Vamos de camino a mi departamento. Tomo el celular para que no me pase lo de esta mañana y pongo la alarma. Al terminar suena haciendo que de un pequeño brinco por la sorpresa. La pantalla se ilumina con Guapísimo y Protector Hermano.
- Discúlpame. Es mi hermano te dije que estaría pendiente a mí. - Le digo Torres, a lo que el asiente. Contesto. - ¿Cuántas veces te he dicho que no le cambies el nombre a tu número de celular? Si hubiera tenido que buscar tu número me tardaría una eternidad por todas las veces que lo has cambiado.
- Como si no te supieras el número de memoria. - Se defiende.
- Me vale. Deja de meter tus narices en mi celular.
- Resígnate eso nunca pasara. - Ruedo los ojos.
- Eres desesperante. - Miró a Torres que está pendiente a la carretera.
- Lo importante es que me amas así.
- Sí te amo, pero no abuces.
- ¿Para qué otra cosa serviría el amor?
- Para dar cariño y protección.
- Eres una aburrida.
- Últimamente contigo ser aburrida es una profesión. - Me rio.
- Como ahora. A que tu cita ya acabo.
- Tengo trabajo mañana. -Me defiendo.
- Vez eres una aburrida, anteponiendo el deber al placer.
- Primero la cita no ha acabado vamos a ver una película en mi departamento. Segundo uno de los dos debe encargarse de ser responsable.
- ¿Me estas llamando irresponsable?
- Sí. - Me rio. Veo a Torres sonreír.
- Me ofendes.
- Oféndete todo lo que quieras eso no quita la realidad.
- Dile a tu modelo que me disculpe por tener una hermana tan aburrida.
- No es mi modelo. - Le regaño.
- Como sea. Díselo ahora.
- No lo aré.
- Hazlo o no te vuelvo ayudar en nada ni cosmético ni de moda. - Mi ceño se frunce.
- Eso no es justo. Te odio.
- No me importa y no seas mentirosa que me amas.
- Te amo y te odio. Sabes muy bien que sin odio no hay amor.
- No cambies de tema y dile. Quiero escucharte.
- Vale. No fastidies más. - Miro a Torres estamos parados en una luz roja. Le toco el hombro y voltea a verme. - Torres mi hermanito fastidioso me manda a decirte que: "lo disculpes por tener una hermana tan aburrida". - Se ríe.
- ¿Feliz? - Le digo a Carlos en el celular. - Me has hecho quedar en ridículo y no crees que tu deber como hermano es hacer que llegue temprano, este a salvo y alejes a todos mis pretendientes. Eres al revés a los cristianos.
- ¿Hasta ahora te das cuenta?
- No siempre lo he sabido.
- Amy. - Torres llama mi atención.
- Espera hermanito. - Le digo a Carlos para ponerle atención a Torres. - Dime. - Le digo a Torres. Me mira a los ojos.
- Dile a tu hermano que no se preocupe por ti. Que a mí me gusta su aburrida hermana y yo me encargare de protegerla. - Sonrío.
- Vale le diré. - Me coloco el celular en la oreja.
- No es necesario, ya lo escuché. Dile que aún, no tiene mi aprobación. Para eso falta mucho.
- Ya escucho todo y me mando a decirte que aún no estas aprobado. Para eso falta mucho. - Le digo a Torres.
- Lo que me importa es que tú me apruebes, luego me encargare de que me apruebe tu familia. - Me dice Torres con una sonrisa, la cual correspondo.
La luz del semáforo cambia y Torres pone atención a la carretera.
- Lo oí y eso hace que pierda puntos. Díselo. - Dice Carlos en mi oído.
- Me dice que perdiste puntos con él, pero conmigo ganaste puntos. - Le digo a Torres y veo como su sonrisa se ensancha.
- En serio hermanita, me quitas poder en esta relación. Eso me hiere en lo más profundo.
- No empieces con tus dramas. ¿Saliste o no?
- Claro que salí. Tenía que festejar tu primer día.
- Tomas cualquier excusa para festejar. Me imagino que ahora estas feliz de que tuviera una cita o ya estaríamos devuelta al departamento. No te excedas y no llegues tan tarde.
- Lo siento, pero no estas para controlarme. -Ruedo los ojos.
- Me vale. No te excedas que no estoy ahí para ayudarte si te emborrachas y si llegas a ese extremo llama un taxi. Tengo que madrugar temprano como para lidiar con borrachos problemáticos como tú.
- Sí mamá.
- Será mamacita, pero no para tu antojo. - Los tres nos reímos por mi comentario.
- De acuerdo no me excederé. No interrumpo más tu cita. Mañana quiero detalles.
- Vale. Hasta mañana buenas noches. Que sueñes conmigo, ósea con los angelitos. - Me rio.
- Tu conmigo.
- Yo no quiero a un demonio como tú en mis sueños.
- Entonces con tu modelo. - Me pongo roja por su comentario.
- No molestes más adiós.
- Eso es porque quieres que sea así. - Empieza a decir en tono burlón, pero le cuelgo antes de que siga.
Me tapo el rostro con las manos y niego. Está loco.
- Tú hermano es interesante.
- Interesante es poco es todo un caos andante. - Nos reimos. Se estaciona frente a los apartamentos. - Yo haría lo que fuera por ese caos andante. - Digo firme.
Torres me mira, pero su cara muestra confusión. Como si no creyera en mis palabras. Me mira a los ojos.
- ¿Estás enamorada de él?
- No, pero lo amo como a un hermano. Sé que muchos lo piensan y más con lo que vamos hacer, pero el que no tengamos lazos de sangre no significa que no seamos familia. Nosotros decidimos ser hermanos, porqué en nuestro corazón lo sentimos así. Yo siempre cuidaré y él a mí. Hay ocasiones que las personas que llevan tu sangre que se supone que te ayuden en las buenas y las malas no está para ti o ni los conoces. Para mí la familia son las personas que amo y que me aman. No hay más que buscar. - Lo observo pareciera que no estuviera en este mundo esta perdido en sus pensamientos. De momento su ceño se frunce. Interrumpo sus pensamientos. - ¿Cómo es la relación con tu hermano?
- En realidad no nos hablamos. Nunca fuimos muy unidos, siempre fue más sociable que yo. - Se encoje de hombros.
- Vez a lo que me refiero. Tienen lazos de sangre, pero ni conviven. Te apuesto lo que quieras que tienes algún amigo que es casi un hermano.