Mi querido alfa

Capítulo 16

Mi luna:🌜 

nada de Ana,😭 no soporto estar un día más, lejos de ti. 

Yo: 

Ana, amor. 

Yo:

 te amo.

 Yo: 😚 

Yo: 

perdóname soy un idiota, eres la loba más importante de mi vida. 

Hago seis llamadas a su celular y aún no me contesta. 

* Está disgustada, puedo sentir su tristeza.* dice mi alfa.

 *Por fin apareces.* 

*Eres un imbécil.*no le respondo a su ofensa. 

*No puedo más, he evitado salir corriendo a sus brazos.*

 *Lo sé, tú aún ocultas el nombre de la manada de mi luna.* gruñe Maximus. 

Cuando Ana regreso a su manada, Maximus dejo de hablarme. Alex es un chico bien portado, me he ayudado a distraerme con sus locuras. 

Cada día le tomo más cariño, no sé que puedo hacer más por él, no hemos hallado a sus padres, sé que los extraña, yo he sentido ese mismo sentimiento desde que mi luna no está. Mi carácter es de los demonios, cada día es peor extraño tanto su piel, el sabor de sus labios. 

Maldición.- sale de mis labios no puedo pensar en ella pues mi cuerpo reacciona. Mi padre hace acto de presencia seguido de mi madre.

 —Enzo, podemos pasar.- habla mi padre asomándose por la puerta. 

.-dejo los papeles a un lado y dirijo mi mirada a mis padres, cada uno tomo una silla. 

—¿Cuándo es la ceremonia?- habla mi padre. 

—Será este fin de semana.- les menciono. 

—¡En luna nueva!- menciona mi madre con curiosidad.

 —Si, ella me comento que es una tradición. Cada vez que un alfa supremo toma el cargo, lo hace en luna nueva...- no termino, pues mi padre completa la oración.

 —La luna nueva representa el inicio de una nueva era.-asiento con mi cabeza

— Iré a ver al pequeño Alex.- habla mi madre con una sonrisa y nos da a cada uno un beso y sale del despacho.

 —Hijo, como están tus partes animales.- pregunta mis padres. —Pues...- pienso.

Mazlo, es un grano en el trasero y Maximus no me habla, aún está enojado.-me quejo. 

Es algo normal, el lazo que los une es fuerte.- comenta mi padre. 

No, no sé ¿cuánto tiempo estaremos tranquilos? 

Enzo, cree que ella pronto estará contigo.- se para y camina a la salida.- te veo más tarde.      

                                  [...]  

Horas más tarde estoy en mis aposentos mirando unos documentos en la computadora de la Empresa A.R.M.

Es la que ayuda a sostener economía a la manada y de la cual seré CEO muy pronto. 

Termino y miro el celular. No hay ni llamadas ni mensaje de mi luna. 

*Ella, está enojada* gruñe Maximus. 

* Déjalo Maximus él no entiende nuestro sufrimiento.* agrega Mazlo.

 En mi mente empieza una disputa de quien ama más a mi luna. El dolor de cabeza se hace más duro mientras ellos gruñen. 

*Basta los dos, no más, son un par de idiotas.* cierro el enlace antes de que respondan. 

Me dirijo al baño y lleno la tina, luego de un baño relajante salgo y se secó mi cuerpo, me dirijo a la cama, me tiro en ella y no tardo en quedarme dormido. 

                                         [...]

Despierto temprano y me dirijo a la frontera con Izan, al llegar dejo que mi alfa tome el control e Izan se convierte en un lobo gris un poco más pequeño que el mío. Salgo corriendo recorriendo mi territorio lo he hecho (con mi padre) desde que tengo memoria. 

Voy concentrado, tanto que no he hablado con mi compañero, nos detenemos junto a un grupo de centinelas y volvemos a nuestra forma humana y ellos nos dan pantalones. 

Estás pensado en nuestra luna.- Izan utiliza un tono burlón lo cual mi alfa lo toma como falta de respecto. Maximus 

(alfa milenario de Enzo)

 — no tienes ganas de seguir respirando.- apretó un poco más su cuello, nadie puede burlarse de mí y salir ileso en momentos, estoy fuera de control. 

*Maximus deja a Izan* le gruñe a Enzo, mis garras empiezan a salir, mi instinto asesino esta flor de piel.

 *No.*s la única respuesta que le doy a mi humano, ya no puedo más, La bruja Marta y mi padre aparece en la frontera. 

—¡Maximus!- el alfa de mi padre me gruñe yo solo giro y muestro mis colmillos, mi padre ni se inmuta. 

Siento mi cuerpo débil, sin fuerza y suelto a Izan y caigo de rodillas. Algunos centinelas me toman de los brazos y me ayudan a caminar. 

por favor lleven a la habitación que ahí en el castillo.-mi padre se dirige a Teo y a Lucas dos de los centinelas, llegamos al castillo y mi madre pregunta.

 —Erick que pasó diosa luna que le hicieron...- interroga mi madre y yo únicamente suelto unos pequeños gruñidos. 

Está fuera de control.- responde mi padre. 

Porque está así.- solloza mi madre. 

*Deja que tome el control.*exigir Enzo y no pienso hacerlo.

 —Yo, utilice un poco de magia para debilitarlo, pero no tengo mucho tiempo, pues él es demasiado fuerte.- me dirigen a unas escaleras que dan lo más profundo del Castillo (una especie de sótano) me llevan a un cuarto con rejas de plata. Me acuesto en la cama, salen y cierran la reja. 

Siento que mis fuerzas vuelven de un nada más salto, salgo de la cama y me acerco a la reja, no la tocó, pues la plata quema nuestra piel.

 —No pueden encerrarme.- grito a mi padre y él me da la espalda y comienza a caminar en la mitad se para.

 —Cuando esté tranquilo y les sedas el control Enzo.- sonrío forma macabra.

 —Soy el alfa real milenario.- tomo los barrotes en mis manos y los aprieto, aunque me quemen la piel. 




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