Mia paso toda la tarde en su cuarto, quise acercarme más de una vez para comprobar que estaba bien, pero no quería invadir su espacio.
Salimos con Megg a jugar al jardín, hicimos un picnic improvisado para la merienda. Ben estaba en su despacho poniéndose al día con los casos que dejo pendientes en su viaje a EEUU.
Tenía que dedicar todo el día de mañana para ponerme al día con mi empresa, tenía que concretar la junta para todo el personal para el lunes mismo, necesitaba solucionar muchas cosas, pero lo que más me importaba en este momento era mi pequeña.
Al terminar juntamos todo, había oscurecido rápidamente, al entrar vimos que Jeremy había llegado con una sonrisa radiante.
-¡¿Pero a quien tenemos aquí?!
Grito fuerte caminando a donde nos encontrábamos.
-¡Al fin apareces! Llegue a pensar que tus padres habían ganado esta vez y alguna mujer te había secuestrado.
Río sin parar mientras me lanza un derechazo suave mientras nos abrazamos.
-Mi corazón le pertenece solo a la princesa de esta casa, aunque veo que aquí hay otra bella y hermosa princesita.
Dijo mientras se acercaba a Megg, quien saltaba en sus brazos. Habíamos mantenido un buen contacto con Jeremy y Ben mientras vivíamos en EEUU por eso mi niña se sentía cómoda con ellos alrededor.
Podía ver que la personalidad de Jeremy seguía siendo la misma, era todo un personaje, nunca hablaba en serio, el bromista del grupo, siempre alegre, las mujeres eran su debilidad y su perdición. No me gustaba que él tuviera tanta confianza con Mia, aunque siempre había sido así, a mí me evitaba, pero me lo había ganado a pulso con mi actitud, eso lo sabía.
-Hablando de la princesa de la casa, iré a buscar a Mia, no sé si seguirá viva o habrá entrado en coma después de tanto dormir.
Ben se dirigió a la habitación de su hermana.
Jeremy me vio con rostro serio.
-Invito la cena amigo, te vez como un cadáver, necesitas comer más, gracias a dios estas en el lugar correcto, con la comida de Mia no vas a tener problema con eso…a veces pienso que nos trata de engordar para luego comernos como en Hansel y Gretel.
Rio mientras Megg le preguntaba quiénes eran esos y si Mia quería comernos enserio.
En eso escucho como Ben vuelve a la sala, Megg se pone a jugar con sus muñecas, mientras Jeremy me interroga.
-¿Cómo estás? ¿Cómo te estas adaptando a todo esto?
Ya le había contado por teléfono algunos detalles de la situación después de que había llamado a Ben, sabía que no lo vería enseguida pero necesitaba que estuviera enterado del panorama en general. Los conocía lo suficiente para saber que estaban preocupados por mi, lo que ellos no sabían, era que me sentía bien dentro de todo lo que podía, me sentía ligero, como si me hubiese quitado una gran carga de encima, estaba tranquilo la mayor parte del tiempo, exceptuando cuando la pequeña morocha de ojos color miel me sacaba de mis cabales.
-Estoy mejor de lo que aparento, de verdad.
Jeremy desvía la mirada hacia una despampanante Mia detras de él.
-¡Mi pequeña princesa! No sabes cuánto te extrañe.
Le dice mientras la recibe en sus brazos. Quedo asombrado por el efusivo recibimiento de parte de ella, como podía alegrarse tanto por su llegada cuando conmigo se mostró molesta e incómoda.
Jeremy la llena de besos, y tengo que contenerte para no apartarla de él, gracias al cielo ella se separa dándole un golpe en su hombro.
No podía creer lo que estaba escuchando, Mia se sentía tan bien junto a él, pensaban lo mismo sobre el compromiso, creo que si no se vieran como parte de la familia serian la pareja perfecta, no podía contener una pequeña cantidad de celos que crecía en mi, reconocía que me molestaba la indiferencia que mostraba Mia conmigo, para luego comportarse como si nada junto a mi mejor amigo, se veían cómodos juntos, mi sangre comenzaba a hervir, necesitaba arreglar las cosas con ella, explicarle que mi comportamiento de hoy ha sido absurdo, que entienda que me hace sentir cosas extrañas que ni yo mismo comprendo.
-Pequeña debe de haber sido difícil para ti estar soportando a estos dos viejos gruñones pero llegue para rescatarte.
Jeremy estaba colmando mi paciencia estaba muy susceptible y en este momento quería estamparle mi puño en su cara para borrarle esa sonrisa burlona y alejar sus manos del cuerpo de mi pequeño ángel, él podía corromperla fácilmente, era un mal ejemplo y una mala influencia para ella.
Estaba agradecido con Ben por apartar a Jeremy de Mia, pero este seguía cerca de ella hablándole al oído y haciéndola reír como nunca la había visto, se invitó a cenar prácticamente solo y saber que mañana estarían así de cerca de ella me hacía querer irme lejos para no presenciar esa escena nuevamente.
Aprovechando que los chicos estaban ocupados recibiendo la cena y que Megg estaba entretenida con sus juguetes, me acerque a Mia armándome de valor para pedirle que hablaramos luego.
Estuve completamente ido en mis pensamientos durante toda la cena. Iba a estar en la habitación de Mia, recordaba la única vez que entre en ella hace ya muchos años atrás, unos nueve para ser exactos.