22 de setiembre 1929, Lima-Perú
Destino, todos contamos con uno decía mi padre pero que pasa si no sucede como debería, ¿hay alguna oportunidad de remediarlo?, ¿es posible poder corregirlo? Eran mis preguntas ante tales palabras , yo no creía en el destino ni creía que pudiese corregirse, algo en mí miraba con desdén aquella palabra inscrita en el libro familiar, un libro enorme escrito por mi abuelo que a su vez había pertenecido a su padre , ahí estaba todo lo que un hombre de esta familia debería saber , el abuelo contaba sus hazañas en la famosa Guerra del Pacífico era uno de los hombres más cercanos al General Andrés A.Caseres, el abuelo siempre recordaba con desprecio esos años en los que perdió a su padre, su casa y al primer gran amor de su vida. Esas eran algunas historias que aveces solia contarme y que yo se los contaré en los siguientes capítulos, En esos días me preguntaba si eso en verdad era cierto , ¿cuál era mi destino?
Ya tenía 17 años y en lo único que pensaba era en aquella hermosa chica que conocí aquel día en el trabajo, aquella de una belleza indescriptible, aquella de una sorisa que parecía esculpida por el más célebre escultor , sus ojos eran de un hermoso color esmeralda eran peculiarmente hermosos, por si fuera poco su cabello castaño brillaban como finos hilos de oro al contacto con la luz del sol , su nombre era cristina, la cual a duras penas me había regalado una mirada era demasiado cobarde para hablarle, pero vamos.. era simétricamente perfecta y ante ello podía notar que era de un corazón noble, siempre tenía algo para dar a quien lo necesitaba , su padre el Dr Jáuregui era un hombre bastante serio decían que era el mejor médico que tenía esta ciudad, y pues yo trabajaba en la independencia una imprenta que tenía la familia, quedaba a escasos 30 metros del hospital 2 de mayo, todos los días veía a Cristina salir del hospital.
Era frecuente que soñase con ella, con su fino rostro, pero era más frecuente aún que soñase con ser un poeta, un escritor, de nombre propio, de indescriptible pensar esos como los que sonaban en mis oídos cada vez que hiba al trabajo,.
Oíste!?, dicen que regresará, acaba de escribir una novela nueva llamada flava salvaje - personas-
Hablaban del célebre cesar vallejo un hombre que decían no sonreía muy a menudo pero tenía una de las mentes más increíbles de las que se halla conocido, él era uno de mis ídolos de ese entonces, el y el célebre abraham valdelomar, mi padre solia leerme sus cuentos, mi favorito era El caballero Carmelo, mi padre era un escritor frustrado desde que la abuela nos dejó se dedico más a cuidarnos, y a la imprenta, a la abuela no le gustaba que el andase por esos caminos, decía que si seguía así algún día se olvidaría que tenía familia, y pues papá no hacía caso, el escribía, amaba escribir, era amigo de abraham valdelomar el siempre decía que estaba preparando un libro que sería su máxima expresión de arte, amor, sudor y trabajo, lastimosamente nunca lo publicó pensó que ese libro era el causante de que la abuela muriese ya que ella lo extrañaba demasiado era su único hijo hombre , su niño.
Yo creía que podía terminar lo que mi padre comenzó, era joven pero sabía como andaba nuestro país cual era la situación el país andaba en una crisis política, era el último año en el gobierno del célebre augusto B leguia un hombre pequeño, pero de una historia respetable empezo de la nada y ahora era uno de los hombres más ricos que tenía el país, lastima que todo eso era opacado por su enorme ego, ya había gobernado por más de 10 años y aún quería seguir en el gobierno, el país se hiba en picada, se oían rumores acerca de una posible re elección por parte del presidente y eso era terrible..
Yo tenía ambiciones distintas a muchos de los célebres personajes de mi país, solo quería una hermosa señorita al lado y una pluma tenía claro que el destino no existía y que yo podía decidir cual era mi futuro..
Era un viernes de esos que parecen lunes, ella estaba ahí como de costumbre saliendo del hospital en compañía de su padre, al parecer el Dr. Jáuregui se había olvidado unos papeles tenía que regresar a su consultorio, era mi oportunidad era, YO! Y nadie más.. Tenía que hacerlo pues no la vería en días, me llene de valor y al instante en que su padre regresó al hospital, me acerque a ella me hice el desentendido y pregunte el horario de ingreso al nosocomio, ella muy educada esbozo una lijera sonrisa y se rio, me dijo:pero usted, ¿no trabaja en la imprenta de enfrente? Debería saberlo no le parece?, yo solo atine a cuestionarme, el por que de mi pregunta tan estúpida, almiso tiempo me sentí bien si había notado que existía, yo le respondí - pues si pero ¿como es que usted sabe eso? ¿Me ha estado espiando? , podía notar sus mejillas ruborisarse, sus pupilas se dilataban con lijera frecuencia, pensaba en lo hermoso que eran ese par de ojos - no, claro que no - dijo acompañado de un interminable silencio, pensaba en que sería lo siguiente que diría, no quería quedar mal ante tan bella dama - bueno no se preocupe - respondí con firmeza, es un gusto poder verla-sonreí, de igual manera me respondió, yo me sentía bendito, me sentía muy feliz, - la verdad pensé que las princesas solo existían en cuentos-atine a decir, ella sonrió y dijo-enserio? Es usted muy amable, pero yo no soy ninguna princesa ni mucho menos deseo serlo,dijo con una lijera sonrisa, no sabía si sentirme feliz por su sonrisa o sentirme mal por lo segundo que dijo - pero buen cual es su nombre?preguntó , yo respondí-Fernando, Fernando Sánchez- un gusto Fernando Sánchez, el mio es Cristina, Cristina Jáuregui, yo sonreí sorprendido,- por supuesto que sabía su nombre mi abuelo fue paciente de su padre-, yo hice como si no supiera y con una cara de asombro le dije,hermoso nombre señorita , ella sonreía en eso, aparecía su padre por la puerta de salida,-me tengo que ir-dije-esboze una sonrisa cogi su mano derecha y pude besar su mano, quizá si existía el destino y estábamos destinados a estar juntos,me sentí extremadamente feliz - regrese a la imprenta antes que su padre llegase, pese a que Cristina era noble y nunca podría herir a nadie, su padre era diferente era serio y parecía un hombre amargado de la vida...
Sinceramente eso no me importaba,estuve pensando mucho en eso que me dijo - que no se sentía una princesa y que no quería serlo mi mente se confundía,entendí entonces que esa señorita era diferente , inevitablemente cristina se convertía en mi sol de medio día...
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Editado: 10.06.2019