Daniel Gabao
Estoy acostado mirando al techo, pero que aburrida se ha vuelto mi vida.
Amaia y Alan están muy felices de la vida disfrutando del tiempo que no están aquí, por lo que me han contado los dos se han reencontrado con algunos viejos amigos y incluso uno que otro familiar, bien por ellos.
¿Por que es que no me voy con ellos y me divierto un poco?
— Toma— dice y me lanza algo en la cara, cuando se da cuenta que si dolió me intenta sobar— Perdón— se disculpa riendo.
Ya me acorde porque no me voy.
— ¿Qué me lanzaste?— pregunto y se aleja de mi.
— Es tu collar, lo dejaste ayer en mi casa.
— La próxima vez que entres a mi casa sin permiso te demandare— bromeo.
— Aja si.
— Es en serio.
— Okey— me mira y sonríe— Pero si tu entras a mi casa haré lo mismo.
Y tal vez he entrado de una forma poco común a su casa y sin permiso.
— No podrás evitar que lo haga— respondo.
— Claro que puedo— me gusta este juego de retarnos el uno al otro.
— ¿Solo viniste a dejarme eso?— de cierta forma me gusta que admita que le gusta pasar tiempo conmigo.
— Sabes que no—sonrió sin darme cuenta— ¿Qué haremos en este horrible y patético día?
— Hoy estas mas negativa de lo normal.
— ¿Verdad que si?— sonríe.
— No se que haremos hoy, ¿Qué quieres hacer?
— Ya hemos hablado de que no me puedes hacer preguntas porque soy muy indecisa y no haremos nada.
— Si, lo olvide— no lo hice, solo que quiero que sea mas segura de si misma— ¿Quieres ver una película?
— Aja.
Siento que muchas veces solo me da el avión y esta conmigo solo porque no quiere estar sola, pero para ser sincero estoy completamente bien con eso, no me importa, con el hecho de pasar tiempo juntos estoy bien.
Cuando vemos películas realmente no le prestamos atención, nos ponemos ha hablar de otras cosas o hacemos algo completamente diferente, creo que eso es lo que me gusta de estar con ella, hay veces en las que le gusta controlar todo para poder estar tranquila, pero hay veces en que es tan espontanea que te puede sorprender.
— Me gusta tu cabello— dice mientras intenta acomodarlo— No se te ocurra cortarlo.
— Me varia bien.
— Posiblemente, te ves bien con todo— sonrió.
— ¿Con todo?
— Si, bueno con lo que yo te he visto si, posiblemente si te lo cortas te verías como los chicos malos de películas.
— ¿Te gustaría?
— No lo se, ¿A ti?
— Tal vez.
— ¿Cómo esta tu hermana?
— Bien, esta mejorando demasiado.
— Eso es bueno.
— Si—hay veces en las que se forma ese silencio que mas que incomodo es tranquilizador, la miro y ella esta mirando hacia el techo, sabe que la miro y por eso desvía la mirada, así funciona entre nosotros, yo hago y ella desvía porque no quiere hacer lo mismo.
— ¿Qué vas a hacer?
— Nada— responde aun sin mirarme— No hare nada, Dani.
— Aja.
— Hablo en serio, Daniel— me mira finalmente— No hay nada aquí, ¿Entiendes?
— Entiendo— no puedo evitar que mi humor cambie, tal vez me molesto un poco— Tengo que hacer unas cosas, ¿Nos vemos mañana?
— Si claro— se levanta de la cama— Nos vemos mañana— sale de mi cuarto y unos segundos después sale de la casa, no puedo evitar mirar a la ventana para ver si llega bien a su casa y cuando lo hace me tranquilizo un poco.
<Donde estas?> pregunto y espero a por una respuesta la cual no tarda en llegar.
<En la casa de Esme, hoy es su cumpleaños>
<Voy para haya>
Salgo de mi casa tal y como estoy al final de cuentas no es algo realmente especial.
Después de un rato llego a la casa de Esmeralda y vaya que ya hay bastantes personas, solo sera para despejarme, entro a la casa y justamente me encuentro con Ian un amigo.
— Daniel— dice feliz al verme— Pensé que no ibas a venir, hace mucho tiempo que no te veo.
— Lo se, he estado muy ocupado.
— ¿Dónde están Amaia y Alan?
— Están de viaje.
— Vaya suertudos— no convivo mucho con Ian, pero cuando lo hago disfruto como nunca— Ven vamos por un trago.
Me toma del brazo y me lleva a la barra, me ahorro el tener que hablar porque el lo hace por mi y así nos la pasamos casi toda la noche, trago tras trago.
— ¡Daniel!— gritan mi nombre y volteo al instante— No sabia que habías venido, me alegro mucho.
— Esme— digo con una gran sonrisa y me acerco para abrazarla—. Se que no me invitaste, pero aquí estoy— para este punto de la noche ya hablo de una forma mas arrastrada.
— No te invite porque pensé que no vendrías— ella habla de la misma forma que yo— Nos has cancelado los últimos planes has estado muy ocupado con tus cosas.
Si supieran con quien he estado ocupado se burlarían, no por ella, sino por mi, por estar embobado con una niña menor.
— Pues estoy aquí así que hay que disfrutar.
— ¿Dónde esta Samantha?— pregunta Ian.
— No lo se, hace mucho que termine con ella.
— Vaya, a todos nos caía mal— y a veces me pregunto, ¿A quien no le caía mal?
— Así que terminaste con ella— dice Esme y se comienza a acercar mas a mi y se lo que insinúa— Podemos pasar tiempo juntos.