Mi Querida Bestia [#1]

Capítulo 38

1 mes después...

Ya ha pasado un mes de que Brad y yo somos novios, si claro que aún seguimos siendo novios, él ha estado recuperándose muy bien ya incluso salió del hospital y su rostro está casi igual como antes, solo con pequeños moretones pero gracias a los cielos está muchísimo mejor. La verdad no le he contado que me mudare ni tampoco quiero hacerlo, no sé cómo decírselo, no sé cómo explicarle que me iré. ¿Cómo le digo que me tendré que ir, que tendré que dejarlo? No, me niego a ver cómo sus ojos se llenan de oscuridad al escuchar que me iré.

─Emily ¿Cuál sería tu mayor meta en la vida? ─la pregunta de Brad hace que mueva mi cabeza para dejar de pensar en lo que estoy pensando.

Después que salí de clases vine a visitar a Brad a su departamento para asegurarme de que está bien y terminamos acostados en su cama hablando sobre tonterías.

Quito mi cabeza del pecho de Brad para poderlo mirar a los ojos ─pues...no lo sé ─respondo pensando en ¿Cuál serías mi mayor meta? Simplemente creo que para responder esa pregunta debo estar muy segura de lo qu8e verdaderamente quiero en la vida, y de eso aún no estoy segura. Coloco mi mano en el rostro de Brad para acariciarlo ─ ¿Cuál sería la tuya? ─le pregunto. 

Él suspira y quita su mirada de la mía ─sabes, me gustaría que el proyecto en el que he trabajado por tantos año por fin lo logre ver surgir, que cada segundo que puse en este proyecto valga la pena que pueda crear una empresa que sea autentica y única ─su mirada está puesta en un punto fijo, puede ver que desea con todo su ser cumplir esto. Él me ha contado todo lo relacionado con este proyecto y la verdad es espectacular todo lo que ha logrado. ─Y quiero que tú este junto a mi ─su mirada se vuelve a posar en mí y puedo sentir como mi pecho comienza a doler.

«Y quiero que tú este junto a mí», puedo escuchar una y otra vez esta frase en mi cabeza.

Lentamente acomodo mi cabeza en el pecho de Brad ─me iré, Brad ─trago saliva ─me mudaré ─no me doy cuenta de lo que acabo de decir, siento que solo es algo que sale de mi con dolor.

Brad se mueve al escuchar lo que he dicho ─ ¿De que estas hablando, Emily? ─me pregunta y en su mirada puedo ver esa oscuridad que no quería ver.

Me siento en la cama de Brad por completo sin poder mirarlo a los ojos ─a mi madre le han ofrecido un mejor trabajo en Australia ─hago una pausa ─después que termine este año escolar me iré ─mi voz se quiebra un poco, pero logro mirarlo a los ojos.

Él se queda unos segundos en silencio.

─Yo le daré trabajo a tu madre, en mi empresa puede recibir mucho más dinero que en cual...

─Ella no va a aceptar ─lo interrumpo mientras niego con mi cabeza ─la conozco y sé que nunca aceptaría que tú le dieras trabajo ─le aseguro. Mi madre es una persona muy orgullosa y así Brad le pague diez mil millones de dólares sé que no aceptará.

Brad no deja de mirarme, su mirada cada vez es más pesada ─entonces te quedaras conmigo ─el tono de su voz es tan autoritario que siento como comienzo a enfurecer.

Me pongo de pie de la cama ─ellos son mis padres, Brad no los puedo dejar solos ─exclamo mientras agito mis manos. ─Soy lo único que tienen ─bajo mi voz, cruzando mis brazos sobre mi pecho me doy la vuelta para dejar de mirar a Brad.

Hay un breve silencio ─ ¿Quieres tener una relación a distancia? ─inquiere él después de unos segundos. Me giro en mis talones para poder encararlo.

─No creo en esas relaciones ─confieso ─crees que aceptaría que viajaras por aproximadamente  cinco horas solo para vernos por ¿Cuánto? Una semana cuando mucho y luego volver a verte después de tres meses ─respondo a mi propia pregunta, pasando una mano por mi rostro ─no, Brad no quiero tener una relación a distancia.

Brad se ríe, pero es una risa llena de frustración ─entonces me mudare a Australia.

También me rio con la misma frustración ─me acabas de hablar sobre la meta que quieres conseguir en tu vida y te aseguro que no la vas a poder cumplir si te mudas a Australia ─me acerco a él ─si tú te mudas a Australia nuestra relación se acaba en este mismo momento ─agrego con todo el dolor de mi alma, pero debo ser fuerte, quiero que Brad cumpla cada una de sus metas y nunca, pero nunca sería un obstáculo para que él no las logre. ─Quiero que pienses un momento de forma sensata y entiendas que la única opción que veo factible es ─me quedo en silencio ─que estemos juntos los meses que quedan y luego...bueno luego...

─Luego te iras ─completa él viendo que estoy tartamudeando. Asiento con mi cabeza, Brad pasa sus dos manos por su rostro para dejarlas por unos segundos encima de su nariz ─. Necesito estar solo para poder procesar todo esto.

─Está bien, me iré ─pongo en marchas mis pasos a la puerta, pero Brad toma mi antebrazo.

─Tu puedes quedarte, yo soy el que me voy ─él suelta mi agarre y termina de salir de la habitación, tirando la puerta de un portazo.

Me quedo mirando la puerta como una boba, no sé porque pero en este momento tengo unas espantosas ganas de llorar.

No deja de ser una Bestia.

Me siento en la cama y tomo todo el aire que puedo para evitar llorar, ahora más que nunca debo ser fuerte.

Transcurre alrededor de una hora y Brad nada que llega así que solo me voy del departamento de Brad sin poder dejar de pensar en él.

Solo espero que este bien, pienso al salir de su departamento.

En unos poco minutos llego a mi casa, gracias a los cielos no había fila en el bus así que fue fácil subirme, eso se llama tener suerte. Al llegar a mi casa mi padre esta sentado en él mueble, creo que está viendo un partido de futbol ya que ni se da cuenta que he llegado, además de que le grita al televisor como loco.

Si, está viendo futbol.

Subo a mi habitación y me sorprendo al ver a Andrea sentada en mi cama.



#1722 en Novela romántica
#639 en Chick lit

En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 17.07.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.