Aílen Bonett
-¡Corre! -Grité mientras saliamos corriendo de la casa.
-¡Espera! -Chilló mientras tambien corría detras de mi.
Llegamos a un barandal que era el doble de mi estatura... Pero no es como que sea muy alta verdad.
-¿Cómo subimos? -Preguntó agitado el chico a mi lado mientras observaba el barandal.
Lo pienso por unos segundos y me doy cuenta de que hay un árbol en el jardín de esta casa que llega por arriba de la pared, la verdad es que no se a quién pertenece dicha propiedad pero mi querido amigo y yo nos adentramos al este lugar para hacer una pequeña bromita, la cual no salío como esperaba ya que la persona de este lugar tiene un perro, no tan grande pero aún así da miedo. Asi que a la hora de dejar un bicho verde e inofensivo el mostruo salío a la luz y nos comenzo a ladrar por lo que nos asustamos y el pequeño mounstro se desato del poste en el que se encontraba atado y nos empezó a perseguir y asi es como llegamos a este momento,
-Sigueme -Ordené para déspues tomar la mano de Danil y dirijirnos al árbol lo más rápido posible.
No demoramos mucho en llegar, así que le señale el árbol el cuál se encontraba al frente de nosotros.
-¿Y como planeas subir? -Cuestionó el pelinegro.
-Bueno, mi plan es...-No pude terminar mi frase ya que un ladrido me interrumpió.
¡Santa madre de los jovenes estupidos! (Tecnicamente yo, bueno no, por que no soy la madre soy la hija)
-¡Me olvide por completo del mounstro peludo! -Chillé al ver al canino.
Danil solo me observo con cara pervertida y me dí cuenta de las palabras que había usado para referirme al pequeño ser que hasta hace unos segundos nos correteaba, solo rodeé los ojos para empezar a trepar dicho árbol pero fué mas difícil ya que era resbaloso el intentar subir. Volteé hacia la dirección del perrito y este nos vió por lo que empezo a correr hacia donde nos encontrabamos mientras ladraba, Danil balbuceó algunas palabras que no logre comprender así que me dispuse a intentar subir otra vez, logre alcanzar una rama y me sujete y subí a la parte del árbol en la cual no podría caerme.
-¡Ayudame tarada! -Espetó Danil al verme quieta.
Le extendí la mano para ayudarle a subir, este subió con mas facilidad que yo, me inque a ver qué el perrito y solo saltaba para poder alcanzarnos pero lógicamente no nos alzará ¿Cierto?
-!Hasta luego ser ladrador! -Grite mientras me levantaba a ver a Danil -Deberíamos bajar ya
Dan solo asintió con la cabeza, y de un salto mi querido amigo llegó al barandal para empezar a caminar por la orilla de este, trate de seguirle el paso pero como ya había dicho no soy muy alta por lo que al saltar pierdo el equilibrio pero antes de caer Danil toma mi mano para que puede caminar sin caerme en el intento. Llegamos al lugar en donde no es tan alto y así poder saltar y llegar a la calle sanos y salvos, Danil nuevamente con facilidad logra saltar y como dije llega sano y salvo, pero la como soy la persona con mejor inteligencia, al saltar enredo los pies para así caer encima de Danil.
Pero antes de caer Danil alcanza a tomarme de la cintura haciendo que ambos caigamos, específicamente yo encima de el.
-¿Eres babosa o que? -Pregunta en cuanto ambos estamos en el suelo.
-Si, pero eso ya lo sabias -Constesto divertida
-Eres realmente... -Balbucea mientras mueve una de sus manos hacia mi mejilla con delicadeza -Realmete fea de cerca -Dice con una cara asqueada.
-Idiota
Me levanto apoyandome de mis brazos a los costados de Danil, al estar de pie le extiendo la mano para que también se levante del suelo, nos sacudimos la ropa para quitar los restos de polvo que tienen gracias a la caida. Cuando terminamos Danil empieza a caminar y yo lo sigo sin saber exactamente a dónde se dirije.
-¿A dónde vamos? -Cuestiono mientras le sigo el paso.
-¿Pollo, quieres ir al parque? - pregunta mientras me ve de reojo.
-Bien ¿Y después que? -Cuestiono mientras volteo a verlo.
-Te dejo en tu casa —Comenta distraídamente.
Mientras avanzamos veo la entrada al dichoso parque, tiene una lindo arco que dice: "Bienvenidos"
El parque es bastante tranquilo al igual que nuestra pequeña ciudad, los árboles de dicho lugar tienen unos pequeños foquitos que suelen encenderse durante las noches para iluminar el lugar, también tiene unos caminitos para ir a dar un paseo tranquilo. Antes de entrar vemos una tienda de dulces abierta y nos dirigimos ahí para comprar helado y unas gomitas para pasar el rato.
Entramos a paso lento al lugar y comenzamos a dar una pequeña caminata. Daniel es una persona increíble al igual que atractivo, tiene el cabello negro en un tomo muy oscuro como su alma, y unos ojos grisáceos que resaltan mucho, la mandíbula marcada y un pequeño tatuaje de calavera detrás de su oreja el cual le da una vibra de chico malo pero se que no lo es, lo observó durante unos segundos y veo que nota mirada por lo que se detiene.
—¿Que me ves? —Pregunta divertido
—Lo feo que te pones cada día Dan —Comento antes de soltar una risa y veo que el también ríe.
—¿Alguna vez te has imaginado con alguien? — Cuestión repentinamente, por lo que no puedo evitar fruncir el seño.
— Específica, me he imaginado golpeando a alguien, gritándole y demás —Sonrio y continuo caminando mientras saco una gomita de la pequeña bolsita que está en mis manos.
— Eso es masoquista, pero no me refería a eso —Responde mientras llega a mi lado.
—¿Entonces?
—Me refiero a algo romántico, ya sabes, besos, abrazos, algo serio y para futuro —Dice algo dudoso.
— Serio y a futuro —murmuro en voz baja — La verdad es que no, seriedad no es algo que vaya conmigo y ¿Futuro? No tengo
Dan ríe ante mi último comentario
—Me alegra que lo sepas — Dice y no puedo evitar poner una mueca
— ¿Tu te imaginas algo así en tu vida? —Pregunto interesándose en el tema.