Pensé que por ser el primer día no habría discusiones ni malos momentos, pero como siempre estaba equivocada. Kyle apareció a primera hora para hacerme enojar.
_ Chicos vayan a clases debo ir con este bruto –apunté a Kyle que se encontraba justo atrás-
_ ¿A dónde? –Theo preguntó de inmediato ya que no era un secreto que odiaba a Kyle Evans con toda su alma-
_ no te preocupes nerd que no haré nada… nada que tu novia no quiera. –Y como siempre Kyle intentaba sacar de sus casillas a Theo-
_ Theo –dije antes que esto pasara a mayores- solo vayan a clases.
_claro, nos vemos más tarde –Lottie se los llevó a todos, tomando especialmente el brazo de Theo para que este no se devolviera-
_ Pero que agresivo se ha vuelto nuestro querido nerd…
_Kyle…-mi tono era de advertencia y esperaba que no siguiera por ese camino, si había algo que odiaba es que molestara a mi mejor amigo-
_olvidaba que el tonto ese es “intocable” no entiendo por qué lo defiendes tanto… ¿Acaso te gusta el nerd?
Kyle podía verse como el chico más egocéntrico, vanidoso y seguro de sí mismo, pero en realidad no era más que un chico que aparentaba ser algo que no era por miedo a salir lastimado. Su inseguridad muchas veces era frustrante, simplemente agotaba recordarle que no todas las personas eran malas e interesadas como él creía, que muchos de sus amigos podían quererlo de verdad.
El timbre había sonado hace algunos segundos, los que habían llegado ya se encontraba en sus salones y los demás llegaban al menos media hora después. Me aseguré de mirar a mí alrededor y no vi a nadie. Camino a la cancha de fútbol había un pequeño edificio que formaba parte de las gradas, abajo se encontraban los baños y los vestidores, además de la oficina del entrenador.
Tiré de la mano de Kyle haciendo que entrara a uno de los vestidores que se encontraba totalmente desierto. Hice que se sentara en una de las bancas para luego sentarme sobre sus piernas, a pesar de ir con falda, la horrible falda azul marino con líneas rojas que pertenecía al instituto, siempre me aseguraba de ponerme unas pequeñas calzas o “short” azules para que no se viera nada. Kyle cruzó sus brazos por mi cintura como siempre.
_ ¿Por qué siempre tenemos que llegar al mismo tema? Sabes perfectamente que Theo es mi mejor amigo y me molesta que le hables mal, por eso lo defiendo no porque me guste o algo así. –volví a decir por milésima vez, ya había olvidado cuántas veces habíamos discutido lo mismo-
_ Sé que es tu mejor amigo, pero puedo asegurarte que él quiere ser algo más y no estoy dispuesto a que ese imbécil me quite a mi novia. –curvó sus labios… ¡dios! Por qué tenía que ser tan malditamente guapo-
_ Tú lo has dicho Kyle soy tu novia –remarqué el “tu”- te aseguro que Theo no siente por mí nada más que cariño, además, pensé que confiabas en mí.
_ Claro que confío en ti preciosa es solo que me gustaría que todo el mundo supiera que somos novios hace un año y que tú eres mía. Estoy cansado de todos los chicos que van tras de ti porque no saben que soy tu novio, estoy cansado de no poder ir y partirles la cara cada vez que te quedan viendo como babosos, odio no poder besarte después de cada partido ganado, odio no poder almorzar contigo, tomar tu mano o besarte cuando yo quiera.
Me levanté de su regazo, esta era la misma discusión de siempre, lo mismo que nos hacía estar distanciados al menos por un día.
Siempre había odiado a Kyle, creía lo que todos veían, el chico popular, mujeriego y sin sentimientos. Pero hace dos años él había bajado sus calificaciones en matemáticas así que la profesora me pidió que le ayudara a estudiar tres veces a la semana. En un comienzo nos llevábamos como perros y gatos, luego dejamos de estudiar en la biblioteca y comencé a ir a su casa porque él debía cuidar de su hermana de nueve años. Entonces conocí al Kyle que nadie tenía idea de que existía. Un Kyle que prácticamente se encontraba siempre solo, cuidando a su hermana y siendo mucho más que su hermano mayo siendo casi un padre, porque sus padres estaban obsesionados con el trabajo y el dinero. Su hermana mayor había comenzado a trabajar con su padre y era más fría que un cubo de hielo, con suerte tenían a Jane, su nana de cincuenta y cuatro años que los trataba como a sus hijos.
Kyle a pesar de tener todo no tenía nada, era una contradicción bastante extraña. No le faltaba nada material, pero no había amor, preocupación, no había nada en su familia. Fue entonces que comencé a entender por qué actuaba de esa forma, poco a poco me acerqué más a Kyle, ahora él y su hermana venían a mi casa. Mamá trataba a Lily como una hija más, de a poco los integré en mi familia y para cuando me di cuenta ya estaba enamorada de Kyle y él de mí.