Capítulo 2: Un mundo misterioso

« ¡Ese puto andrógino me la jugó! ¡Este no es mi mundo! »

Luego de observar decenas de cosas extrañas en un breve periodo de tiempo y de asumir esta nueva realidad, Kael corrió hasta su casa a toda velocidad. Esto no le fue nada fácil, ya que era un niño de 2 años y la nieve en la calle volvía resbaladiza la superficie. Pero a pesar de que se tropezó varias veces, siguió corriendo con determinación hasta llegar a la seguridad de su hogar.

« ¡Estoy jodido! ¡Jodidamente jodido! ¡Todos mis planes se han ido al traste! Por empezar no sé nada sobre este mundo y quizás todo mi conocimiento previo de la tierra no sirva de nada aquí… »

« En mis vidas anteriores he podido progresar rápidamente gracias a mis conocimientos como historiador y traductor de múltiples idiomas ¡De hecho sé hablar y escribir perfectamente más de 30 idiomas distintos! ¿Pero de que me sirve esto ahora? Posiblemente ninguno de esos idiomas sean usados en este mundo »

« Además no conozco las costumbres de este lugar, y tal vez las profesiones de mi mundo ni siquiera existan aquí ¡Puto andrógino realmente me jodió esta vez! » Kael conoció el miedo por primera vez desde su última reencarnación. El temor ante lo desconocido le invadió, provocándole un estado de shock que no le sería fácil superar.

***

Un año después…

Luego de su traumática experiencia, Kael se había encerrado en su cuarto la mayor parte del tiempo y se había mostrado retraído desde entonces.

Su madre, llamada Alanna, se encontraba cocinando una sopa de pescado mientras tarareaba una bella melodía.

Ella había notado el cambio drástico en el comportamiento de su niño desde hace tiempo, pero lo dejó pasar asumiendo que se trataba de algo normal debido a que estaba creciendo. Después de todo era su primer hijo y no tenía mucha experiencia en el tema de ser madre.

“Hijo, te compré un regalo” mencionó ella al acabar la cena, mientras sacaba un colorido libro.

“La mayoría de los niños no aprenden a leer hasta pasados los 6 años de edad. Pero yo sé que eres muy inteligente para tu edad, por lo cual te traje este libro con el cual podrás empezar a practicar desde ahora. Y por supuesto que yo te ayudaré en todo lo que pueda” explicó Alanna con orgullo.

Desde hace mucho tiempo que ella había notado que su hijo no era como el resto. Su primer hijo había nacido con una mente rápida y brillante, que lo haría destacar enormemente en un futuro si recibía una estimulación temprana considerable.

Los ojos de Káel brillaron al recoger el libro.

Él recientemente había llegado a una conclusión que marcaría toda su vida. Incluso si este era otro mundo, sus oportunidades no serían inferiores a las de otro niño normal. Por lo cual, intentaría aprender todo lo posible para poder progresar y así lograr su objetivo de tener una vida sana y longeva. Y este libro era su primer paso para lograrlo.

“¡Gracias mamá!”

***

Alanna anteriormente había estado gratamente sorprendida cuando descubrió que podía tener conversaciones largas con su pequeño niño. Pero ahora esa sorpresa se convirtió en estupor y admiración.

Había pasado tan solo poco más de un año desde que le regaló su primer libro a Káel, pero en la actualidad su pequeño hijo ya había terminado de leer más de 50 libros en total. Incluso algunos contenían terminología avanzada que hasta a ella le costaba comprender. Pero su hijo de 4 años era un lector voraz y mientras otros niños preferían salir a jugar afuera, Kael se quedaba en casa leyendo y aprendiendo.

Anteriormente, él solía preguntarle cuando no entendía alguna palabra difícil, pero desde algunos hace meses que lo único que le consultaba era cuanto faltaba para que pudiera entrar en la biblioteca de la aldea.

Su hijo era extremadamente inteligente para su corta edad y ya todos en la aldea lo sabían, principalmente porque ella jamás desperdició la oportunidad de presumírselo a los demás. Káel era su mayor orgullo. Él era su todo.

Pero la lectura en casa ya estaba llegando a su límite y era necesario que su hijo afronte nuevas experiencias educacionales. Por esta razón, Alanna lo inscribió en el instituto inferior a pesar de que tan solo tenía 4 años de edad.

Normalmente los niños entrarían al instituto inferior recién a partir de los 6 o 7 años, pero Alanna había conseguido un permiso especial para permitirle a su hijo ingresar antes.

***

Kael estaba emocionado cuando llegó su primer día de instituto.

« ¡Al fin! Podré aprender más cosas sobre este extraño mundo »

Pero luego de acabar el primer día de clases, la decepción lo invadió.

« ¡Todo esto es demasiado elemental y básico! ¿Acaso los niños de este mundo son retrasados? ¡Algunos ni siquiera podían hablar correctamente! »

Pero, luego de analizarlo más a fondo, entendió que esto era algo normal.

Estaba en una simple aldea, una de las dos que había en esta isla perdida en el mar. Ya era bastante raro que existiese una institución que se dedique a formar a los niños en este lugar.

« ¡No puedo desperdiciar mis próximos 5 años en este estúpido instituto para idiotas! ¡Necesito salir de esta isla y expandir mis horizontes! » pensó con determinación.

Los siguientes meses, mientras sus compañeros se dedicaban a hacer nuevos amigos y socializar, Káel usó el tiempo sobrante para dirigirse a la biblioteca de la aldea. Como estudiante del instituto inferior ya poseía los requisitos básicos para poder hacerlo. Por supuesto que esto no significaba que pudiera esquivar las miradas inquisitivas de todos. Los pocos que pasaban tiempo en este lugar eran estudiantes que superaban los 10 años de edad, o personas mayores que se dirigían allí para buscar información sobre algún tema puntual. Pero un niño de 4 años leyendo solo en la biblioteca era algo extremadamente raro y llamaba la atención de todos.