— ¿Cómo están? — pregunte inmediatamente al llegar al hospital de la manada y ver a Anthony caminando de un lado a otro con desesperación y es que no era para menos... Su mate estaba dando a luz a su primogénita.
Se pasa las manos con frustración por el rostro — No se ¡No lo sé! — me mira y puedo ver sus ojos rojos e hinchados por el llanto — ¡Estoy a nada de sufrir un colapso nervioso y en este maldito hospital que nadie dice nada! ¡No salen a decime si están bien o no! ¡Nada! — golpea fuertemente la pared con su puño. Llamado la atención de todos en la sala.
— Tienes que calmarte Anthony — me acerco a él y le doy un par de palmadas en el hombro — todo estará bien, mi hermana es fuerte y seguramente la pequeña también.
— Gracias — me alejo de él y me siento al lado de mi madre.
Tomo la mano de mi madre y le doy un leve apretón — ¿Estas nerviosa? — niega — es tu primera nieta después de todo ¿No?
— Si, puede que un poco — acepta al final — ¿Pero sabes a quién deberías estarle haciendo esa pregunta? A tu padre — se echó a reír a carcajadas — No sabes el desastre que se volvió cuando tú y Dulce estaban por nacer — lentamente se limpio una lágrima que generó su risa — espero que marqués la diferencia entre los hombres de esta familia y no te pongas de la misma forma cuando Willow tenga a tus hijos, sería vergonzoso — ¿Willow + yo/ método tradicional = cachorro? Que magnífico sería.
— No prometo nada — por que estoy completamente seguro... que me pondré mucho peor — pero no seré como Anthony ó papá. Eso tenlo por seguro.
Mi padre llega mirándome burlesco. Le entrega uno de los vasos con café a mi madre y se sienta a mi lado.
— ¿No has escuchado ese dicho que dice "No escupas hacia el cielo porque te puede caer en la cara"? — asentí — pues bueno, a mí me callo. Eso mismo decía yo y me puse como loco cuando estabas a punto de nacer — ríe — me veía tan patético para la imagen que tiene que representar un Alpha; Fuerte, imponente, inteligente, impenetrable pero en el momento que escuché tú llanto y el de tú hermana todo a mi alrededor pareció desvanecerse y lo único que quería era correr a ustedes y llenarlos de besos.
En el pasillo fuera de sala de parto resonó un fuerte y claro llanto herizandonos la piel. Una nueva vida hoy abría los ojos hacia este hermoso mundo.
Mi hermana lo había logrando, había logrando traer al mundo a su hija. Lo había hecho bien.
Grito — ¡Ya nació! ¡Ya nació! — ahora el que se había convertido en padre dejándose caer de rodillas al suelo empezó a llorar — ya nació, Anaya, Anaya por fin está aquí.
Entendía que estuviera conmocionado por el nacimiento de su hija ¿Pero era esto realmente necesario? — ¡¿Acaso piensas limpiar el suelo del hospital?! ¡Levántate de una buena vez! — Lo tomo de los hombros y lo levanto — ¿Por que lloras como si alguien hubiera muerto? ¡Hoy es un día para celebrar! ¡Para estar felices! A nacido tu hija hombre, deja de llorar — lo abrazo — felicitaciones Anthony.
Varios minutos después el doctor Fernández sale de la sala quitándose unos guantes de látex manchados de sangre y los desecha en un cesto de basura.
— Felicidades Alpha Anthony. Ahora es padre de una hermosa niña — Palmea el hombro de Anthony de forma amistosa
— ¿Como esta Dulce? ¿La niña? — pregunta sacándose las lágrimas — ¿Esta bien ella también? ¿Cuando puedo pasar a verlas? ¿Lloro mucho? ¿Le dolió? ¿Fue muy difícil? — preguntas tras preguntas fueron lloviendo sobre el doctor Fernández una tras otra.
— Ignoralo — mis padres se posan al lado del doctor — todos lo hombres de esta familia sin excepción se ponen así cuando se trata de su primer hijo. Ya sabes cómo son las cosas — Mi madre hace un ademán con la mano restándole importante y toma del brazo Anthony y lo sienta en la banca más cercana.
— Créeme, lo sé. Aún recuerdo a la perfección como se puso Bruno cuando fue el nacimiento de Noah — ambos carcajean — pero fue mucho peor con el nacimiento de Dulce. ¡Dime qué no era gran Alpha Bruno el que se desmayó en este mismo pasillo aquella tarde lluviosa! — pregunto entre risas.
— No recuerdes pasados vergonzoso, Kilian — contesto mi padre entre risas.
— Haz tenido que pasar por unas cosas con esta familia, Kilian. Y es que siempre pasa algo que supera lo anterior — mi padre no puede estar más que avergonzado al escuchar todo esto — pero dime ¿Están bien? ¿Cuando podemos pasar a verlas?
Una enferme llega y le entrega una planilla al doctor — Es cierto — responde. Se acomoda los lentes y observa el informe entre sus manos — No tuvimos ninguna complicación durante el parto, verdaderamente que Dulce y su bebé son fuertes. En estos momentos deben de estar siendo trasladadas a una habitación particular apenas estén instaladas pueden pasar a verlas. Ahora sí, con su permiso — hace un asentamiento de cabeza y se retira.
Tanto Kilian Fernández como Theodor León son miembros importantes dentro de la manada ya que junto a ellos y mi madre. Mi
padre logro convertir lo que era hoy por día "Resplendent Moon" Luego de un desafortunado incidente. Ellos aparte de ayudar a prosperar la manada son grandes amigos de mis padres desde la niñez e incluso aún en su vejez.
— ¡Mujer!, puedes dejar de recordar cosas vergonzosas — reprocha mi padre una vez no ve la espalda del doctor alejándose — sabes cómo es Kilian ¡Nunca dejara de recordarlo!
Encogiéndose de hombros y restándole importancia, contesta — No, no puedo. Vive con ello.
— Familia White por aquí por favor — una chica con escote bastante insinuante y con el característico uniforme blanco de enfermera nos guía atrás vez de los pasillos del hospital hasta detenernos en la habitación Doscientos cinco — Aquí se encuentra la Alpha Dulce y la Pequeña Omega, Anaya.
¿Omega? Pensé que saldría de rango Alpha como el de sus padres. Una mutación Omega generada de ambos padres Alphas eran casos muy pocos comunes también podía terminar siendo Beta Pero ¡¿Omega?! No era común pero tampoco era imposible que un genotipo recesivo como lo era el Omega apareciera entre sus genes.