Cuando el avión aterrizo veo como la emoción de Henry aumenta a un nivel que jamás había visto. Su emoción es tanta que ya no puede hablar. Está muy ansioso no se puede estar quieto en un solo sitio. Carlos y yo nos miramos un momento y se nos sale una pequeña risa por la situación. Enciendo mi cámara para estar lista para el rencuentro. Estaba tan ansioso que no se dio cuenta cuando Ángela y los niños aparecen.
- Cuñadito. - Me mira esperando a que siga, yo le miro a través del lente. - Deja de dar vueltas y ve a recibir a tu familia. - Su cara se descompone. En una mezcla de asombro y alegría. Se voltea y corre así ellos.
Yo parezco paparazi disparándoles fotos. Es muy emotivo los gemelos son los primeros en alcanzar a su padre. Él toma a cada uno en sus brazos y luego se acerca a mi amiga que tiene a la bebé en brazos y la besa. Los niños en sus brazos hacen una expresión de asco. Mientras tanto, yo estoy disparando a todo lo queda, pero siento un poco de envidia. Me imagine por un instante que yo era la niña que llegaba con mi madre para reencontrarme con mi padre. Sacudo mis pensamientos, pues este es un momento feliz y no triste.
Después de su memorable encuentro Carlos y yo nos acercamos.
- ¿Acaso no hay amor para su tía?
- Titi - Dice Gabriela.
- Madlina - Dice Gabriel, aún se le dificulta pronunciar la r.
El padre los suelta y corren hacia mí. Me inclino y los recibo en mis brazos.
- ¿Cómo están mis Gabs? - Es más fácil decirles Gabs cuando les hablo a los dos.
Le doy un beso a cada uno.
- Bien. - Dicen al unisonó.
- Mamá dice que nos tienes una solplesa. - Dice Gabriel.
- Es verdad y los está esperando en mi departamento. Hoy los voy a secuestrar a los tres.
- ¡Sííí! - Gritan.
Cuando alzo la mirada Henry esta sosteniendo a Hannah y Ángela se acerca a mí. Me levanto y le doy un gran abrazo. Le susurro al oído.
- Te extrañe mucho hermana. - Escucho a los niños saludando a Carlos.
- Igual yo a ti. Gracias por lo de esta noche y mañana. - Nos separamos y la miro.
- No hay de qué. Los amó, aunque se me va a hacer difícil mañana. Ya sabes que si me votan me mudo a tu casa y me vas a pagas de nana.
- Hay por favor. Te vas a casar con Carlos vas a ser parte de la familia hasta crees que te van a botar.
- Todavía no conozco a su familia. No cantes victoria. - Henry se acerca con Hannah. - Hola hermosa vente con titi. - Ella se reúsa a separarse de su padre. Algo me dice que iré con una sirena en el carro. - Bueno vamos para el coche es tarde y los niños se tienen que levantar temprano.
- ¿Por qué titi? - Se queja Gabriela.
Genial parece que no les dijeron nada. Me inclino para estar a la estatura de la niña.
- Lo que pasa es que ustedes vendrán conmigo al trabajo y van a ser como su papá.
- ¿Vamos a sel famosos? - Me pregunta Gabriel.
- Ustedes van a modelar como todos unos artistas. Con diferente ropa y yo les tirare fotos. No se preocupen yo estaré con ustedes todo el tiempo. Será muy divertido.
- ¡Sí! - Dicen emocionados. Veremos cuanto les dura la emoción entre el cambia y cambia de ropa. Me levanto y Ángela me toma del brazo para alejarme de los niños un momento.
- ¿Cómo te va con Carlos? - Me pregunta. Yo sonrío lo mejor que puedo.
- Muy bien. Mejor vámonos para que tú y tu esposo me vuelvan a ser tía. Mientras tanto, yo pueda gozar de mis actuales sobrinos. - Cambie el tema rápido.
Ella se pone roja, se que es por la mención de tener otro hijo y no por el proceso.
- Bórrate esa idea de volver a ser tía. Me pienso operar, ya con tres es más que suficiente. - Me dice seria. - ¿Por qué no trajiste el perrito?
- Carlos es alérgico. El perrito tiene su propio cuarto para que no le afecte en nada a Carlos. - Asiente. Me volteo. - Bueno chicos vamos nos tenemos que ir. Todos síganme.
Llegamos a mi coche y por suerte, Henry monta a Hannah, así que se queda tranquila. Ángela me da el bolso, con las cosas de Hannah.
- Aliméntala solo de pudin de pera, porque tiene que estar con uno solo por dos días por si tiene alguna reacción alergica saber lo que es. No te preocupes ya lleva un día comiéndolo y no le ha pasado nada. - Me dice mi amiga.
Los gemelos se despiden de sus padres y se montan en sus asientos, están ansiosos por ver la sorpresa.
-Bueno que disfruten su noche. - Les digo a los tortolos descaradamente moviendo mis caderas de lado a lado. Henry ala a su esposa por la cadera pegándola a su cuerpo.
- Eso te lo aseguro. - Nos dice a Carlos y a mí. Para luego besarla apasionadamente. Estuve a punto de decir que no coman frente a los pobres, pero recordé que ante sus ojos Carlos y yo somos pareja, así que solo sonrió.
- Adiós tortolos. - Me subo en el asiento de conductor, enciendo el auto y emprendemos la marcha.
- Titi. - Me llama Gabriela.
- ¿Sí querida? - Le pregunto.
- ¿Por qué conduces tú y no el tío Carlos? Cuando estamos todos juntos papá siempre conduce.
- Eso es porque a tu mamá odia conducir, pero yo me siento más tranquila cuando yo conduzco. Cuando estoy en el área de pasajero me pongo nerviosa, además no quieres ver al tío Carlos conducir. Conduce como loco. - Todos nos reímos, menos Carlos.
- ¡Ei! Soy un gran conductor. - Se queja Carlos.
- Si claro por eso has chocado 5 veces. Suerte que conduces camionetas o ya estarías muerto. - Le regaño. Tiene suerte que su padre le paga los carros, se le va a hacer difícil acostumbrarse si sus padres lo desheredan al final de estos dos años, pero yo me encargare de enseñarle como administrar su dinero y sobrevivir con lo que tiene.
Pongo el cd de Hércules para que los niños disfruten el camino. Los niños cantan todo el camino. Al llegar apenas nos permiten esperar el elevador, tan pronto abro la puerta los niños entran y comienzan a buscar su sorpresa. Al no verlo me preguntan al unisonó.