Voy al baño de mujeres para arreglarme el maquillaje. Suerte que traje el maquillaje de emergencia. Me siento algo abrumada por todo lo que paso. Por su tacto, que aun siento en mi piel y el sabor de sus labios. Jamás me había sentido así, si había besado algún que otro chico, pero nunca me sentía cómoda, en cambio cuando él me abraza me calmo y me siento en paz. Es como si todos los problemas desaparecieran. No quiero pensar más, termino de maquillarme y me voy a trabajar.
Por suerte, al regresar a trabajar tengo tanto que hacer que me convertí en un torbellino. Disparaba a diestra y siniestra, modelos y productos sin parar. Oscar me indico que ya era la hora de salir, se me hiso muy corto. Me encanta estar llena de trabajo, ya que trabajo mejor bajo presión.
Me subo al coche le pongo mis audífonos al celular y le marco a Carlos. Empiezo a conducir. Al tercer timbrazo responde.
- Loquita de mi alma y corazón. ¿Cómo te fue en tu primer día? - Pregunta sin rodeos.
- Primero hola. Segundo estoy bien gracias por preguntar. Tercero: ¿Cómo estás tú?... - Me interrumpe. Me gusta desesperarlo.
- Estoy bien, ya cuéntame.
- Me encanto, con mucho trabajo, aunque es posible que me conozcan como una Yal.
- ¿Por qué? - Escucho una leve risa.
- Como me quede dormida en la película. Por cierto, gracias por llevarme a la cama.
- De nada.
- La cosa es que no puse la alarma. Cuando me desperte tuve que correr para no llegar tarde y se me olvido quitarme el gorro con las hebillas. - Lo escucho reírse a carcajadas. - Claro búrlate de la vergüenza ajena. - Comienzo a reír con él.
- Si tú estas igual. - Sigue riéndose.
- Mejor reír que llorar. ¿No?
- En definitiva y más en tu primer día de trabajo en Palacios Model Company.
- Ya vale no me lo recuerdes.
- Esta bien que bueno que fuera exitosos tu primer día de trabajo. Hoy nos tenemos que ir a celebrar.
- De hecho, tengo una cita.
- Mi prometida, prefiere tener una cita con otro hombre que salir conmigo. Me rompes el corazón.
- ¿Quién le manda a mi prometido aconsejarme que lo haga? Tu bipolaridad me volverá loca un día. - Le sigo el juego.
- ¿Más loca? No por favor. - Ruedo los ojos.
- No te preocupes jamás llegare a tu nivel de locura. Siempre ceras el rey.
- Rey y tu eres mi reina de la locura. Gobernaremos este mundo.
- Ya bájale mi rey, mejor vuelve a la tierra. Ni creas que por tener una cita no iremos a gimnasio.
- No es justo, yo pensaba ir de fiesta contigo y saltar el gimnasio.
- Lo siento. Si quieres festejar hazlo por mí, pero luego del gimnasio.
- Tengo algo mejor que hacer. Arreglarte para tu cita.
- No sé que tipo de ropa tengo que llevar.
- Elegante obvio.
- No me ha dicho a donde vamos, pero mejor le pregunto.
- Seria un verdadero tonto si no te lleva a un restaurante elegante y de mucha clase.
- Espero que no. Sería aburrido.
- Típico de ti.
- Como sea voy a buscar ropa en el departamento para que él me busque en mi departamento. Te enviare mi localización a través de whattsapp cada hora por si acaso. Si pasa algo te envió un texto con...
- Relájate, todo estará bien.
- ¿Qué pasa si no?
- Estaré ahí para ti. Disfruta el momento.
- Vale. Ya llegué al departamento. ¿Podemos ir una hora antes al gimnasio?
- Te quieres arreglar verdad.
- Un poco.
- Esta bien te veo en 30 minutos.
- Preparare algo de comer.
- Que rico. Que no te sorprendas si llegó antes. Tengo hambre.
- Vale. Adiós. - Cuelgo la llamada.
Subo voy directo a la cocina para adobar unas chuletas con tostones y ensalada. Termino de adobar la chuleta y preparar la ensalada. Tomo mi celular y busco en los contactos Modelo Insoportable para enviarle un mensaje por whattsapp.
- Hola. Me podrías decir como me debo vestir, ya que no me quieres decir a donde vamos. - Me contesta al instante.
- Casual. ¿A qué hora te recojo?
Pienso en el tiempo que me tomara arreglarme y en el gimnasio. Busco el pin de mi casa, pues si me pongo a dar dirección se perderá al instante. Lo encuentro y se lo envió.
- A las 8:00 de la noche. Cuando llegues me llamas para bajar. - Le escribo.
- Prefiero subir hasta tu puerta.
- ¿Qué pasa si no te digo cuál es mi departamento?
- Tendré que tocar cada puerta hasta encontrar la tuya. - Me quedo con la boca abierta.
- ¿Enserio?
- Sí.
- De acuerdo. Tercer piso apartamento 37.
- Hasta pronto gatita. - Sonrió al leer gatita.
Voy a buscar la ropa para mi cita y me visto para el gimnasio.
- Querida ya llegué. - Escucho el grito de Carlos.
- Estoy en mi cuarto. - Le grito.
Tengo en la cama un mahón azul largo que se entalla a mi cuerpo, una camisa negra con corte v y unas sandalias negras. Carlos entra al cuarto y mira el atuendo. - ¿Qué te parece?
- Muy simple.
- Me dijo que me vistiera casual y no quiero mostrar de más.
- Tienes razón. El escote de esa blusa muestra, pero no demasiado. ¿Vamos a comer?
- Solo lo dices para que me valla a cocinar.
- No, creí que la comida ya estaría lista.
- Es chuletas con tostones y ensalada. Se fríe rápido.
- Vamos entonces.
- Voy vete a vestir.
Me pongo a cocinar la chuleta y comienzo con los tostones. Carlos se sienta en el taburete.
- ¿Te quedaras en tu departamento esta noche?
- Pienso regresar aquí.
- No creo que sea una buena idea puede que llegues tarde. Voy a buscar tu ropa para mañana. - Se levanta y se aleja.
- Vale, pero nada de faldas.
Termino de cocinar y llamo a Carlos para que baje. Baja super rápido y comienza a comer. Me siento a su lado y comemos en silencio.
- Hay no creo que pueda ir al gimnasio, estoy super lleno. - Dice Carlos al terminar de comer.
- Cualquier escusa es buena. ¿Verdad?