- Te juro que pensé que estaba bromeando. ¿De dónde se saca que tú y yo estamos juntos? Ese chico está muy mal.
Esa mañana había decidido ir al instituto con Andrés, ayer por la noche estaba demasiado feliz como para decir que no a alguien pero ya me había arrepentido. Llevaba todo el camino hablando de las insinuaciones que le había hecho Marc que tan feliz le hacían, a pesar de que intentara mostrar una falsa indignación. Me estaba cansando de verdad.
- No sé que quieres que te diga, Marc a veces es muy dado a la ficción.- Sabia que ese comentario le iba a gustar muy poco.
-Tampoco sería una locura, pero aún así me ofende. Voy a empezar a ir menos con él, deberías hacer lo mismo.
- Te he dicho bastantes veces que no deberíais seguir con la relación de amigos, es surrealista.
- ¿Surrealista por qué?- Se sorprendió.
- Porque pues ya sabes, sois muy diferentes.- Una salida aceptable.
- Ah ya, pero no sé, me da penilla.- Casi parecía creíble.
Decidí terminar ahí con el tema, Andrés podía llegar a ser muy prepotente cuando de Marc se trataba y yo le quería demasiado como para tener que verlo así.
A pesar de mi enorme euforia de ayer, hoy me había despertado algo frustrada. No sabía bien como empezar una nueva conversación con Alex y temía que esa hubiera sido la única. Como el bien dijo lo poco que tuvimos no podía volver a pasar.
Por si fuera poco, ese día no tenía Historia pero a las pocas horas lo agradecí, porque Alex había faltado y su sustituto no parecía la alegría de la huerta. Mientras iba al departamento de ingles a entregar un trabajo, me topé de cara con Silas.
- Si ibas a mi departamento lo siento, es que una madre quiere hablar conmigo de su querido hijo.
- No te preocupes que no te buscaba, voy a hablar con Marga.
- ¿Estas bien? No pareces muy contenta.
Otro que también me conocía bien. ¿Tan libro abierto era?
- Si claro, es que es un día largo.
- Tú tranquila, que cuanto menos lo pienses mejor.- Intentó consolarme.
Silas siempre era bueno conmigo, no podía pensar mal de él a pesar de lo que Alex me había contado. Quizás si era verdad y le había tirado a su mujer, pero eso no era asunto mio.
- Gracias ¿Me paso luego y te pongo al día?
- Claro y de paso te cuento que me pasó con Alex, que en clase no sabía si nos estaban escuchando.- Y se marchó.