! Me ha ofendido ¿Es que no piensas hacer nada? — corre hacia mi y me mira con un puchero en sus lindo labios.

¿En serio? ¿Me estaba seduciendo de una manera tan baja?

Y vaya que resultó.

— Creo que le has dado ya una buena lección, cariño — pongo un mechón de su cabello tras su oreja — Amanda — la aludida me mira con temor y con el dorso de su mano se quita un hilillo de sangre que corre desde la comisura de su boca hasta la barbilla — a Willow la tienes que respetar, es mi luna — sus ojos se abran con sorpresa al escuchar la noticia.

— ¿C.. cómo?

Farfulló Willow de forma monótona — Lo que faltaba. El combo completo, vieja, desagradable, mal hablada y sorda.

Pasé por alto las palabras de la pequeña ya que lo último que quería era que ambas se alborotaran por segunda vez. Me acerque a Amanda bajo la atenta mirada de mi mate y la ayudo a ponerse de pie, proseguí — como se te ocurra ofenderla, golpearla o poner otra vez tus sucias garras en ella de nuevo — le sonreí con cinismo — te romperé el cuello ¿Entendiste? — pregunto pero no me responde — pregunté ¡¿Que si entendiste?!

Libere feromonas causando presión en ella.

Agachó la cabeza — Si .... Si Alpha, yo tuve la culpa — respondió con desesperación — ¡Estaba equivocada! discúlpeme por favor.

Estaba cansado. La conversación con mi madre me había dejado exhausto y ahora la pelea de ellas dos, que estuvo lejos de ser justa.... Había terminado por drenar por completo mis energías - Largo de aquí - dije con cansancio. Ella hace una reverencia y sin alegar se da media vuelta y sale corriendo a toda prisa de la casa — ¿Estabas celosa, pequeña? — me acerco a Willow para cargarla pero se aleja.

Me miró decepcionada — ¡Ni se te ocurra tocarme! — me grita y sus ojos bicolores se cristalizan por las lágrimas que empiezan a surgir — ¿Crees que puedes venir a mi cómo si nada? Más importante que eso ¿Como pudiste permitir que te besara, te tocará y te dijera amor? ¡¿Como pudiste hacerlo?! — se da media vuelta y sube las escaleras corriendo.




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