— Mássimo...
— ¿Por que me provocas?— preguntó susurrando en mi oreja.—te dije que habría consecuencias.
Tragó con dificultad— Mássimo, detente. —rozaba sus labios contra los míos intencionalmente.
— No me provoques Ana — se despega de mi cuerpo y se dirije a las alacenas.
Bajo del mostrador y comienzo a caminar en dirección a mi habitación... Pero algo me decía que debía volver y hacer lo que una vez quise hacer....besarlo.
Regreso corriendo hacia sus brazos al verme me levanta y yo enriedo mis piernas en sus caderas, veo sus hermosos ojos grises y sus carnosos labios para luego unirlos juntos con los mios.
Mássimo.
Acabo de probar los carnosos e inresistibles labios de mi alumna.
Nunca creí que podría besarla y para ser sincero tampoco creí que ella querría.
— ¿Por que lo hiciste?.— preguntó
— Porque lo creí necesario.— contesta bajando de mis caderas.— iré a cambiarme.— noto su decepción en su mirada así que antes que pudiera irse tomo su brazo y la traigo hacia mi levanto su mentón uniendo sus labios con los míos en un beso necesitado y cariñoso, tomo su cintura profundizando aquel maravilloso beso.— Creeme por favor — susurro mordiendo su lóbulo, pero aún así no obtengo respuesta.
— Iré a cambiarme — finaliza para luego irse a su habitación.
Dejándome a mi con miles de dudas.
***
Acabamos de terminar dos trabajos sobre la segunda guerra mundial en menos de una hora.
Ana tenía razón si lo logrará.
— Creo que es demasiado por hoy.— digo para luego mirar sus rojizos labios.
Sobre el beso de hace una hora, no se habló más, así tambien destruyendo cualquier esperanza en mi pobre corazón.
— No aún no, debo hacer por lo menos...—bosteza— cuatro trabajos.
— Ana estás exausta, debes descansar bien.
— Lo hubiera hecho si no me hubieras jugado una broma — dijo recordandome el incidente de esta mañana.
— Lo siento— digo intentando ser amable— ve a descansar.
— Tu también debes hacerlo.
— Yo tengo que organizar algunos archivos en mi computadora, ve tú.
— Descansa — besa mi mejilla y se dirije hacia su habitación.
— Descansa Ana.
Ana
Soy una estúpida, soy una estúpida, soy una estúpida. Cómo puedo dejarlo así, primero lo beso y luego me hago la difícil.
Quisiste jugar con fuego y así terminaste, yo te lo dije tu no sabes jugar con fuego.- contesta mi consciencia.
— Entonces ya no quiero jugar con fuego, no me está gustando para nada. No quiero confundirlo, el es mi profesor y eso es lo único que debe ser.
¿No lo quieres confundir a él? o ¿no te quieres confundir a ti?, Tu solita tomaste la decisión de saltarle encima y besarlo.—Está tiene demaciada razón yo hice todo sola nadie me obligó, pero aún así se que lo que estoy haciendo está mal.
Lo único que está mal es que no asumas tus sentimientos, tu sientes algo por el y el siente algo por ti.
— Pero apenas lo conozco y el a mi.— le respondo.
Y ¿acaso no crees en el amor a primera vista?- pregunto mi consciencia recreando la pregunta de Verónica.
— ¿Acaso no es muy rápido decir que me gusta Mi profesor?