El tiempo que había trascurrido había sido de tal manera que ahora Julia se encontraba por cumplir sus catorce años. Ella, sabiendo que aún era muy joven, no tenía en mente el tener que actuar como una niña por siempre, sino que trataría de ser lo suficientemente confiable como una persona adulta o eso era lo que ella se estaba proponiendo hacer.
Siendo que en este momento estaba en una clase de lucha consigo misma en la cual ella quería por fin lograr conseguir la aprobación de sus padres de poder lograr empezar a actuar por cuenta propia sin tener que hacerlo a escondidas de ellos. Entre un sinfín de pensamientos que invadían su mente, Julia trataba de mantener la imagen de ser toda una señorita del cual no le haría falta gracia alguna con su forma de actuar.
Conforme pasaba el tiempo, Julia trató de llegar a hablar con sus padres, al ser que ahora ellos se encontraban cada vez más ocupados con los preparativos para poder contrarrestar aquel campo de batalla que se estaba librando en las fronteras del reino. Entre tantas cosas que se debían de ver e intentar conseguir una solución para estas, el que ella los pudiera ver ya casi era nula.
Julia, aunque entendía el motivo por el cual sus padres no la podían ver, pensaba que debía de conseguir una forma de poder lograr conseguir hablar con ellos a pesar de que se viera imposible en este momento y que el simple hecho de querer hablar y pasar un poco de tiempo juntos ya sería como un sueño, sobre todo si esta guerra continuara por un largo tiempo.
Julia, con un pequeño suspiro, después de haber estado tratando de hablar con sus padres durante esta última semana sin éxito alguno, ya no sabía que más hacer para poder llamar su atención y de esta manera lograr hablar con ellos y darles a conocer su propuesta y lo que ella quería hacer a partir de ahora.
Sin siquiera comprender en lo que se estaba metiendo, Julia decidió que ya era hora de que dejara de lado el estar tratando de conseguir hablar con ellos de una forma educada. En este momento, para ella era mayor la importancia de lograr conseguir estar al tanto de todo lo que estaba sucediendo y ya no dejar pasar más tiempo a lo que traía en manos.
Aprovechando la noche, una vez logró conseguir información que sus padres tendrían un momento de descanso y que no habría nadie que los molestara en ese momento, Julia se dirigió a la habitación de ellos para luego quedarse detenida en frente de la puerta.
Mientras se encontraba detenida sin hacer ni un movimiento, las dudas empezaron a apoderarse de ella mientras el miedo que recorría su cuerpo ya era casi evidente con un pequeño vistazo en la expresión de su rostro, así como el hecho de que ella ahora estaba viendo hacía el suelo y apretaba un poco sus puños. Los pensamientos que se apoderaron de ella eran – será que de verdad debo de hacer esto. ¿No será mejor que ellos no sepan nada? Sí, si continuo de esta forma por un poco más de tiempo, no creo que se den cuenta, pero… ¿Qué pasará en el momento en que se den cuenta de que los he estado desobedeciendo? Además, en este momento nos encontramos en guerra y no sería bueno que ellos no conocieran en donde me encuentro en ese momento, ya que pueden suceder muchas cosas. También cabe la posibilidad de que alguien los trate de chantajear diciendo que me tienen cautiva y ellos piensen que es verdad mientras me encuentro viajando de un lado a otro, pero, pero, pero… si no les digo nada, también podría ser una forma en que podría evitar que se preocupen de mí mientras piensan que me encuentro estudiando. Aunque, si no les dijera nada y dejara todo de lado, podría ser capaz de evitar todo esto. No me tendría que preocupar por lo que está pasando, ni tendré que preocuparlos por que me encuentre en algún tipo de peligro si no me encuentro en el castillo. También podría tratar de tomarme las cosas con calma y no dejar que nada me moleste mientras estudio en mi habitación. De seguro que ellos pueden encontrar una forma de resolver esta situación en la que nos encontramos. Si es así, entonces no tendría sentido que viajara en este momento, podría esperar a que todo se calme antes de decirles. Tal vez no en el momento en que la guerra termine, pues no sé cuanto tiempo es que llegue a durar, pero puedo salir con una mayor tranquilidad y sin hacer que se preocupen si todo está más calmado y de esta forma poder empezar a realizar mi plan sin ni un problema y sin tener que retener a mis padres con pensamientos en los cuales se preocupen por mí en lo absoluto. Sí, esa debe de ser la respuesta. En este momento no les voy a decir nada, no por ser que tenga miedo ni nada por el estilo, pero es considerado una nueva perspectiva en la cual he decidido aplazar un poco mis objetivos antes de… – de pronto Julia escucha la conversación que tenían sus padres dentro de su habitación.
Lo que ocurría dentro de la habitación era una conversación entre el rey y la reina. El rey, quien no se detenía de dar vueltas en el mismo lugar mientras pensaba y decía – no puedo creer que todo esto esté ocurriendo – la reina, quien también mostraba tener un poco de preocupación, pero trataba de mantenerse calmada, se encontraba sentada en la cama mientras respondía – lo sé, pero no podemos hacer nada en este momento. Si no pensamos con sumo detenimiento todo lo que esta pasando, no creo que podamos hacer algo en contra de la situación en la que nos encontramos en este momento – el rey – lo sé, pero… – se detuvo y dirigió la mirada hacía la reina – ellos… ellos… – apretó con fuerza sus puños mientras apartaba la mirada hacia el suelo – no lo permitiré, no lo permitiré – la reina – tienes razón, pero, cariño… sabes muy bien que nuestro reino no es una gran fuerza que pueda mantenerse librando una lucha por un largo plazo, sobre todo… – el rey, calmándose un poco pero aún angustiado – lo entiendo. No importa que tanto hagamos, nuestras fuerzas no son suficiente, pero por lo menos trataremos de dar lo mejor de nosotros por proteger a nuestro reino, nuestro país, nuestra fami… – la reina – sé que será duro, pero deberemos de hacerlo muy pronto si es que queremos… – de pronto fueron interrumpidos al escuchar como la puerta dejo salir un gran estruendo al ser golpeada por Julia, quien ya no soportaba escuchar a sus padres hablar de esa forma tan desanimada.