Daniel Gabao
— ¿Y luego?
— Y luego ya paso una semana y aun no hablamos.
— ¿Pero que mierda les pasa?— dice molesta— Se besan y después se dejan de hablar, ¿Ya le dijiste a Amaia?— la miro dándole la respuesta— ¡Daniel!
— No he encontrado el momento, ¿Okey?
— ¿No has encontrado el momento para decirle que te besaste a su mejor amiga?
— No es su mejor amiga— es lo único que logro decir.
— Pero es su amiga mas cercana aquí.
— Además, ni si quiera se que es lo que va a pasar, ¿Para que decirle?
— Para saber que es lo que va a pasar, tienes que hablar con Alexia.
— Pero—
— Pero nada, vas a hablar con ella y le preguntaras que es lo que pasara y resolverán esto, siguen con su amistad o siguen con algo mas .
— Solo fue un beso, tal vez no es la gran cosa.
— Con cualquier persona no seria la gran cosa, pero con ella si.
— Ni si quiera la conoces, ¿Cómo hablas así de ella?
— En persona no la conozco, pero por todo lo que me has hablado de ella es sencillo decir que desde que se conocieron sintieron algo mas.
— Ay ya cállate— necesito que no siga hablando.
— Sabes que tengo razón.
— Cállate— le aviento un cojín y ríe— ¿Qué te dijo el doctor?— deja de reír.
— No lo se, no vino.
— ¿Cómo que no vino?
— Pues así, hoy no vino, ni tampoco la anterior semana.
— ¿Por que no me habías dicho?
— ¿Para que? ¿Tu eres doctor o algo?
— Paula.
— Daniel.
— Sabes que tienes que estar constantemente en revisión.
— Lo se Daniel, pero si ella no quiere traer al doctor, ¿Qué quieres que yo haga? sabes que no puedo salir, no puedo hacer nada, Daniel.
— Ya, yo lo resuelvo.
— No hagas todo por mi, Daniel.
— Sino lo hago yo, ¿Quién lo hará? eres mi hermana y confidente, siempre hare todo por ti.
— No te merezco.
— Claro que no, soy demasiado bueno— sonríe— Me tengo que ir, regreso luego.
Salgo de su cuarto y antes de irme busco a mi madre en la casa, la encuentro en la cocina.
— ¿Qué le darás de comer a Paula?
— Ya comió— responde cortante.
— No, no es verdad— he estado todo el día con ella— ¿Por que no ha venido el doctor?
— Vino la semana pasada.
— ¿Segura? — asiente— Okey, le marcare luego para que me de mas detalles de como va Paula, digo para informarle a papá— noto que se tensa— Te recuerdo que tu debes cuidarla, que si ella empeora por el siempre hecho de que a ti no te da la gana llamar al doctor, a ti re ira muy mal— hablo muy tranquilo, pero ella esta tensa.
— ¿Me estas amenazando, Daniel?
— ¿Que? para nada— sonrió— Solo es un recordatorio, me tengo que ir, mandare a alguien para traerle la comida a Paula, ¿Okey?— no le doy tiempo a que responda porque salgo de la casa.
Y la suerte el día de hoy si que esta de mi lado, veo a Alexia salir de la papelería que esta en la misma calle, camino detrás de ella sin que lo note y la jalo para llevarla lo mas lejos posible de la gente.
— ¿Qué pasa?— pregunta cuando la suelto y mira al piso.
— ¿Todo bien?
— Si— me mira y sonríe, no se, eso me tranquiliza— Todo bien, ¿Qué pasa?
— Hace una semana no hablamos— digo lo obvio.
— ¿Una semana? ¿En serio?— asiento— Vaya, no sabia que había pasado tantos días, pero estaba ocupada en la escuela y mi teléfono esta fallando mucho.
Esa seria una buena explicación del porque no me ha contestado, aceptable.
— ¿Cómo estas?— pregunta— ¿Todo bien?— asiento— Que bueno, ¿Cómo esta Paula? ¿Esta bien?
— Si, dentro de lo que cabe.
— Que bueno.
— ¿Cómo estas tu?
— Muy bien, ¿Ya comiste? — he notado que cuando Alexia se preocupa mucho por las personas es porque ella no ha estado haciendo ciertas cosas, como comer por ejemplo.
— No aun no, ¿Tu ya comiste?— asiente, mentira— ¿Qué comiste?— no responde y mira nuevamente al suelo— ¿Estas ocupada?— niega— Te invito a comer, ¿Estas sola?— asiente— Pues vamos— le tomo la mano y caminamos hacia mi casa.
Antes de irme con Paula cocine algo para desayunar, lo pongo en la estufa para que se comience a calentar.
— ¿Cuándo crees que regrese Amaia?
— No lo se, ¿Por que?
— Me hace falta una amiga.
— Tal vez no tarde mucho en regresar y estoy seguro que puedes hacer mas amigas.
— Pues las que tengo ahora no son las mejores que pude conseguir—noto la cierta tristeza— Supongo que lo años de amistad realmente no valían la pena.
— No te desanimes, ella son las que no valen la pena y se pierden a una gran chica.
— Tal vez si, pero me hacen sentí muy mal— la tristeza no se va de su rostro— Mejor no vuelvo a hablar con nadie y resuelvo todo en mi vida.
— No creo que eso lo resuelva.
— No lo sabes.
— Tu tampoco.
— Le quitas lo divertido a la vida.
— ¿Es divertido dejar de hablar con las personas solo por unas personas muy idiotas te hicieron sentir mal?
— Si— responde con una sonrisa y sin evitarlo yo también sonrió.
— Vale la pena conocer a mas personas, veras que no todas son iguales.
— Las que yo me he encontrado si.
— Pero recuerda que hay millones de personas en el mundo.
— No me dan ganas de conocer a nadie mas, ni ahora ni en un futuro. Ya no quiero.
— Okey, pero no te cierres a la idea de que suceda— le paso un plato con comida y ella solo lo revuelve— Necesitamos hablar.
— Eso hacemos— sigue revolviendo la comida y se lo que esta haciendo.
— Come— pido y me mira.
— Eso hago.
— No es verdad, solo la estas revolviendo— se mete un poco de comida a la boca— Y regresando a lo anterior, hablemos.
— De nuevo ya estamos haciendo eso— la miro y sabe lo que estoy diciendo— Esta bien, ¿De que quieres hablar?