Escucho la alarma sonar. Me remuevo en mi sitio. Voy a apagar la alarma, pero sobre mi celular hay un papel. Abro los ojos al instante, veo una nota doblada que dice para la gatita dormilona. Sonrió al instante, pero la alarma me está molestando. La apago antes de arrojar el celular por la ventana.
Desdoblo la hoja y comienzo a leerla: Buenos días gatita. Disfrute mucho de nuestra cita, lamento que para ti haya sido tan aburrido. - Mi ceño se frunce. No fue para nada aburrido. - Supongo que no tendré esperanza de tener una segunda cita. Eso no significa que me rinda. - Sonrío por su persistencia. - Sabes que te ves muy tierna cuando duermes. Lo único que no me gusto de nuestra cita fue nuestra despedida, solo te pude dar un pequeño beso para no despertarte como a la bella durmiente. Tu modelo. - Sonrío.
Tomo mi celular lo busco en WhatsApp. En su foto de perfil se ve muy profesional y serio, entro a la conversación y le escribo.
- Buenos días modelo menos insoportable. Me gustaría discutir algunos puntos de tu carta. ¿Nos podemos ver a las 7:30a.m. en el área de fotografía?
Me levanto para prepararme para salir. Suena el celular indicando que tengo un nuevo mensaje. Entro a Whatsapp y es Torres.
- Buenos días gatita dormilona. ¿Cómo qué modelo menos insoportable? No sabía que te parecía insoportable. Es bueno saber que ya no lo sea tanto. Por supuesto que nos veremos, espero que estés de modo gatita y no leona. - Este tonto me hace reír.
- Nos vemos entonces. - Envió. Me contesta al instante.
- ¿Es todo lo que me vas a decir?
- Sí, prefiero hablar en persona. - Contesto.
- ¿Es tan malo? ¿Me tengo que preparar para la leona?
- Lo sabrás cuando llegue. Ahora si me disculpas estoy ocupada.
- ¿Me estas evadiendo?
- No, pero tengo una vida y cosas que hacer. Lo que quiero hablar contigo prefiero que sea en persona. Si quieres que llegue a tiempo me dejaras hacer lo que tengo que hacer.
- Esta bien gatita no saques las garras. Te veo pronto.
Termino de preparar lo que me voy a llevar, me arreglo y salgo. Llego al trabajo demasiado temprano son las 7:15a.m. voy a al casillero y guardo mis cosas. Voy a el área de fotografía y Torres está sentado sobre mi escritorio.
- Buenos días gatita o leona. - Su rostro muestra preocupación.
Pongo las manos en la cintura y alzo una ceja.
- Si no me provocas me quedo como gatita. -Le dije muy seria. Me acerco a él y le sonrió. - Buenos días modelo insoportable.
- ¿Tan mal te pareció la cita? - Me dice con un puchero.
Me rio por su expresión. Se ve tan tierno. Me acerco a él va a levantarse, pero pongo mis manos en sus hombros para impedirlo. Me mira con sorpresa en definitiva no esperaba que hiciera eso. Estoy entre sus piernas. Lo miro a los ojos, mientras subo mis manos por su cuello. Miro sus labios, trago saliva me siento nerviosa, mi respiración esta acelerada. No lo pienso más y le doy un beso lento, me toma de la cintura para acercarme más a su cuerpo, siento su pecho pegarse al mío. Nuestros labios se mueven al compás, le pido permiso para entrar a su boca y él accede. Exploro su boca, me siento poderosa. Es la primera vez que tomo la iniciativa, ya que el que le di ayer fue más por la emosión y adrenalina. Nos quedamos sin aire y nos separamos un poco, pero sin soltarnos. Abro mis ojos y pongo mis brazos de nuevo en sus hombros. Nos miramos a los ojos y sonreímos.
- ¿En serio creíste que fue una cita aburrida? - Digo en apenas un susurro, mientras niego con la cabeza. - Fue la mejor cita que he tenido en toda mi vida. - Su rostro revela sorpresa.
- ¿En serio? Creí que te había aburrido y por eso te quedaste dormida. - Niego.
- Para nada eso fue sorprendente, pero fue tu culpa. - Su ceño se frunce.
- ¿Mi culpa? - Me pregunta confundido y alza una ceja. Yo sonrío.
- Sí. Me acariciaste el cabello y eso es como un somnífero para mí. Si te soy sincera cuando estaba en tus brazos me sentía... - Me da vergüenza terminar, siento mis mejillas arder, debo estar roja.
- Te vez muy tierna cuando te pones colorada. - Me acaricia la mejilla. - ¿Qué sentías en mis brazos? -Me encojo de hombros.
- Paz. - Dije con simpleza. Me sonríe coqueto.
- ¿Eso significa que me dejaras invitarte a una segunda cita? -Niego.
- No. - Su rosto se entristece. - Yo te invitare a una cita. - Su rostro refleja asombro.
- ¿Cómo es eso?
- Esta vez yo te buscare. Te llevare a un lugar y no te diré a dónde vamos, así que no preguntes. -Sonríe.
- ¿Me quieres volver a secuestrar?
- Se podría decir. ¿Te puedo buscar esta tarde a las 6:00p.m.? ¿Aceptas? - Me sonríe.
- Me parece perfecto. Te mandare mi dirección por mensaje. - Alza una ceja. - ¿Cómo tengo que vestir?
- Ropa cómoda. Casual o deportiva.
- ¿Qué planeas? Hacerme caer en otra apuesta ventajosa.
- Esa fue tu idea que no se te olvide. Tu aceptaste la apuesta ahora no te quejes.
- No es queja es que no me gusta tener deudas.
- En eso estamos de acuerdo yo también odio tener deudas, pero si tanto te molesta. ¿Por qué aceptaste? - Mira a otro lado. - Estabas seguro de que ganarías no es así. - Sonrío orgullosa. - Lo siento, pero ahora debes asumir las consecuencias y ser paciente. No pienso usar el favor que me debes a menos que sea una emergencia. Tampoco pienso pedirte nada malo si es lo que piensas.
- Ósea que es posible que nunca me pidas un favor.
- Amén. - la única emergencia que me podría surgir es la falta de un modelo para algún trabajo o para mi portafolios personal si es necesario. Sonríe
- ¿Almorzamos juntos?
- De hecho, traje almuerzo. Hoy tengo que trabajar con varios modelos y eso puede tomar más tiempo.
- ¡Ooo! - Su cara se entristece. - Esperaba verte antes de nuestra cita. - Me acaricia mi espalda. Me encojo de hombros.
- Me tengo que ir a ponchar. - Mira su reloj de muñeca.