El primer amor es una pequeña locura y una gran curiosidad.
(George Shaw)
Logro dormir a las dos de la madrugada. Estuve pensando hasta la medianoche y después se me ocurrió ver una película para olvidar un poco lo sucedido.
Me levanto a las 9:00 am y me pongo mis shorts cortos para realizar las tareas de la casa, hoy toca lo peor, limpiar el baño. Podemos contratar a alguien para eso, pero nuestros padres dicen que con eso nos “inculcan la responsabilidad que tenemos con la limpieza”.
Enciendo la radio y pongo a todo volumen KevinKarla&LaBanda. Recuerdo que debo hablar con Sarah, no sé si regañarla o darle las gracias por lo que hizo por Taylor. Mis padres se pasarán todo el día en la iglesia, haciendo misiones y ayudando a necesitados. Los admiro por eso.
No lo merezco, sé que no lo merezco, hoy quédate conmigo, tan solo eso pido.
Llevo todo el día imaginando qué podría suceder esta tarde, me pongo nerviosa de tan solo pensarlo. Esos efectos no son normales en mí.
—Alison te toca el baño y botar la basura, a Samuel le toca lavar los platos y a mí, la única responsable, organizar la sala, ¿hecho?—dice casi gritando mi hermana Kath. Le llevo cuatro años, y somos del mismo tamaño. Lo sé, debe darme vergüenza.
Pero yo, pero yo, pero yo sé que él te dio todo lo que yo no pude darte, pero yo no tengo nada si no estás aquí, para besarte.
Tocan la puerta y escucho la voz de Sarah al otro lado gritando que le abra.
— ¡Alison abre! Necesito informarte de algo—me grita tocando repetidamente el timbre.
— ¡Ya voy! —le respondo caminando lentamente hacia la puerta, ya quiero escuchar lo que tiene que decirme.
Le abro y se queda mirándome con sus ojos agrandados, esos que parecen cachorrito abandonado.
—No me mates amiga, aún te quiero y te llevo en mi corazón y parte de mis riñones —. Está casi haciéndose como que llorará, pero no cae ni una lágrima.
No aguanto y exploto a carcajadas en su misma cara.
—Ya entra y cuéntamelo todo—. Le indico que pase. Quiero escuchar cada de una de sus palabras. Aún no dejo de reírme.
—Verás Ali… hice algo muy… como decirlo… algo muy bueno…—me agranda más los ojos.
—Sí, le diste mi número telefónico a Taylor.
— ¿Cómo? ¿Ya te llamó?
—Sí, ya lo hizo, incluso viene hoy a mi casa— trato de simular que esa noticia no me importa del todo, ¡ay Sarah si supieras!
— ¡Qué!!!! Y no me dices nada!!! Eres una P…
—Soy una chica normal a la que un chico va a visitar…—le interrumpo, mis hermanos aún siguen en casa y si escuchan la palabra “perra” saliendo de su boca, mis padres me prohibirán hablarle. Si así es mi vida.
— ¿Enserio te llamó? Es que no te lo creo—. ¿Por qué le causa tanto furor la noticia? Yo debería estar así, digo, lo estoy, pero no lo demuestro.
— ¿Necesitas pruebas? Las tengo…—digo con una media sonrisa. Cada vez que pienso en ello no puedo evitar sentirme exageradamente feliz.
—Me imagino lo molesta que debes estar—puedo sentir su sarcasmo— Siquiera sabía que se conocían. Ahora nunca me cuentas nada. Pero el lunes te veo en la escuela, debo salir con la abuela, así que por ahora estás a salvo—me mira con ojos achinados y me apunta con su índice.
—Lo que usted diga jefa. Cuídate.
—La que se debe cuidar es otra, no soy yo quien se la pasa hablando con chicos desconocidos en la noche.
—Jajajajajaja adiós loca.
Sarah camina hacia la puerta para marcharse, no sin antes hacerme una señal de amenaza. Continúo limpiando y me dan las 12:30pm. No soy de las chicas que se preocupan por la ropa o accesorios cuando se verán con alguien. Pero por alguna extraña razón ese detalle se vuelve un problema.
Subo a mi cuarto y me paro frente al closet. Me pasa por la mente uno de los pensamientos que jamás le he dado importancia. “No tengo qué ponerme”. Saco un vestido cómodo y me lo pongo, no me gusta.
Saco unos shorts cortos negros y una camiseta azul, muy sexy. Saco un vestido playero tipo strapless, incómodo. Finalmente opto por la primera opción.
Preparo a mis hermanos para llevarlos al curso de música. No lo recordaba al momento de hablar con Taylor. Sí, estaré sola en casa. Con un chico. Con Taylor. Esto ya es demasiado.
Ya son las 1:15pm y estoy poniendo en apuros a mis hermanos. Ya la emoción no cabe dentro de mí y comienzo a expulsarla, por lo que mis hermanos notan mi subida de tono.
—Alison estas muy rara hoy. ¿Qué te pasa? —me sorprende mi hermana.
“Pasa que un chico guapísimo vendrá a visitarme y ninguno de ustedes estará en casa”, pienso. En vez le digo— Solo es el calor, vamos apúrate.
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Editado: 02.01.2019